Entrevista al conocido psiquiatra Enrique Stola
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El reconocido psiquiatra visitó Rosario y habló con El Ciudadano sobre el lugar del hombre en la lucha del movimiento de mujeres. Acompañó a adolescentes que denunciaron al padre Grassi y a la actriz Thelma Fardín. |
Desde
mediados de los 80 el psiquiatra Enrique Stola es feminista. Su trabajo
con víctimas de abuso y violencia de la última dictadura cívico militar
terminó de confirmar lo que las lecturas le venían sugiriendo. “El
feminismo es una respuesta política que amplía las libertades no sólo de
las mujeres, sino también de los varones y del colectivo LGTBI”,
asegura.
Desde
su profesión analiza las prácticas machistas, asesora a quienes sufren
violencia y es consultado por quienes buscan denunciar en la Justicia.
Acompañó como terapeuta a dos adolescentes que denunciaron por abuso al
padre Grassi y fue uno de los peritos que entrevistó a Thelma Fardín
cuando llevó a Juan Darthes a la Justicia.
Stola visitó Rosario para dar una charla en la Facultad de Humanidades y
Artes de la Universidad Nacional de Rosario y en diálogo con El
Ciudadano habló sobre su militancia, la violencia machista en
Latinoamérica, la importancia de la Educación Sexual Integral en la
prevención de abusos y el rol de los hombres en las luchas de género.
-¿Cuál fue el motivo de su visita a Rosario?
-Vine
invitado por la cátedra a dar mi perspectiva como psiquiatra y varón
feminista historiando cómo se llegó a esta situación con un paradigma
neoliberal desde 1900 hasta la actualidad. La sociedad tiene un
dispositivo de dominación masculina que jerarquiza y subordina la figura
de las mujeres y el movimiento LGTBIQ. El machismo atraviesa todos los
cerebros. Las conductas cotidianas reproducen la jerarquización de la
diferencia entre la figura valorizada del hombre y los cuerpos
subordinados.
-¿Cuándo se convirtió en feminista?
-En
la década del 80 me definí feminista. Venía trabajando con víctimas de
la última dictadura cívico militar que sufrieron abuso y lo que entonces
denominaban violencia doméstica. Las lecturas y producciones teóricas
de feministas me llevaron a definirme así. La filósofa Diana Maffía dice
que la situación de las mujeres en el mundo está peor que la de los
varones y eso lo comprobamos científicamente a través de las
estadísticas. Plantea un problema ético y requiere de una respuesta
política para transformar la sociedad. Eso hace el feminismo y puede ser
asumido por cualquier persona.
-¿Qué respuestas recibió desde los feminismos?
-Hay un sector de compañeras que no acepta que puedan existir hombres
feministas y no acuerda con la hipótesis. No entro en discusión. Soy
activista feminista y sufrí las consecuencias. Es mi forma de ser y
estar en el mundo.
-¿Cómo lo tomaron los varones?
-En los 80 y 90 lo veían como la locura de un psiquiatra. Ahora el
pensamiento cambió gracias al gran movimiento de mujeres y colectivo
LGTBIQ. Hoy me escuchan y reflexionan, pero los varones no cambian
porque hagamos cursos ni seminarios, sino por los fuertes
posicionamientos de las mujeres y del colectivo que generan cambios
sociales.
-¿Cómo fue trabajar con víctimas de la dictadura?
-En
aquel momento trabajé con varones y mujeres que sufrieron todo tipo de
torturas en la dictadura y con personas que iban a ir al exilio. También
con familiares de detenidos o desaparecidos. Por mi forma de trabajar,
fueron apareciendo situaciones de mujeres que sufrían lo que llamaban
violencia doméstica y abusos. Ese trabajo me permitió entrar en el caso
del padre Grassi y fui terapeuta de Gabriel, el chico que lo denunció y
por el cual el cura recibió una condena. Dediqué más de 10 años de mi
vida a ese caso y sufrí las consecuencias ya que me amenazaron y
entraron tres veces a mi casa.
-También participó como profesional de la denuncia de Thelma Fardín…
-Me pidieron hacer una evaluación psiquiátrica de Thelma para hacer un
informe y presentarlo en la Justicia. Estuvimos trabajando muchas horas
con ella.
-¿Cree que la mediatización de estos casos ayudó a que otras víctimas denuncien?
