Astillero
Julio Hernández López
Julio Hernández López
Fax: 5605-2099
■ La torpedad del Dedo
■ Los Pinos: actuar farragoso
■ Candidaturas entrampadas
■ Los Pinos: actuar farragoso
■ Candidaturas entrampadas
La política digital nomás no se le da al grupo de amigos que actualmente hace picnic en Los Pinos. Por más que han pretendido ejecutar la vieja suerte electoral del dedazo (otra de las fórmulas del priísmo clásico que la actual administración federal desearía dominar), esos buenos muchachos vestidos de azul y blanco están batallando para sacar adelante los candidatos deseados, incapaces como son de controlar las fuerzas del partido, teóricamente encargado al retorcido Germancito, y torpedeados por una conjunción de intereses entre los que destacan la alianza Chente-Espino y la reticencia activa de un panismo que de pronto se enteró de que las principales candidaturas, sobre todo a gobernador, serían dictadas por Felipe el Católico y su corte políticamente liliputiense (término éste que no se refiere a preferencias sexuales algunas, sino al tamaño de los habitantes de un sitio imaginado por J. Swift en Los viajes de Gulliver).
El caso más doloroso para los aprendices de brujo priísta se ha dado en Campeche, donde todo estaba listo el sábado recién pasado para que se cumpliera la primera parte de la Operación en el Nombre del Hijo, con la que de un solo golpe (madruguete, se decía en el argot tricolor) se pretendía iniciar el proceso de entrega del control del sureño estado a un ciudadano español, Carlos Mouriño Atanes, quien según lo publicado en un diario local pro panista habría incluso de pronunciar un discurso en el acto panista de destape (¡oh, priísmo ahora avergonzado de tus propias prácticas antes exitosas, ve nomás dónde viniste a mal resucitar!) para así nombrar caballero electoralmente heredero del “legado mouriñista” al amigo Mario Ávila Lizárraga (MAL), delegado de la Sedesol (siglas de la Secretaría de Desarrollo Olectoral). Contra esa Encomienda se levantó una parte del panismo de Ciudad del Carmen que originalmente mantuvo oposición y resistencia al avasallamiento que en su momento desplegó Juan Camilo Mouriño. Ahora, ante la pretensión de convertir a Campeche en nuevo beneficio hispano-mexicano, una corriente blanquiazul, con el diputado Jorge Nordhausen al frente, esgrimió argumentos estatutarios y consiguió que se frenara el destape sabatino mouriñista y se convocara a una consulta a los panistas campechanos que se realizará el 15 de marzo. Contra el gallo de Carlos Mouriño es probable que vaya un piloto de marina mercante que acaba de cumplir 63 años y, luego de ser priísta, en 2000 pasó al PAN, donde ha sido presidente de Ciudad del Carmen, diputado federal y, actualmente, senador que preside la comisión de Marina. El apellido de este probable adversario del mouriñismo felipista es, irónicamente, Calderón: Sebastián Calderón Centeno.
El caso más doloroso para los aprendices de brujo priísta se ha dado en Campeche, donde todo estaba listo el sábado recién pasado para que se cumpliera la primera parte de la Operación en el Nombre del Hijo, con la que de un solo golpe (madruguete, se decía en el argot tricolor) se pretendía iniciar el proceso de entrega del control del sureño estado a un ciudadano español, Carlos Mouriño Atanes, quien según lo publicado en un diario local pro panista habría incluso de pronunciar un discurso en el acto panista de destape (¡oh, priísmo ahora avergonzado de tus propias prácticas antes exitosas, ve nomás dónde viniste a mal resucitar!) para así nombrar caballero electoralmente heredero del “legado mouriñista” al amigo Mario Ávila Lizárraga (MAL), delegado de la Sedesol (siglas de la Secretaría de Desarrollo Olectoral). Contra esa Encomienda se levantó una parte del panismo de Ciudad del Carmen que originalmente mantuvo oposición y resistencia al avasallamiento que en su momento desplegó Juan Camilo Mouriño. Ahora, ante la pretensión de convertir a Campeche en nuevo beneficio hispano-mexicano, una corriente blanquiazul, con el diputado Jorge Nordhausen al frente, esgrimió argumentos estatutarios y consiguió que se frenara el destape sabatino mouriñista y se convocara a una consulta a los panistas campechanos que se realizará el 15 de marzo. Contra el gallo de Carlos Mouriño es probable que vaya un piloto de marina mercante que acaba de cumplir 63 años y, luego de ser priísta, en 2000 pasó al PAN, donde ha sido presidente de Ciudad del Carmen, diputado federal y, actualmente, senador que preside la comisión de Marina. El apellido de este probable adversario del mouriñismo felipista es, irónicamente, Calderón: Sebastián Calderón Centeno.
