11/01/2010

Gil Zuarth, el candidato oficial II



FOTO: Germán Canseco
Gil Zuarth. El respaldo presidencial

Álvaro Delgado

MEXICO, DF, 1 de noviembre (apro).- El caos en el que está convertido México por la superlativa incompetencia de Felipe Calderón, teñido de sangre de los pies a la cabeza, alcanza también al Partido Acción Nacional (PAN), que en sólo diez años se corrompió hasta el tuétano.

Si hasta los más hipócritas militantes reconocen la descomposición del PAN, no tendría por qué no hacerlo un viejo militante de muchas batallas, César Leal, quien no identifica la perversión de su partido en mentes que dominan la ciencia política para la conquista y retención del poder, sino en simples parásitos de la política.

“Dicen que se pervirtió por razones de poder. No, se pervirtió por chambismo. Son dos cosas diferentes: el poder es servicio; el chambismo es egoísmo en favor de uno nada más”, explica Leal, quien dice que la “crisis de unidad y congruencia” del PAN obedece a confundir éste con una “pandilla por los puestos”.

Parece frívolo traer a cuento detalles de las cañerías del PAN en un momento de desastre nacional, que lamentablemente se recrudecerá mientras Calderón y las redes de corrupción que lo sostienen tengan vigencia, pero precisamente la condición de estos políticos chambistas en el poder --el adjetivo pequeño les queda grande-- pone de manifiesto en manos de quién está la nación.

En los días recientes se ha conocido entre panistas un dato que les da escalofrío y debe poner en alerta a los ciudadanos: Así como Calderón recurre a la razón de Estado para justificar su “guerra”, cuyo fracaso ahora quiere endilgarle a todos los mexicanos, también la invoca para imponer a Roberto Gil Zuarth en la presidencia de ese partido.

Eso fue lo que, por ejemplo, dice el consejero vitalicio Rodolfo Elizondo Torres para justificar su firma para el registro de Gil Zuarth, cuya militancia de 2 años y 4 meses ha sido impugnada ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) por la senadora Judith Díaz Delgado.

Elizondo, quien trascendió el sexenio de Vicente Fox como secretario de Turismo --lo que en buena medida explica la situación de esa rama de la economía--, reconoce que su sobrina, Patricia Flores Elizondo, la que le pidió otorgar el aval de su firma a Gil, y a quienes lo han escuchado les puntualiza un dato: “Es una política de Estado del presidente (sic) Calderón”.

La presidencia del PAN es entonces, según Calderón, un asunto de Estado.

Nada menos.

Eso explica por qué los otros contendientes, Judith Díaz, Cecilia Romero, Gustavo Madero y Francisco Ramírez Acuña hayan exigido, en privado, imparcialidad a César Nava, presidente saliente del PAN, porque desde Los Pinos y otros ámbitos gubernamentales se viene presionando a los consejeros nacionales para convalidar la tercera imposición de Calderón.

Por voluntad de él, como se ha publicado en Proceso, esta maniobra está a cargo de Patricia Flores, que en los hechos tiene más poder que cuando era jefa de la Oficina de la Presidencia, y en ella interviene un ejército de altos burócratas que trabajan, al mismo tiempo, para la ya abierta candidatura presidencial de Alonso Lujambio, secretario de Educación.

Pero el que con toda claridad justifica como asunto de Estado la imposición de Gil como el presidente del “postcalderonismo” es otro de los impuestos, Germán Martínez, quien en su artículo en Reforma de este lunes corrige a los despistados que creyeron ver un rompimiento y no las complicidades, como aquí se escribió la semana pasada.

“Muchas tareas tendrá el nuevo presidente del PAN, y otra más será cuidar políticamente a Felipe Calderón cuando ya no esté en la silla presidencial (…) En el postcalderonismo el PAN deberá seguir defendiendo esa lucha del Presidente. No tendrá de otra. Es realismo, realismo ético (sic).”

Lo de menos es que Martínez aluda al nuevo choque con Fox --“¿alguien imagina al expresidente Calderón, después de perseguir sin vacilación a los criminales en México, organizar conciertos de Elton John en Michoacán?”--, porque lo que transparenta es que la imposición de Gil es, en efecto, un asunto de Estado.

Y el país que se pudra…

Apuntes

La nueva para los optimistas del felipismo: En 2011seguirán los aumentos al precio de las gasolinas, y por tanto de todos los productos de consumo popular…

Comentarios: delgado@proceso.com.mx

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