1/30/2009

Latinoamérica: Dos feminismos y dos reuniones en México


Por Sara Lovera

México, enero.- La capital de la república mexicana se convertirá, en marzo, en la sede del encuentro que, cada dos o tres años, realizan las feministas de la región latinoamericana y caribeña desde hace 28 años.

Se esperan dos reuniones: una de las feministas llamadas "autónomas" y otra de las plurales, de partidos políticos, de organizaciones no gubernamentales e incluso institucionales y/o gubernamentales.

En el XI Encuentro Feministas de Latinoamérica y del Caribe los informes serán de María Eugenia Romero y del Comité Organizador, cuya secretaria técnica es Pilar Muriedas, ambas de México. En tanto, en la cita paralela informará la académica y feminista de origen italiano Francesca Gargallo.

Según la información oficial de una y otra reunión, se espera que unas 2.000 participantes coincidan, entre el 10 y el 25 de marzo, en esta ciudad, que ha sido escenario en los últimos años de las más nutridas movilizaciones políticas y donde se halla la historia de uno de los movimientos feministas con mayores logros en la región.

La histórica diferencia entre quienes admiten que las instituciones han ido incorporando, lentamente, la perspectiva de las feministas en las políticas públicas y quienes afirman que el feminismo es una vía para terminar con el patriarcado en todos sus órdenes, sin mediaciones y sin instituciones, surgió en el Sexto Encuentro, realizado en El Salvador, en 1993.

Por entonces se había incorporado la peruana Virginia Vargas a las tareas de organización de la IV Conferencia Mundial de la Mujer, y las organizaciones no gubernamentales habían conseguido recursos económicos permanentes para promover los derechos de las mujeres.

La división parecía, en principio, artificial y se ubicó como una diferencia entre la socióloga Vargas con la arquitecta chilena Margarita Pizano, una histórica negociadora, incluso con la dictadura chilena, para abrir espacios de mujeres y hablar de feminismo en las peores condiciones.

Sin embargo, Pizano, quien era reconocida regionalmente, más tarde descalificó la actitud de Vargas y sus seguidoras por pactar y acordar acciones con la Organización de Naciones Unidas.

Seguidoras de Pizano fundaron la tendencia autónoma, que se opone a lo que llaman institucionalización del feminismo, y aseguran que se está reciclando el patriarcado.

En México será la primera vez que habrá un encuentro paralelo, retando a lo que los textos de las mujeres autónomas llaman "oficial".

Una crítica al órgano técnico del XI Encuentro, que ha seguido la tradición de las reuniones, es que el Comité elegido firmará un convenio con el jefe de gobierno del Distrito Federal, de origen socialdemócrata, administración a la que se le reconoce una intención avanzada para aplicar políticas públicas a favor de la población femenina.

En la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, parte del proyecto político del gobierno del Distrito Federal, laboran algunas de las organizadoras de la reunión paralela.

En tanto, las organizadoras señaladas como oficiales están incorporadas a un sinfín de proyectos institucionales del Gobierno de la Ciudad de México, algunas incluso son funcionarias, diputadas o promotoras de leyes que protegen a las mujeres.

Las conclusiones del X Encuentro, realizado en Brasil en 2005, enfrentaron en los años siguientes el crecimiento exponencial de la violencia contra las mujeres, la profundización de la pobreza y la aparición de una nueva derecha política, "y es eso lo que hay que discutir", insistió Romero.

El documento final de aquella cita señalaba textualmente: "Son necesarias las acciones y el trabajo que favorezcan las condiciones de las mujeres, acabar con la violencia, con las guerras y la pobreza, el fin del patriarcado; lo que no queremos es que sea el dinero y el privilegio de algunas y algunos quienes nos usen para legitimar nuevamente el despojo de las feministas, es nuestra memoria histórico-política la que una vez más se pronuncia para exigir que al movimiento feminista recobre la rebeldía, la desobediencia, la radicalidad y la creatividad del feminismo".

El encuentro en Brasil contó con mayoría de feministas "autónomas", pero lo que ahora se prepara en México parece retomar procesos que avanzaron desde 1981 en Colombia, en el tono de ir logrando pequeños y grandes progresos.

