Pedro Echeverría V.
1. Revisando algunos materiales me he encontrado que alrededor de 30 por ciento de la población de México pertenece a las clases medias. En tanto que el 95 por ciento de los campesinos, los obreros, así como los bajos empleados de tiendas y almacenes, poseen ingresos miserables de uno o dos salarios mínimos (de mil a tres mil pesos mensuales, unos 13 pesos por dólar), las clases medias pueden estar ubicadas entre los tres salarios mínimos cuatro mil 500 pesos y 15 salarios que serían casi 80 mil pesos, es decir, un ingreso medio que llevaría a clase media baja, clase media media y clase media alta. Los ricos (políticos, empresarios, banqueros, obtienen 100 mil pesos o cien veces más. Obvio, no puede ser sólo el factor ingresos económicos es que definan a individuos y familias; influye la urbanización, las formas productivas, la tercerización del empleo y el nivel educativo. Pero las clases medias, por su comportamiento y cultura, quedan bien ubicadas.
2. A las clases medias Marx les llamó “pequeña burguesía” pensando en el ingreso económico, pero más en la conciencia de clase que ellas han representado a través de los siglos. Pensaba que sólo el proletariado (la clase trabajadoras de la gran industria) era una clase revolucionaria porque era el producto directo de la explotación capitalista y porque las otras clases –el pequeño industrial, el pequeño comerciante, el artesanado y el campesino- van degenerando y desaparecen con el desarrollo de la gran industria; luchan las clases medias contra la burguesía sólo para salvarse de la ruina. Sólo son revolucionarios cuando tienen ante sí la perspectiva de su tránsito inminente al proletariado. Pero después de 150 años de Marx muchísimas cosas han cambiado, pero esa tendencia apuntada en las clases sociales sigue bien presente porque esas medias siguen tan tambaleantes e inseguras políticamente. Pero, ¿Qué pasó con el proletariado o clase obrera?
3. ¿Por qué sólo el proletariado podía ser revolucionario hace siglo y medio? Porque las demás clases (campesinos, artesanos, pequeño industrial y comerciante) pertenecían al sistema feudal y sus intereses eran individuales. Los obreros por el contrario se veían obligados a luchar colectivamente por sus intereses fabriles así lo eran. Marx no fue adivino ni simple especulador, sino que estudió profundamente la situación y anunció tendencias sociales, económicas o políticas. En 150 años, aunque el capitalismo explotador ha sufrido cambios profundos sigue siendo capitalismo explotador. Si en aquellos años la lucha de clases era el motor de la historia, hoy sigue siéndolo a pesar de que se hable del “fin de la historia” y se diga que desaparecieron las clases y por tanto la lucha entre ellas. Lo que ha sucedido es que el porcentaje de las clases medias ha crecido, el proletariado de la gran industria se ha integrado y otras subclases han aparecido.
4. Ya desde principios de los sesenta una serie de pensadores como Gorz, Marcuse, los anarquistas, etcétera, escribían que el proletariado de la gran industria estaba siendo integrando, se hablaba de su aburguesamiento y que otros sectores estaban entrando a las luchas contra el capital, las guerras, el autoritarismo, las represiones y la contaminación. Surgían las batallas por la liberación de las mujeres, los jóvenes, los marginales o lumpen, los homosexuales, y hoy los ecologistas y defensores de los derechos humanos. Mientras tanto sectores muy radicalizados de las clases medias se fueron despojando de las degeneraciones consumistas de su clase y comenzaron a comprometerse con las luchas sociales. Estos sectores, que renunciaron a los vicios clase medieros, comenzaron a integrar los partidos revolucionarios, comunistas y socialistas y a autonombrase vanguardia ante la falta de obreros en muchos países semifeudales y agrarios.
5. La realidad es que las clases medias han sido en los últimos 50 años el objetivo de toda la mercadotecnia que ha buscado crear falsas necesidades en ellas. La gran burguesía tiene todo y compra todo, pero las clases medias quieren comprar y comprar todo pero no puede. La propaganda y la publicidad del mercado la enloquecen, le hacen suspirar y soñar en una vida como la de los grandes ricos. James Lull escribió que el mercado a reemplaza al gobierno en su papel de regulador de los medios y Marcusse enseñó que entre el pensamiento acerca del consumismo de una secretaria y una millonaria no había diferencia porque las dos habían formadas por el mercado. ¿Cómo resistir? Bonfil Batalla, en su libro México Profundo, ha explicado el carácter intervencionista y agresivo del capitalismo que lo quiere conquistar todo y el carácter conservador de la cultura mesoamericano que se resiste a no ser conquista y así conservar su cultura.
6. Carlos Contreras explica respecto al gobierno de Venezuela que “la clase media está media jodida, pero es también medio jodedora; su comportamiento es acomodaticio, pero siempre dirigiendo su mirada hacia los letrados, cultos, adornados y elegantes vecinos del penthouse que está sobre su modesto pero “arreglado” apartamento. Se quejan por no cambiar de BlackBerry cada dos meses, por tener dos carros pequeños que “ya” tienen 3 años; porque no puedan renovar la decoración de su residencia o cambiarla por una mas grande y en “mejor” sitio o que sus vacaciones sean una “piche” semana alquilada de un “Resort” que han pagado anticipadamente en el año y en baja temporada y no poder tener un apartamento propio en la playa o un chalet en la montaña o porque viajan solo una vez a Miami y Panamá para “hacer mercado”. Son los que se lamentan y lastiman su psiquis porque sus aspiraciones y sus “aparentes apariencias” van juntas pero no revueltas y sus ingresos no las acompañan porque van para otros lados.
7. Son esas clases medias los principales actores en los procesos electorales. Podría decirse que –aunque las clases millonarias determinan el rumbo, los candidatos, la propaganda y publicidad de esos procesos, es la clase media la parte más activa que pone en práctica la instrumentación electoral. Aunque voten muchos obreros, campesinos e indígenas, la realidad es que son las clases medias la parte dinámica del evento. Los sectores de trabajadores pobres, miserables y marginales –a pesar de que la ideología dominante es la ideología de la clase dominante- le dan mucho contenido a las luchas sociales en el campo, las fábricas y calles, pero no a los procesos electorales. Por ello, ante el crecimiento explosivo de las clases medias, su dependencia casi absoluta del mercado y el consumo, lo más importante es el desarrollo de un proceso de participación en diferentes batallas que deben usarse para un largo proceso de concientización.
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