12/07/2011

Felipe Calderón y las semillas del terror: a 5 años de mandato



Foto/Fuente: presidencia.gob.mx

“Con lo que hacemos hoy estamos sembrando ese México seguro y en el futuro cuando crezca ese árbol su sombra será la de un México fuerte que aspiramos tengan los mexicanos por venir”, se expresó el día de ayer un Felipe Calderón orgulloso, durante su quinto informe de gobierno.

La rigurosidad de en la estrategia de seguridad del presidente Calderón, producto de ese temor (mismo que acosa a todos los mexicanos), le impide asistir a lugares públicos, prefiriendo en casos como éste, la seguridad del campo militar; su fracaso lo obliga a rodearse de funcionarios y miembros de la Fuerza Aérea, del Ejército, la Policía Federal y El Estado Mayor Presidencial, además de su cambiante e inestable gabinete que lo mantengan intacto en su burbuja, misma que tras cada segundo de su mandato se desgasta. La comitiva de logística seleccionó a los invitados pertinentes y se encargó de que la oposición no tuviera presencia en la explanada militar.

Fue de esta manera como, a las diez de la mañana del pasado 5 de diciembre, Felipe Calderón dio su mensaje en Campo Marte, el cansancio en su voz y su rostro era más que evidente. Su discurso se centró en la forma en que opera el crimen organizado y cómo permea a la sociedad, como si no supieran los mexicanos lo que es padecer en la cotidianidad la violencia que estos grupos delincuenciales imprimen, fortalecidos por la ineficiencia del Estado.

La ética, la moral, el compromiso y la responsabilidad, dijo eran base de la “Estrategia de Seguridad Nacional”, de la que según él, se han dado frutos. Afirma que la ciudadanía siente respondidos sus reclamos de justicia, pasando por alto los asesinatos de Julio César Reyes, Marisela Escobedo y Nepomuceno Moreno (Activista en el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad), además del atentado del que fue víctima Norma Andrade (fundadora de la Organización Nuestras Hijas de Regreso a Casa), entre otros activistas más ¿A ese tipo de respuesta se refiere?

Además, señaló que las operaciones en contra del crimen organizado han resultado exitosas porque han detenido a 21 de los 37 delincuentes más buscados, pero, en este proceso ¿Cuántos inocentes han muerto?

Hoy las estadísticas se ensanchan, más muertos, más violencia, más injusticia y un Estado con menor capacidad de respuesta. Según el presidente, aún cuando sólo tuviera “piedras” daría la pelea contra el crimen organizado ¿Por qué entonces se resguarda en un campo militar con un equipo de seguridad armado hasta los dientes? ¿Es que acaso teme a la violencia engendrada por su misma estrategia durante estos últimos 5 años?

El temor de Calderón a los criminales es igual que el de cualquier ciudadano mexicano, con la diferencia de que para él sí hay protección por parte de la policía; y es que la realidad prevaleciente es desfavorable e imponente ante la falla de un Estado que no puede afrontar a la delincuencia nacional e internacional. Estados como Chihuahua, Tabasco, Sinaloa, el Estado de México, Guerrero, Nuevo León, Tamaulipas, Veracruz, Zacatecas, entre otros, pueden dar cuenta del pánico que se ha sembrado.

El profundo sentimiento de vulnerabilidad de los ciudadanos ante la incertidumbre del futuro en México, genera terror y miedo, productos de un Gobierno corrupto, clandestino, y para muchos ilegítimo, que ha generado experiencias traumáticas con daños tanto fisiológicos como psicológicos para muchos miembros de la población.

Phillemer señala que ante cualquier registro de peligro, se produce una descarga inmediata de adrenalina tal como la del estrés, que pone en acción al individuo para hacer frente al problema, que al mismo tiempo se concentra en la amenaza con el fin de afrontar la adversidad o escapar. Sin embargo, cuando ninguna de las dos es posible por la magnitud de la violencia o de la amenaza, el sistema de autodefensa queda desmantelado, fragmentado y dislocado, es entonces cuando la persona se siente invadida por el terror, el miedo y la indefensión. Esta situación produce que el sistema de autoprotección del individuo funcione de una forma desorganizada y de un modo exagerado durante mucho tiempo después de que la violencia haya terminado.

“Hasta el último día de mi mandato seguiremos en esta brega por darnos el México seguro que nuestros hijos merecen, lo hacemos por ellos, sabedores que lo que sembremos ahora florecerá en el futuro” señaló efusivamente Felipe Calderón frente a su esposa e hijos.

Más faltando ya un año para la culminación de su sexenio, queda claro cuáles serán los resultados que en lugar de disfrutar (como Calderón lo recalca), sufrirán las generaciones venideras. La sombra de los dueños de la guerra será posiblemente la que perdure durante años en la mente de aquellos pequeños que sufrieron directa o indirectamente de las balas, la injusticia y la ceguera de la clase gobernante de hoy.

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