Fue ahí donde se decretó el 25 de noviembre como Día de lucha por la eliminación de la violencia contra las mujeres, que fue retomado nueve años después por la ONU. Fue en Argentina, en 1990, durante el V Encuentro, donde se inició la campaña latinoamericana por la despenalización del aborto, que se hace todos los 28 de septiembre desde entonces.

Guyana y la capital de México son los dos lugares donde esa campaña obtuvo logros concretos. Hay algunos avances en Brasil, pero al menos en una decena de países de la región esta práctica está totalmente prohibida. Incluso hubo retrocesos significativos en Chile —cuna del feminismo autónomo— y en Nicaragua. La legislación sobre aborto en Puerto Rico y Cuba obedece a procesos concretos.

La cita que actualmente se prepara en México centrará sus discusiones, según Romero, en el tema del fundamentalismo, al reconocer que la derecha política atenta contra los logros alcanzados en el campo de la sexualidad y la salud reproductiva; que usa un doble lenguaje y no hace nada para detener la violencia y la impunidad.

En el otro extremo, la declaración de las feministas autónomas es contundente:
"Retomando el espíritu inicial con el que surgieron los encuentros feministas latinoamericanos, este Encuentro feminista autónomo, haciendo comunidad en la Casa de las Diferencias, será autofinanciado y no se cobrará ningún tipo de entrada, ni hospedaje. Se realizará gracias a la solidaridad de nuestras compañeras mexicanas que nos alojarán y organizarán un espacio para nuestro encuentro. Al llegar, haremos un fondo común para nuestras comidas y bebidas diariamente".

RECUADRO
Encuentros feministas en Latinoamérica y el Caribe
1º. Colombia, 1981
2º. Perú, 1983
3º. Brasil, 1985
4º. México, 1987
5º. Argentina, 1990
6º. El Salvador, 1993
7º. Chile, 1996
8º. República Dominicana, 1999
9º. Costa Rica, 2002
10º. Brasil, 2005

"Encuentro Mundial de Familias culpa a la mujer de la desintegración familiar"

Por Alicia Yolanda Reyes

México, enero.-Ser madre soltera en México, además del peso socioeconómico que conlleva, implica ahora cargar con la condena emitida desde el Sexto Encuentro Mundial de Familia por el presidente Felipe Calderón, quien consideró que sólo la familia nuclear de padre, madre e hijos es la base para una buena formación y censuró a las mujeres que trabajan y descuidan su papel fundamental de cuidadoras y formadoras.

El gobernante y el resto de los participantes olvidan que, en este país, sólo 50 por ciento de las familias responde a ese modelo. El resto se divide en una serie de combinaciones, de acuerdo con las necesidades de los diferentes grupos.

Según el Consejo Estatal de Población (CONAPO), de los 28 millones de familias contabilizadas en 2008, más de seis millones están encabezadas por una mujer. A eso habría que sumarle aquellas que, cuando llegan los encuestadores, señalan por vergüenza a cualquier varón de la familia como la cabeza de esta, cuando en la práctica son ellas quienes asumen el mayor peso de la manutención familiar.

Félix Fernández Varela, titular de la CONAPO, señaló que la familia, como toda institución, ha evolucionado, por lo que es ingenuo pensar que debe ser igual a como era hace 50 años.

Durante el sexto Encuentro Mundial de Familias, Tarcisio Bertone, representante del Papa, aseveró que "la familia es una sola, surgida de la naturaleza humana y del derecho natural, mientras que el resto de las definiciones sólo son creaciones artificiales".

En ese sentido, obispos y representantes de la iglesia de todo el mundo aseguraron que no darán ni un paso atrás en el concepto de familia y matrimonio, por lo que sugirieron a los homosexuales mantenerse en el ámbito privado, y a las mujeres no trabajar para que la educación de sus hijos no se afecte.

Sobre la afirmación del clero de que el concepto de familia se pone en riesgo al permitir la unión de personas del mismo sexo, Héctor Salinas, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana comentó que la realidad nos permite hablar no de uno, sino de muchos tipos de familia.

