3/17/2012

El manejo inexperto de una elección



Samuel Schimidt

En un país democrático las elecciones se manejan solas, en México se requiere de la intervención de múltiples factores, entre ellos un supuesto consejo ciudadano, que produce uno de los procesos más caros del mundo, y ni así garantiza que las elecciones sean una fuente legitimadora.

Esta semana había una gran interrogante en el país sobre las razones para que un grupo numeroso de maestros saliera a las calles a protestar, es una época extraña para todos, no tiene nada que ver con las labores cotidianas del sector educativo, pero en cambio hay coincidencia con el término de la gestión del comité ejecutivo del sindicato, pero el tema no fue parte de las demandas de los que marcharon; en cambio parece haber cercanía con eventos que rebasan por mucho el ámbito magisterial.


La marcha surge en el momento en que se abre el registro de candidatos a presidente, diputados y senadores, y coincide con varias campañas en contra de la líder del sindicato de maestros, de tal manera, que parece ser parte de esa andanada y no de las demandas de los maestros.


Se da a conocer que la revisión salarial de los maestros no se ha iniciado, siendo que durante la administración de Calderón, esto se había hecho de manera temprana para eliminar conflictos, y la marcha de los maestros no parece elevar demandas para esa revisión, sino para al parecer, frenar la evaluación que el gobierno empezará a hacerles.


Sin embargo, en un país suspicaz por naturaleza, hay quien piensa que ha intervenido una mano poderosa para debilitar a Elba Esther Gordillo dentro de su gremio, generando nuevos interlocutores, y de paso debilitar su posición frente a las elecciones, aunque posiblemente, ya en la mesa de negociación no pública, este último tema sea más importante, porque la dinámica de negociación del gremio se realizará teniendo como trasfondo las elecciones, lo que le da un tinte muy especial, imagine usted el río revuelto que se propiciaría, si se genera un conflicto con los maestros que afecte la intención del voto.


La maniobra puede parecer hasta inteligente, supuestamente reducirle el poder a un factor dentro del sistema ayuda a nivela el terreno y ampliar la competencia, excepto que, la andanada contra la lideresa se refiere a la crítica amplia sobre la calidad del sistema educativo, no a sus cuotas de poder, y la marcha no aportó nada para la mejoría de la educación, más bien parecería que hay una negativa a ser evaluados y que se afecten intereses facciosos. Tampoco vimos un discurso para mejorar las condiciones de trabajo de los maestros, que por sí mismo sería loable. Política partidista pura y dura. La ciudad de México se vuelve rehén de un juego que no se entiende, que entre otras cosas, afectó el proyecto de los que todavía tienen recursos para apoyar el puente del
21 de marzo, nacimiento de Benito Juárez, para los olvidadizos.


Pienso mucho entonces que el título del artículo puede estar equivocado, tal vez debería ser el manejo faccioso de una elección. Porque si para debilitar a una contrincante política se puede echar mano de lo más preciado que tiene un país, sus jóvenes y niños, no hay nada que frene los intereses aviesos que se agazapan tras las posturas político-electorales. Y esto no es moralina, es el reconocimiento de que ciertos elementos sociales deben permanecer fuera del alcance coyuntural e inmediatista de los políticos.


He sostenido que no hay nada de malo en que un presidente trabaje para que su partido gane las elecciones, la única limitante es el país. Los intereses nacionales no pueden afectarse porque el presidente está jugando a que su candidata gane y a que su partido se haga del control del congreso para que tengan control absoluto, en parte para protegerlo y otorgarle impunidad futura.

Mientras fue la elección interna del partido pudimos quedarnos callados porque era cosa de ellos, excepto que al usar el presidente al aparato del Estado para que su candidato ganara, lo convirtió en cuestión nacional. No pudo imponer a su candidato, ahora repite el numerito para que gane la candidata de su partido, trata de allanarle el camino, aún a costa de perturbar los procesos de trabajo que deben estar a salvo de la política y sacrificando los intereses de la nación con un enfoque parcial y egoísta.

Esta no es una competencia por un modelo de país alternativo, esta es una lucha facciosa, que todavía, por desgracia, no muestra lo peor de sí, pero que ya en este momento, perdieron los mexicanos, ups, y las mexicanas.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario