John Saxe-Fernández
En
momentos en que la economía mundial tiende a la parálisis por la caída
de la demanda agregada, la baja salarial, el desempleo y la
precarización del trabajo, continuar con el diseño económico y de
seguridad de Estados Unidos en México es contribuir al desplome del
país, la región y el orbe. Se trata de la segunda economía más
importante de América Latina. En contraste con otros países
latinoamericanos, la prognosis para México es sombría: Peña Nieto
(EPN), bajo inercias regresivas, avala la multifacética embestida de
Calderón contra los trabajadores, al alentar la
En materia energética EPN anunció desde una Europa sumergida en gran
crisis, que intenta profundizar el destrozo, desarticulación y
privatización de las actividades sustantivas de Pemex, y
constitucionalizar la entrega del petróleo y el gas de esquisto a
grandes petroleras/gaseras, como aspira la tóxica Exxon-Mobil. Si
además prosigue con la macroeconomía de los programas de ajuste
estructural, anularía de tajo cualquier salida reforma laboral, parte de los programas de ajuste estructural (PAE) del Banco Mundial-FMI-BID, que han sido y son
la rutaseguida por sus antecesores, en realidad, country managers de esos entes subrogados al Departamento del Tesoro, que han devastado al país, sus recursos y patrimonio: De la Madrid, Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y ahora EPN y sus tecnócratas.
no traumáticaal deterioro del mercado interno, del aparato productivo y al incremento de pobreza, desempleo e informalidad económica, atropellando la economía popular y de la clase media con regresivos esquemas fiscales (aumentos y ampliación del IVA) manteniendo los gasolinazos y la riesgosa liberalización y desregulación de la entrada y salida de capitales golondrinos. Lo sabe Hacienda: hay riesgo de contagio de la crisis en los países
centralesdonde va Peña, sea en pos de inversión o al
rescatede España, donde Pemex es botín empresarial.
Con las bases socioeconómicas y político/militares fragilizadas, desviadas de sus funciones y corroídas por la corrupción, los costos sociales de los programas de ajuste estructural son monumentales. Magnifican la hecatombe humanitaria que hereda el PRI del siniestro régimen de terror que concluye bajo el peso de más de 90 mil cadáveres y decenas de miles de familias enlutadas por una tragedia incalificable, repleta de ejecuciones extrajudiciales, desaparecidos, torturados, desempleados, pobres y un endeudamiento y deterioro colosal del país, de sus estados y el notorio desgaste patrimonial de Pemex, su principal fuente de ingresos.
Ante la inusitada entrada de capital especulativo, los programas de ajuste estructural mutan en
errores tectónicos, con un potencial de caos y muerte mayor al de la
guerra irregulardel Pentágono adoptada por Calderón y que padecemos bajo facha de
guerra al narco. Nos exponen a otro
rescatey saqueo como el de diciembre de 1994, ejecutado por Goldman Sachs, Citigroup et al, y los Robert Rubin de siempre, junto a especuladores de dentro y fuera, políticos y magnates saca-dólares.
Se dice que EPN ampliaría y elevaría el IVA. Mejor que lo piense. Los del FMI-BM saben que gasolinazos y más IVA impulsan estallidos sociales, colocando al país de rodillas. Ya es muy grave el registro diario de muertos, robos y operaciones de grupos armados.
En lugar de situar la carga del gasto corriente sobre Pemex, los trabajadores y la golpeada clase media, que lo haga con los sectores de alto ingreso. Es mejor atender las sugerencias de Guido Mantega, ministro de finanzas de Brasil, para quien a corto plazo debe estimularse
el crecimiento de la demanda agregada y la creación de empleos. Advierte que
los países en desarrollo no pueden soportar pasivamente las consecuencias de las políticas de las naciones avanzadas expresadas a través de mayores y más volátiles flujos de capital y movimientos del tipo de cambio(La Jornada, 13/X/12, p.31).
En este medio volátil, procede, en materia de seguridad y crimen organizado, tratar con ciudadanos, no con
enemigos, depurar y fortalecer al Ministerio Público, atender el lavado, el flujo de armas y una gradual desmilitarización. Sería torpeza mayor, como hizo Calderón, no seguir los protocolos de la Convención de Palermo, que México firmó y entró en vigor en septiembre de 2003.
Si EPN se guía por los programas de ajuste estructural y lo hace con los diseños militarizados y represivos de Estados Unidos, se generarían, como advirtió Miguel Angel Mancera,
sistemas de violencia a manera de guerras civiles(La Jornada, 13/X/12, p.30). Con cientos de miles de bajas.
jsaxef.blogspot.com
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