En Nuevo León tampoco ha podido el Dedo de Felipe imponer a Fernando Elizondo Barragán como aspirante a la gubernatura, ni siquiera porque semanas atrás había pedido a otro de los aspirantes, Fernando Margáin (según lo publicado en Reporte Índigo), que de- sistiera de enfrentarse al Favorito y aceptara irse de embajador a Francia. Elizondo es senador con licencia y ha sido gobernador sustituto de Nuevo León y secretario de Energía luego que Fox empujó a Calderón a renunciar a este cargo. Su esposa, Verónica Ortiz, fue directora general de la Fundación Vamos México. Contra el deseo felipista de hacer candidato a Elizondo se han levantado algunos panistas distinguidos que, además, censuran la pretensión centralista de utilizar al Panal como coartada para, al ir en coalición con el partido gordillista, eludir las obligaciones de hacer elecciones internas en el panismo y acogerse a la posibilidad jurídica de designar al candidato a gobernador. A pesar de que se ha desatado una vigorosa campaña contra el alcalde de Monterrey, Adalberto Madero, mejor conocido como Maderito, por presuntos actos de corrupción, este peculiar personaje mantiene interés en buscar la candidatura panista, mientras Margáin analiza las posibilidades de aceptar el nombramiento diplomático de elite que Calderón le ofreció para que dejara el camino libre a Elizondo.
Parecidos contratiempos ha tenido también el dedazo panista para hacer a María Dolores del Río candidata a gobernar Sonora. La panista con denominación de película fue diputada local, presidenta municipal de Hermosillo y, en la administración calderonista, directora del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos y del Consejo Nacional de Educación para la Vida y el Trabajo (además escribió el libro Soñar que se puede, con el que hizo amplia campaña de presentaciones en el estado y en la capital del país e incluso apertura de “casas” de trabajo relacionadas con el relato de sus andanzas para llegar a presidir a los hermosillenses). Contra los planes de Los Pinos se ha mantenido el senador Guillermo Padrés, quien parece tener mayor apoyo popular, y en el camino quedó David Figueroa al ser oportunamente nombrado cónsul en San José, California. En San Luis Potosí, a pesar de que oficialmente quedó el candidato deseado, el senador con licencia Alejandro Zapata Perogordo, Los Pinos corre el riesgo de que el gobierno panista de la entidad acabe apoyando a quien semanas atrás era secretario de Salud, Fernando Toranzo, que fue declarado candidato priísta a pesar de que dos de sus principales adversarios, Jesús Ramírez Stabros y Carlos Jiménez Macías, aseguraron que hubo irregularidades graves en los comicios internos. Dado que el gobernador, Marcelo de los Santos, y el candidato panista, Zapata Perogordo, han mantenido diferencias desde años atrás, en San Luis Potosí crece la percepción de que el priísta empanizado será apoyado contra el candidato oficial de Los Pinos. De Querétaro y de Colima se hablará en otra entrega, pero lo cierto es que al calderonismo le crecieron los enanos en el circo partidista (o, en realidad, la corta estatura política está en el centro de diversiones llamado Los Vinos).
Y, mientras sigue la ola de recortes laborales, ¡hasta mañana, en esta columna que se pregunta si de verdad los gobiernos quieren recordar el año entrante los conceptos de independencia y revolución o prefieren un bajo perfil inocuo!
México SA
Carlos Fernández-Vega
Carlos Fernández-Vega
■ Mantener el desempleo, la mejor noticia del “presidente del empleo”
■ Con la “continuidad” el reloj camina en sentido contrario
■ Con la “continuidad” el reloj camina en sentido contrario
La mejor noticia que ofrece el “presidente del empleo” es que en 2009 la tasa oficial de desocupación abierta en el país se mantendría, “razonablemente”, en la cota “que hoy observamos”, es decir, 4.3-4.5 por ciento de la población económicamente activa, según su claridoso cuan sonriente secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón. Esa es la buena, y hay que subrayarlo, porque la mala, que suele ir de la mano con la realidad, indica que el país cada día está más cerca de registrar el nivel de desempleo reportado en el año “de la gran crisis”, a saber 1995. Así, la mejor oferta del gobierno calderonista es mantener “razonablemente” la tasa oficial de desempleo abierto, es decir, que 2 millones de mexicanos se quedan donde y como están, sin esperanza alguna. Y eso es bueno, dice.