-El
patriarcado y el dispositivo de discriminación masculina utilizan la
educación y los medios de comunicación masivos para sostener el dominio.
Tenemos que hacer visible lo que le sucede a las mujeres, sus
historias, sus luchas y, en lo posible, utilizar los medios de
comunicación. La lucha produjo resquebrajamientos en la sociedad hacia
arriba y permitió que haya espacios que las compañeras pueden utilizar
para difundir la perspectiva de género y feminista.
-¿Cómo analiza la violencia machista en las protestas de Chile y Bolivia?
-La
etnia blanca dominante sostiene el neoliberalismo como proyecto
económico y mundial. La crueldad es contra todos los cuerpos pero hacia
las mujeres es con violaciones en Chile y los abusos sexuales como
muestra de la crueldad machista.
-¿Ve una relación entre los modelos neoliberales y el patriarcado?
-Las compañeras del feminismo comunitario de América latina afirman que
el patriarcado es la matriz de todas las dominaciones. Si miramos la
evolución de las estructuras económicas del occidente, desde el
feudalismo, el mercantilismo hasta las diferentes formas del capitalismo
vemos que hubo una constante que fue la dominación de género. Los
estudios de Bourdieu dan cuenta de eso.
La
raza como creación a partir de los siglos XV o XVI como forma de
organizar los cuerpos y espacios en función de intereses dominantes y
explotación de los cuerpos, el concepto de clase social y explotación de
clase, la heterosexualidad obligatoria son variables que van
configurando quiénes dominan y quiénes son dominados.
El
aquí y ahora atravesado por la dominación de clase, de género, por la
dominación de raza, la etnia de los blancos con total poder por la
situación de negritud de la población, los sectores sociales amplios
llevados a una situación sin salida en el mundo al igual que los negros
esclavos en la esclavitud.
-¿Cuál es la importancia de la Educación Sexual Integral (ESI) en la prevención de abusos?
-La
ESI es necesaria porque le enseñaría a niñas, niños y niñes a respetar
sus cuerpos y el de los otros porque es la base de nuevas
configuraciones democráticas. Se oponen las instituciones religiosas que
hablan de ideología de género y bajo el slogan “Con mis hijos no te
metas” garantizan la protección de abusadores, les dejan espacios de
libertad, y desprotegen la infancia porque estas personas no tienen
palabras ni elementos para pedir ayuda en caso de abuso.
Pero
además porque las infancias acceden a la pornografía que circula por
Internet y los educa desde el goce machista. La ESI evitaría los
escraches. El daño que produjeron en las sociedades y en los cuerpos las
instituciones cristianas es terrible.
-¿Cuál es el lugar de los varones en la lucha de género?
-Veo varones que se están agrupando bajo una propuesta antipatriarcal.
Me consultaron por una nota sobre un hombre que se había hecho una
vasectomía y recibió rechazos de parte de otros hombres. Es una conducta
antipatriarcal: inscribir en el cuerpo la decisión de no llevar
adelante el modo machista de reproducción. Hay varones que por el nivel
cultural aprendieron el discurso políticamente correcto pero ocultan el
sostenimiento del machismo. Hablan de nuevas masculinidades, pero el
patriarcado siempre las reproduce.
Tienen
que ser anti hegemónicas y anti patriarcales y con lectura feminista.
Las mujeres son las que tienen un punto de vista epistemológicamente
privilegiado porque son quienes ven los mecanismos de dominación
masculina. Con la revolución de las hijes, el término que inauguró
Luciana Peker, se produjeron cambios en los padres, abuelos y tíos ante
los posicionamientos de los adolescentes. Es muy saludable.
El
feminismo es un movimiento de liberaciones para toda sociedad y no
produjo ninguna muerte. Los cambios sociales son la consecuencia de la
lucha de las mujeres y de ocupar el espacio público en la calle.
-¿Cómo se interesó por estos temas?
-Viví
la discriminación por ser peronista, por ser de un sector económicamente
bajo, y por otros temas lo que me ubicó en sintonía de empatía con
cualquier otra persona. No me fue difícil ver lo que les pasaba a las
mujeres. Con las lecturas feministas y con la escucha de su sufrimiento
mi posición avanzó rápidamente.
Foto: Enrique Stola -Psiquiatra argentino (Infobae)
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