El catedrático se manifestó a favor de promover la posibilidad de que dos personas, independientemente de su sexo y su orientación, puedan obtener la tutela del Estado en sus relaciones sentimentales y jurídicas.

Puntualizó que la Ley no crea realidades, las reconoce y las tutela, y el matrimonio heterosexual, cuyo único objetivo es la procreación, margina a muchos hogares que existen en la práctica.

Una de las afirmaciones que causaron mayor escozor entre la población fue la del cardenal hondureño Oscar Rodríguez Madariaga, quien afirmó que las políticas de control natal y las familias desintegradas son las causantes de la pobreza en América Latina.

Más adelante, puntualizó que las políticas de natalidad buscan eliminar la vida humana, "el regalo más grande de Dios", según dijo, y que las naciones que lo han implementado no se han desarrollado económicamente.

Agregó que las familias constituidas por padre, madre e hijos tienen mejor salud y desarrollo económico, mientras que las desintegradas experimentan mayor pobreza.

A su vez, el Cardenal Francisco Errázuris, de Santiago de Chile, indicó que los gobiernos de la región le dan muy poco valor a la familia y que las políticas públicas implementadas "agobian a la mujer" cuando ponen en marcha guarderías infantiles y jardines de niños, lo que evita a las madres hacerse cargo de sus hijos.

Según el prelado, los niños criados por sus madres no sufren y escasamente caen en grupos violentos.

Tales declaraciones parecen ignorar que en México, como en muchos otros países del área, la violencia intrafamiliar, que incluye el abuso de menores, las violaciones y el abuso sexual, está presente en más de 50 por ciento de los menores y mujeres que viven o vivieron en familias integrales y que es al romperse este vínculo cuando la situación mejora.

Como lo reconoció el sacerdote Enrique Maza, fundador de la revista Proceso, el sacramento matrimonial y la reproducción no representan el único medio posible para sostener una convivencia sana dentro de la familia, sino que es el amor lo que define la verdadera unión de sus miembros.

El divorcio, muy criticado por la iglesia durante este encuentro mundial, es considerado por algunos trabajadores de la salud mental como una buena salida para acabar con la violencia intrafamiliar, cuando la relación no mejora en la pareja.

Hay hijos de padres divorciados que viven en mayor tranquilidad que aquellos cuyos progenitores han convertido el hogar en un campo de batalla.

El matrimonio es positivo para la familia cuando hay un ambiente de acuerdos, amor y apoyo, tanto entre la pareja, como en el resto de sus miembros. Cuando se deteriora ese vínculo, llega a ser más dañino permanecer juntos que llegar a arreglos que permitan a los hijos convivir con padre y madre por separado, sin quedar en medio de las desavenencias.

Por otro lado, la madre que sale a trabajar fuera de casa no necesariamente abandona a sus hijos. El problema está en la falta de apoyo del marido, que considera la educación de los hijos y el cuidado del hogar tareas exclusivas de la mujer, aseguran expertos.

Incluso, investigaciones en diversos estados del país han demostrado que la violencia intrafamiliar se incrementa en los hogares donde la mujer aporta económicamente más que el marido.

Los patrones sociales dan por sentado que el marido debe llevar la mayor parte de la carga económica. Cuando no sucede así, algunos hombres sienten dañada su hombría y el poder que ejercen sobre la familia, y reaccionan con violencia.

Los enfrentamientos entre narcotraficantes y grupos criminales en México, según el presidente, tienen su origen en la desintegración familiar: se trata de, adolescentes y jóvenes que crecen desarraigados de un núcleo familiar, con una carencia absoluta de valores.

Al defender una postura religiosa en un país laico, Calderón ha causado molestias entre los grupos de avanzada, que ven en esa actitud un signo inequívoco del avance de la derecha en México.

Muestra de ello fue el intento del alcalde de Guanajuato, Eduardo Romero Hincks, de emitir un reglamento de Policía y Buen gobierno, en el que penalizaba cualquier muestra pública de afecto entre parejas, incluso heterosexuales. De ser sorprendidas besándose, estas serían remitidas a las cárceles y se harían acreedoras a una multa.

Paradójicamente, en esa ciudad existe un callejón del beso y se dice que besarse en ese lugar trae buena suerte a la pareja.

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