En aquel espantoso 1995 el desempleo abierto en el país, versión oficial, afectó a 6.2 por ciento de la población económicamente activa, de acuerdo con los indicadores de la Secretaría del Trabajo citados por la Cámara de Diputados. En ese entonces la medición del desempleo abierto se centraba en las grandes ciudades de la República (con más de 100 mil habitantes y en las que se concentra 75 por ciento de las plazas laborales), de tal suerte que 13 años después y utilizando idéntica medición, esa misma tasa, en diciembre de 2008, se ubicó en 5.54 por ciento de la PEA, apenas seis décimas de punto porcentual por debajo de aquella fatídica cota. Lo anterior, sin considerar el efecto que para tal indicador significa la gran válvula de escape que representa la expulsión de mano de obra a terceros países, fundamentalmente a Estados Unidos.
En 1994, utilizando el mismo indicador citado, el desempleo abierto oficialmente afectó a 3.7 por ciento de la población económicamente activa. Un año después, con la “gran crisis” en pleno ejercicio, se elevó a 6.2 por ciento, para descender paulatinamente a lo largo del sexenio zedillista hasta llegar a 1.9 por ciento en noviembre de 2000. A partir de esta fecha el reloj caminó en sentido contrario.
Con el advenimiento del “cambio”, la tasa oficial de desempleo abierto (medición citada) pasó de 1.9 por ciento a 2.8 por ciento al cierre del primer año de “gobierno”. Al paso del tiempo tal indicador creció y creció hasta alcanzar 4.59 por ciento de la PEA, el último día de noviembre de 2006. Fox ofreció en campaña un millón 350 mil empleos formales por año de gobierno. En realidad, en todo el sexenio apenas si rebasó el millón.
Con la “continuidad” el reloj también camina en sentido contrario. De ese 4.59 por ciento de la PEA, en noviembre de 2006 la tasa oficial de desempleo abierto creció y creció hasta llegar a 5.54 por ciento en diciembre de 2008, previo a “la (nueva) gran crisis” y en plena “Presidencia del empleo”. Y la mejor noticia que puede ofrecer es mantener “razonablemente” la tasa de desempleo “que hoy observamos”.
México acumula 26 años dando vueltas a la noria. Entonces, ¿a dónde llegará el país con tasas de “crecimiento” económico cada vez más colindantes con las reportadas durante la llamada “década perdida”? (la de los 80). ¿Hacia dónde se dirige con una tasa (oficial) de desempleo abierto cada día más cercana a la registrada en el año de “la gran crisis” (1995), cuyos devastadores efectos, según la versión gubernamental, “ya fueron superados”?
Retomamos algunos elementos aquí ya comentados: en los últimos 15 años, alrededor de 18 millones de mexicanos se incorporaron al mercado laboral, y en ese mismo lapso la creación de empleos en el sector formal de la economía (de acuerdo con la estadística oficial) no pasó de 4.5 millones, es decir, tan sólo 25 por ciento de la demanda real fue satisfecha, o si se prefiere que en esos tres lustros apenas 25 de cada 100 mexicanos en edad y condición de laborar pudieron colarse al cada vez más pequeño sector formal de la economía.
Lo anterior, porque algunos especialistas en economía periódicamente consultados por el Banco de México a finales de diciembre pasado comentaron que 2009 sería uno de “los peores años” en lo que a generación de fuentes de trabajo se refiere. Así, en lo que va del siglo XXI se registraron dos años en los que la creación de empleo formal oficialmente reconocido como tal (la estadística del IMSS) apenas alcanzó para satisfacer el 2 por ciento de la demanda real. En 2003, por ejemplo, cuando el gobierno foxista se vanagloriaba de reportar “cifras históricas” en la creación de puestos de trabajo, sólo se generaron 25 mil plazas en la economía formal. Un año antes, en 2002, se crearon 61 mil. En un bienio, pues, sólo 36 de cada mil mexicanos logró emplearse en el sector formal. Si eso no puede calificarse de “peor”, ¿cómo será este 2009?
