Sinaloa: El Movimiento Social en la Esfera de los Partidos Políticos
De manera noble los movimientos sociales se desarrollan en todo el país, hay en su origen la injusticia y el silencio de quien detenta con arrogancia el poder.
Malandro
De manera noble los movimientos sociales se desarrollan en todo el país, hay en su origen la injusticia y el silencio de quien detenta con arrogancia el poder. A lo largo de toda nuestra geografía nacional, y en distintos tiempos el despojo de los recursos naturales, la contaminación de los valles, la destrucción de la los espacios públicos, la violación a los derechos de la población son el caldo de cultivo de la inconformidad.
Al mismo tiempo se encuentran los movimientos que son “auspiciados” por los partidos políticos y la coyunturas, los líderes de los partidos que insisten en “montarse” en la protesta social e inevitablemente la llevan a la negociación política por espacios de poder e ingresos personales, estos personajes siempre están presentes en los movimientos sociales.
El movimiento de la presa picachos es un movimiento legitimo, al igual que lo es el deseo de los pobladores de El Dorado, Sinaloa por convertirse en municipio, este mismo deseo de justicia lo comparten los jóvenes estudiantes que han participado las últimas semanas en la protesta porque se respete el 50% de descuento en el transporte en el Sinaloa; pero, quienes son satélite de estos movimientos no actúan de la misma manera, quienes al amparo de los partidos políticos se mueven en ese contexto, ha sido históricamente un lastre y un detente para el movimiento social en Sinaloa.
Esto es así, porque en todos los movimientos sociales de la segunda mitad del siglo XX y las primera del XXI, han existido comparsas del poder enturno en Sinaloa, y no en pocas ocasiones han pactado su aniquilación. Quizá el caso más representativo lo sea el movimiento estudiantil de la década de 1990, que sólo desenbarasandose de los intereses partidarios logro imponer por la vía de la movilización la reforma al artículo 245 de la ley de tránsito y transporte.
Se hace necesario debatir las condiciones en las que se organiza el movimiento social en Sinaloa, porque actualmente, en todo el estado la protesta esta edulcorada con el aire de la coyuntura política. Los personajes que aparecen en ese contexto no dejan de demostrar que sus objetivos de protesta son cortoplacistas y acotados por los tiempos del poder.
El movimiento social en Sinaloa, ha encontrado muchas veces a su paso el canto de sirenas, y la única manera en la que ha triunfado es cuando desarrolla sus propios liderazgos, entendiendo que el camino de la protesta tiene, como expresará Enrique Félix Castro “El Guacho Félix” al referirse al General Rafael Buelna Tenorio: “Cruza la inmensidad del hombre con la inmensidad del pueblo”. De tal forma que no es sino con los pequeños esfuerzos, alejados del protagonismo, donde se consolidan las grandes transformaciones.
Estamos ante la historia, no dejamos de creer en la juventud de Sinaloa y no dudamos que la inteligencia se sobrepondrá a los límites de la protesta, para dar un paso más y consolidar la participación social como un requisito indispensable de gobierno. La juventud en Sinaloa se ha ganado el lugar para convocar a los actores políticos al compromiso, suyas son las instituciones educativas, ahí en ellas, es donde es indispensable llevar el cambio, convocar a la encuentro, consolidar su transformación.
Es imperativo que el movimiento social convoque a debatir: las condiciones de desempleo, el aumento de los precios, la prepotencia y la antidemocracia en las aulas bajo el “terrorismo académico velado”, la negación del dialógo social, la violación de los derechos de la juventud en Sinaloa. Nadie le dará la palabra a la juventud, nadie le permitirá consolidar sus propios escenarios es ella la que tiene que reconocer su memoria histórica.
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