Serpientes y escaleras
Contra
lo que sus detractores quisieran y lo que algunos analistas aventuran,
el Congreso del SNTE que se realiza esta semana en Los Cabos no será el
marco para la despedida de Elba Esther Gordillo. La profesora no piensa
retirarse en lo inmediato del liderazgo que ejerce en el sindicato
magisterial y, en todo caso, espera definiciones en el inicio de
sexenio para saber cuál será la estrategia política y sindical de su
gremio durante el gobierno de Enrique Peña Nieto.
El
anunciado retiro de Gordillo es más un deseo de sus críticos que una
intención real de la lideresa, al menos en estos momentos. No hay en
Los Cabos previsto ningún anuncio de ella en ese sentido y ninguna
intención de hacer, por ahora, nada que se parezca a una transición de
su liderazgo. Las discusiones y las definiciones, dice un integrante de
la cúpula magisterial, serán más bien internas del SNTE, que se prepara
para iniciar “una nueva etapa”, buscando consolidar su autonomía y
preparando sus instituciones internas.
En
todo caso, la maestra buscaría prepararse y acuerparse con su sindicato
para las presiones que pueden venir con el inicio de una nueva
administración: adaptación del magisterio a un nuevo modelo educativo y
la exigencia de la sociedad para que haya cambios de fondo en la
educación. Eso aunado a las definiciones que está por tomar el
presidente electo Enrique Peña Nieto en el sector educativo, desde la
designación del titular de la SEP hasta el tipo de relación que
sostendrá con el SNTE, hacen que Gordillo y los principales líderes del
sindicato se preparen para cerrar filas en previsión de lo que venga.
Porque
aunque su relación política con Peña Nieto sigue cercana, Gordillo y el
SNTE no han recibido ninguna señal sobre el tipo de relación que el
próximo presidente planteará al poderoso sindicato. No está claro si
Peña pactará con Elba Esther, si buscará su apoyo para profundizar una
reforma educativa, o si buscará más bien una relación estrictamente
laboral con los maestros. En cada caso el escenario para el gobierno y
para el sindicato cambia y eso es parte de lo que seguramente
discutirán por estos días en Los Cabos.
Una
señal de que, aun con la amistad que mantienen, no hay acuerdo entre
Peña y Elba Esther, es el deslinde que hizo Gordillo de una especie que
circuló esta semana sobre la intención del presidente electo de nombrar
a Tomás Ruiz como director del ISSSTE en la próxima administración. La
maestra mandó a sus mensajeros a aclarar que esa designación, en caso
de ocurrir, no tenía nada que ver con ella y que su relación actual con
Tomás era más bien distante.
Así
que Gordillo está lejos de retirarse, por voluntad propia, del
sindicato magisterial y más bien se prepara para aceitar su poderosa
maquinaria sindical y política en espera de las definiciones que vienen
de su amigo Peña Nieto.
NOTAS
INDISCRETAS… El reparto de las comisiones está listo y negociado en San
Lázaro y en teoría debería anunciarse este martes. El único problema es
que el PAN y el PRD se están peleando por la Comisión de Asuntos
Agrarios que el PRI ya le había cedido al PAN, pero los panistas, en un
extraño enjuague se la cedieron a su vez al PRD y ahora no lo
reconocen. El otro jaloneo que queda es por el número de comisiones que
le corresponde a cada partido. Los priistas reclaman 23 por su mayoría;
el PAN vale 12 pero insiste en que quiere 13; al PRD le alcanza para
11, el PVEM cuatro, el PT dos, el Movimiento Ciudadano dos y Nueva
Alianza uno. Todos los partidos están ya listos para hacer el reparto
el martes, sólo panistas y perredistas siguen peleando por sus acuerdos
que incumplen entre ellos… Por cierto los panistas intentan presionar
en San Lázaro por más comisiones a cambio de que no modifiquen la
reforma laboral en el Senado pero del lado de los priistas dicen que
“eso es chantaje y no les va a funcionar”… Los dados abren semana.
Escalera.
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