Entre otros “logros”, la economía mexicana se caracteriza por su permanente raquitismo en lo que a crecimiento se refiere, y una de sus principales consecuencias es la falta de empleo formal. En esos 15 años sólo ha podido satisfacer 25 por ciento de la demanda de puestos de trabajo en el sector formal. Todo indica que ese resultado debe ser tipificado como el peor entre muchas naciones, pero a ojos de los especialistas, el gobierno y sus discursos no pasan de ser folclor. Y todo ello sin considerar la pésima calidad de dichos puestos de trabajo. Semanas atrás en este espacio preguntábamos: ¿cómo debe entenderse, entonces, aquello de que 2009 “será uno de los peores en lo que a generación de empleo formal se refiere”? Lo anterior, porque en tres lustros el promedio anual de generación de empleo formal en el país es ligeramente superior a 290 mil plazas, cuando la demanda real es de 1.1 a 1.2 millones. Si eso no es una crisis en el sector laboral, ¿entonces qué es? La respuesta llegó: se mantendrá “razonablemente” la tasa de desempleo.
Las rebanadas del pastel
Mientras bajo la óptica de la “continuidad” todo es “razonable”, lamentablemente toma cuerpo aquella no lejana premonición de la Organización Internacional del Trabajo, según la cual en 2009 alrededor de 20 millones de empleos serían cancelados a lo largo y ancho del planeta, para incrementar a 210 millones el número de integrantes del ejército de reserva. En Estados Unidos ayer fue un día espectacular en este sentido, al conocerse que muchas trasnacionales de matriz estadunidense aplicarán severos cuan inmediatos recortes de personal, acción que se añade a los 2 millones 600 mil puestos de trabajo cancelados en aquel país a lo largo de 2008, elevando con ello la cifra de desocupación a niveles no vistos desde 1945.
Néstor Martínez Cristo
Los políticamente expuestos
Los políticamente expuestos
Curiosa, por llamarla de alguna manera, fue la reacción de algunos senadores que parecieron sentirse amenazados o sorprendidos, cuando malinterpretaron que el Instituto Federal Electoral (IFE) revisaría sus cuentas bancarias personales.
La reacción de los legisladores fue tal, que la autoridad electoral tuvo que salir al paso para precisar, primero, que no tiene atribuciones para revisar las cuentas bancarias de terceros, a menos que exista una denuncia que presuma algún ilícito en materia electoral, y segundo, que en este supuesto, su obligación sería dar vista a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para que sea ésta, y no el IFE, la que realice la inspección.
Pero los senadores, lejos de escuchar la aclaración del órgano electoral, denunciaron públicamente que las cuentas bancarias de algunos de ellos ya habían sido o estaban siendo escudriñadas.
Seguramente los senadores que han percibido algún tipo de injerencia externa en sus estados financieros están en lo correcto. Como “personas políticamente expuestas” que son, de acuerdo con la ley, los legisladores están sujetos a la vigilancia permanente de sus cuentas bancarias por parte de las autoridades hacendarias del país.
Es muy probable, entonces, que ciertos movimientos financieros ejecutados por los legisladores hayan sido detectados por la Secretaría de Hacienda, y ésta, en estricto apego a sus facultades legales, decidiera proceder a la revisión.
Lo que llama la atención, sin embargo, es la aparente sorpresa y molestia que generó en los señores senadores ventilar que sus cuentas bancarias son vigiladas y, en su caso, revisadas por una autoridad.
Es decir, pareciera que desconocían que el hecho de ocupar el cargo de representación popular que ostentan los convierte automáticamente en personas sujetas al escrutinio financiero de las autoridades hacendarias. Al menos así ha sido durante los últimos cinco años.
En junio de 2003, el Grupo de Acción Financiera sobre Blanqueo de Capitales (GAFI), organismo internacional en materia de prevención del delito de lavado de dinero, elaboró un documento conocido como las Cuarenta recomendaciones para combatir el mal uso del sistema financiero con recursos provenientes de actividades ilícitas, que ha sido reconocido y adoptado por más de 130 países, entre ellos México.
Para implementar las Cuarenta recomendaciones…, que se consideran el estándar internacional para evitar el lavado de dinero y el financiamiento al terrorismo, en mayo de 2004 se creó, en México, la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, como instancia central y nacional para la recepción, análisis y difusión de reportes de operaciones posiblemente relacionadas con actividades ilícitas.
Semanas después, en junio del mismo año, las autoridades hacendarias emitieron diversas normas relacionadas con la detección de operaciones irregulares y en ellas se precisa la definición del término persona políticamente expuesta:
“Es aquel individuo que desempeña o ha desempeñado funciones públicas destacadas en un país extranjero o en territorio nacional, considerando, entre otros, a los jefes de Estado o de gobierno, líderes políticos, funcionarios gubernamentales, judiciales o militares de alta jerarquía, altos ejecutivos de empresas estatales o funcionarios o miembros importantes de partidos políticos”.
Se asimilan a las personas políticamente expuestas, el cónyuge y las personas con las que mantenga parentesco por consanguinidad o afinidad hasta el segundo grado, así como las sociedades en las que la persona políticamente expuesta mantenga vínculos patrimoniales.
Es, pues, amplio el listado de personas políticamente expuestas, sujetas al escrutinio permanente y exclusivo de la mencionada unidad especializada de la Secretaría de Hacienda, y de ninguna otra autoridad u órgano de gobierno o del Estado mexicano.
Y es en este orden de ideas que el IFE dispone en el Reglamento para la Fiscalización de los Recursos de los Partidos Políticos, que su Unidad de Fiscalización remitirá a la Unidad de Inteligencia Financiera de la SHCP, los listados de candidatos a cargos de elección popular y de dirigentes de los partidos que encuadren en la definición ya referida de personas políticamente expuestas.
Quieran o no, los senadores y todos los políticamente expuestos, entre ellos desde luego los consejeros del IFE, son vigilados por la Unidad de Inteligencia Financiera. Así lo establecen las leyes mexicanas y los instrumentos internacionales a que el país se acoge.
Para todos ellos, las garantías que ofrece el secreto bancario son endebles o simplemente inexistentes. Es por eso que resulta curiosa la reacción de nuestros senadores, quienes de ninguna manera pueden decirse sorprendidos.
Javier Flores
Nuevo golpe al neoscurantismo
Nuevo golpe al neoscurantismo
Con la llegada de Barack Obama a la presidencia de Estados Unidos se rompe un acuerdo de la mayor potencia militar y económica del planeta con el Vaticano. Se trata del segundo golpe en el presente siglo a una corriente neoscurantista que quiso adueñarse artificialmente de la conciencia del mundo. El primer descalabro en nuestro continente, curiosamente, ocurrió en México, al declararse constitucional la ley que permite el aborto en el Distrito Federal antes de las 12 semanas de gestación por decisión de las mujeres.
George W. Bush quiso apoderarse del siglo. Ni siquiera está claro si llegó al poder por un procedimiento democrático, pero llenó de sangre la primera década del XXI. La ambición y el odio fueron la marca de la década. Pero el mundo apuntaba ya hacia otros horizontes, que fueron impedidos de manera artificial por ese ocupante de la Casa Blanca. La ciencia, por ejemplo, buscaba y encontraba nuevos caminos para el bienestar y el conocimiento del universo y de nuestra especie, mientras Bush masacraba una cultura milenaria para apoderarse de sus recursos naturales. Al mismo tiempo, de la mano del Vaticano trataba de imponer una ideología en la que en el centro se colocaba el oscurantismo religioso y una visión particular sobre el estatus del embrión humano.
Qué incomodidad para Felipe Calderón. Pasaron apenas unos días desde que acudió al encuentro sobre las familias declarando su filiación vaticana, cuando Obama revirtió las leyes que impiden el apoyo a las organizaciones partidarias del aborto. Digo que es una situación incómoda porque Calderón juega un doble papel: ser un católico confeso, con un apoyo poco disimulado a John McCain, contrincante de Barack Obama, que ahora busca acomodarse –para hablar claro– en el tradicional papel de asistente del presidente de Estados Unidos que desafortunadamente han desempeñado los mandatarios mexicanos. ¿Cómo le va a hacer?
Antes de proseguir, quiero aclarar un concepto: ¿a qué me refiero con neoscurantismo? El oscurantismo medieval basaba el conocimiento no en la evidencia, sino en un principio de autoridad, es decir, se omitía la contrastación de un saber con lo que ocurre en la realidad. El neoscurantismo, que hoy priva, le añade un disfraz científico. De este modo, la oposición del Vaticano a la investigación en células troncales presentada en el seno de la ONU, por ejemplo, se presenta como un paper o un artículo científico, en el que se manipula el resultado de investigaciones para desvirtuar el conocimiento científico. Son muy tramposos. Mienten con antifaz académico.
