Madrid, 03 nov (10). AmecoPress. Como “Pandora”, Marta Monasterio siempre ha sido curiosa y activa. “Abrió la caja” del Feminismo por una necesidad vivencial. Desde entonces, se esfuerza por cultivar una mirada que le permita interpretar y crear cada vez más libremente. Es licenciada en periodismo, con título de investigación doctoral en Relaciones Internacionales, y especialista en relaciones de género y feminismo. Ha trabajado en Madrid, México, o los Andes peruanos, experiencias fundamentales en la configuración de una actitud atenta e inclusiva con la que construye puentes entre tendencias, espacios, tiempos y culturas.
Dentro del Feminismo tú te inclinas por el Ecofeminismo.
Sí, además de la inquietud por el feminismo, y mis investigaciones y vivencias junto a otras mujeres, me inquietaba también el ecologismo. Paralelamente, me metí hace 6 años en un grupo de Ecologismo Social y ahí empecé a desarrollar mis inquietudes en el plano de la ecología. Pero de forma paralela: feminismo y ecología social. Fue hace 3 años cuando empecé a investigar sobre el ecofeminismo. Desde entonces las cosas han cambiado mucho. En ese momento, hice un artículo con mi compañero sobre ecofeminismo y todavía era un movimiento muy marginal. Hace un año, con unas amigas, decidimos hacer un grupo, que uniera estas dos tendencias: ecologismo y feminismo. Son dos movimientos que comparten una crítica a una sociedad que no nos gusta y también tienen propuestas que nos parecen interesantes. Queríamos ver cómo se pueden complementar y nutrir.
¿Qué hacéis en ese grupo de trabajo?
Es un grupo, de Ecologistas en Acción, que aglutina mujeres de diversos colectivos sociales de Madrid. Empezamos a reflexionar, leer textos, investigar sobre lo que se ha hecho en la historia. Nos reunimos una vez cada quince días. Hicimos un trabajo muy bonito sobre decrecimiento, introduciendo la perspectiva feminista.
Propuestas
¿El feminismo tiene que cuestionar el sistema capitalista?
Justo ayer tuvimos una discusión acerca de este tema. El feminismo es una palabra que se ha puesto de moda y vemos necesario reivindicar un ecofeminismo anticapitalista, porque si no, se nos cuelan muchas cosas y discursos. Pero para mí, el feminismo es anticapitalista.
El feminismo es lo que cuestiona la sociedad patriarcal y el capitalismo es la expresión del patriarcado. El capitalismo no existe si no existe la desigualdad de género. Por eso para mí el feminismo cuestiona en esencia el capitalismo. Lo que sucede es que hay olas de feministas que están dentro del sistema y hablan de la participación de las mujeres en un sistema capitalista y en la democracia formal que vivimos y no cuestionan esas estructuras.
¿Cuáles son las principales propuestas del ecofeminismo?
En nuestro grupo, a la vez que vamos haciendo, vamos estudiando. Nuestra propuesta inicial es que hay que buscar la sostenibilidad ambiental, la equidad entre hombres y mujeres y la justicia social.
Todos los ecofeminismos parten de la denuncia de una crisis sistémica, hay una crisis ambiental muy fuerte a la que hay que dar respuesta. Y también parten de que hay una relación, un vínculo muy fuerte, entre la naturaleza y las mujeres. El trabajo de las mujeres, como la naturaleza, ha sido explotado y no ha sido valorado. Y también, las mujeres han sido consideradas como inferiores. Ese vínculo, para nosotras, es algo totalmente construido, se basa en una ligazón histórica; las mujeres tradicionalmente están más ligadas a la vida y a la naturaleza y menos a las guerras, a la destrucción. Esto va cambiando.
Nosotras partimos de la tercera ola del ecofeminismo, constructivista. Y nos estamos planteando si hay una cuarta ola, que se plantea dar respuesta a la crisis sistémica que vivimos.
Ese vínculo que establece el ecofeminismo, especialmente las primeras tendencias, esencialistas, entre las mujeres y la naturaleza, esa suerte de diferenciación de las mujeres basada en el hecho biológico de la reproducción, no es muy bien vista por gran parte del feminismo
Claro, las olas de esencialistas eran muy pobres desde el punto de vista teórico y el ecofeminismo fue estigmatizado a partir de ahí. Luego, las constructivistas quisieron separarse radicalmente de sus predecesoras. Pero nosotras queremos rescatar las aportaciones de las distintas corrientes, hay elementos muy valorables en todas.
Por ejemplo, vemos necesario rescatar ese nuevo modo de relacionarse que reclaman las esencialistas, de cooperación, más solidario; que no se llame ética femenina, que se llame ética desde el feminismo, o ética de los cuidados, pero sí es importante rescatar esa propuesta ética. Hay cosas muy rescatables, formas de lucha no violenta, por ejemplo. Y nosotras estamos viendo cómo rescata todo ese proceso y cómo adaptarlo a nuestra realidad.
Comunicación
Háblanos de la cooperativa "Pandora Mirabilia"
Somos cuatro amigas, del campo de la comunicación y feministas. Hace tres años, decidimos unirnos para llevar nuestras inquietudes al campo profesional y de ahí, promover ese cambio social al que aspiramos. Abarcamos varios temas que se incluyen en el campo de la comunicación y el género: coeducación, comunicación, talleres de alfabetización audiovisual, análisis de contenidos de los medios. Hacemos campañas, talleres, investigaciones, reportajes. Combinamos la investigación, la realización de materiales didácticos y la intervención social.
¿Qué es necesario cambiar en la imagen que transmiten los medios de comunicación de las mujeres y del feminismo?
El feminismo en los medios de comunicación está totalmente estigmatizado. No se habla mucho, y cuando se habla, es para destacar algún elemento negativo o superficial. Yo creo que a la mujer todavía no se la toma en serio, ni como interlocutora, ni como agente político, ni como fuente de información. Y por otro lado, la imagen que se representa de las mujeres sigue siendo muy estereotipada. Creo que los medios reflejan también una sociedad que todavía sigue siendo muy machista, por cómo se las nombra, cómo se las describe. Son imágenes que no favorecen a considerar que las mujeres son sujetos activos. Y para las periodistas, dar voz a las mujeres es muy difícil.
Una parte fundamental de tu vida y de tu experiencia en el trabajo con mujeres, han sido tus viajes. ¿Qué te ha aportado el trabajar con mujeres de otras culturas y cuál es tu punto de vista acerca del trato que da nuestra sociedad a las mujeres que llegan procedentes de otras culturas en busca de futuro?
Yo he vivido en México y en Perú y he tenido la suerte de trabajar con mujeres indígenas. He aprendido ver la realidad de otra forma, me he encontrado a mujeres muy fuertes, que tienen cosas muy claras, que se alían entre ellas. Por un lado te das cuenta de lo que produce tu forma de vida en otros lugares, las consecuencias que tiene, y por otro, ves cómo, a pesar de las dificultades, las mujeres tienen mucha fuerza y una gran capacidad.
Con respecto a las mujeres inmigrantes, pienso que se las trata con un enorme paternalismo, que no tienen voz, cuando son mujeres que tienen mucho que aportar y que decir sobre su situación. Pero no se tienden puentes. Y el reto para una sociedad multicultural como la nuestra es tender puentes, facilitar la comunicación y el diálogo.
Fotos: AmecoPress
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