El creacionismo, para citar otro ejemplo, busca imponer las tesis bíblicas sobre la creación del universo y la especie humana (no del hombre, como ellos afirman) añadiendo supuestos hallazgos de la investigación científica. Es decir, se montan en una ciencia tergiversada para hacer valer sus creencias. Los enemigos milenarios de la investigación, que asesinaron en la hoguera a los protocientíficos en la Edad Media y el Renacimiento, ahora recurren a la ciencia para hacer valer sus creencias… Eso es el neoscurantismo.
Pero volviendo al presente, Barack Obama, presidente de Estados Unidos, levanta el veto al financiamiento de los grupos que apoyan el aborto y rompe así con la alianza de su país con el Vaticano. Sin proponérselo, hace añicos la reunión sobre las familias realizada en México, en la que, además de promoverse un solo modelo de organización familiar, se condenó el derecho de las mujeres a interrumpir los embarazos no deseados, bajo la consigna de la defensa de la vida y la dignidad humanas desde la concepción, que ahora trata el panismo de elevar a rango constitucional en nuestro país.
La ruptura de Obama con el Vaticano en un aspecto que es irreconciliable cambia de raíz la conformación del bloque neoscurantista a escala mundial (integrado ahora solamente por naciones en desarrollo bajo la influencia vaticana). Si bien en Estados Unidos la postura frente al aborto ha oscilado entre republicanos y demócratas, el cambio en la Casa Blanca puede ser la anticipación de su definitivo desmantelamiento
Enrique del Val Blanco
Afores y desinformación
27 de enero de 2009
Muchas veces nos encontramos con desorden en la información que recibimos del gobierno, quedando la duda sobre lo que sucede. Pero hay una que debería ser muy precisa, la referente al caso concreto de las afores.
Según hemos leído en EL UNIVERSAL, los más de 39 millones de trabajadores perdieron 55 mil millones de pesos en rendimientos en 2008, pero también se ha informado que las empresas financieras privadas que gestionan esos fondos —en las que obligatoriamente cada trabajador tiene que estar afiliado a una de ellas— ganaron, sólo en el segundo semestre, más de 8 mil millones por comisiones de la gestión de esos fondos.
Hay que tomar en cuenta que las comisiones de las afores hasta el año pasado no estaban reguladas y el Congreso reformó la ley. Cuando supieron que la reforma limitaba sus ingresos, aumentaron “desaforadamente” sus comisiones, tanto que para los bancos el rendimiento ha sido magnífico. Seguramente parte de esas comisiones, arrebatadas a los trabajadores, han ido a parar al extranjero, a manos de los dueños de los bancos establecidos en México, para paliar la codicia y el fracaso del sistema financiero mundial.
El manejo de plusvalías y minusvalías, como las denominan los burócratas financieros, ha impactado negativamente el patrimonio de miles de trabajadores, a los cuales se les vendió éste como el maravilloso sistema que garantizaba una jubilación más que digna. La realidad está demostrando que no es así.
Esta pérdida del patrimonio familiar es la mayor habida desde la creación de las afores en 1997. Llevamos más de 10 años con este sistema y las dudas sobre él siguen.
Los fraudes cometidos por los operadores bancarios cambiando de afore al trabajador, sin su autorización, la dificultad de millones de ellos para entender cuáles son las diferencias entre una y otra afore o la tardanza con la que reciben sus estados de cuenta son algunos ejemplos que llevan a concluir que este sistema ha beneficiado exageradamente a los banqueros. Incluso hemos visto que su gran paradigma, el sistema chileno, está haciendo agua y las quejas de los trabajadores de allá son similares a las de México.
Decíamos al principio que hay un desorden en la información. El mejor ejemplo es que, según hemos leído, a mediados de enero la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro anunció que la tendencia negativa se ha revertido, y que para el 15 de este mes se registró una ganancia de cerca de 20 mil millones. Esta comisión dice que es una muestra de ¡la evolución positiva de los mercados financieros!
Es necesario, por el bien de todos, que el gobierno les diga a los organismos encargados de manejar el patrimonio de los trabajadores que lo hagan de una manera sencilla, transparente y periódica. Los responsables de las afores y las siefores deben entender que manejan recursos ajenos, no un patrimonio de ellos y, aunque tengan autorización de hacerlo, deben realizarlo con cuidado y esmero.
Analista político y economista
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