Cuando
se rompió la coalición entre el PRI y el Panal quedaron abiertas las
puertas de la comunicación y buena voluntad; ninguna de las partes
culpó abiertamente a la otra (Elba Esther Gordillo responsabilizaba, en
todo caso, a la oligarquía del PRI, pero no a Peña), por lo cual se
generó la sospecha de que pudiera darse una alianza informal entre
ambos partidos, al estilo de la que se dio en 2006 con Felipe Calderón.
Es decir, que el voto de los panalistas se dividiría; para el partido
en el caso de diputados, y una buena parte para el candidato de otro
partido (Calderón, en 2006 y, presumiblemente, Peña este año). En
realidad, y como lo demostró mi colega del CIDE Javier Aparicio, el
voto útil del Panal en 2006 (es decir, el que no se emitió por Roberto
Campa) se dividió en dos mitades: una para Calderón y otra para López
Obrador. Otra cosa es que Gordillo le haya vendido a Calderón el mito
de que todo el voto útil de su partido se hubiera emitido por él y que
eso fue definitorio para el triunfo del panista; no fue así, pero
Calderón lo creyó (recompensando con creces la ayuda supuestamente
decisiva de Elba Esther).
Cuando
Gabriel Quadri aceptó la candidatura del Panal se le preguntaba que si
estaba dispuesto a jugar el papel de Campa en 2006, es decir, que una
parte del voto del Panal fuera a dar a otro candidato distinto. Desde
luego él respondía airado que jamás aceptaría ese rol. Pero eso volvió
a ocurrir, aunque no haya sido publicitado de la misma forma que hace
seis años (con los mensajes de “uno de tres”). Resulta que la votación
para diputados en favor del Panal fue de 2 millones 33 mil 159 votos
(4.1%), en tanto que para Quadri fue sólo de un millón 150 mil 662
(2.3%), es decir, 882 mil 497 sufragios menos. Se sabía que el voto
corporativo y duro del Panal le garantizaba su registro,
independientemente del buen o mal desempeño de Quadri (lo sugerían las
cifras tanto de 2006 como de 2009). Pero para competir necesitaban
registrar un candidato presidencial, el que fuera.
Por
otro lado, se daba por hecho que, de ocurrir esa transmigración de voto
útil del Panal a un candidato distinto de Quadri, sería para favorecer
a Peña. Incluso, bajo esa suposición se hablaba de que Quadri podría
aparecer como secretario de algo (Medio Ambiente, presumiblemente) en
el gabinete de Peña, como pago a su buena disposición. Y hoy mismo se
especula que el pago por el favor de la maestra Gordillo se refleja en
la reaparición de Campa en el equipo de transición de Peña, con
posibilidad de ocupar un cargo en el gabinete. Pero si el voto útil del
Panal se hubiera canalizado esencialmente a Peña, éste tendría cerca de
800 mil votos más que el PRI-PVEM en la Cámara Baja (y en el caso de
que la teoría de AMLO sobre la compra masiva del voto, pero sólo para
la pista presidencial, Peña registraría esos 5 millones de votos más
que su coalición para diputados).
Y no es así. Peña tiene sólo 273 mil 166 votos más que el PRI-PVEM. Supongamos que esos votos de más se explicaran exclusivamente por el voto útil del Panal; de cualquier manera, 609 mil 331 (casi el doble) hubieran ido a parar a AMLO (que obtuvo 2 millones 470 mil 297 de votos más que la Coalición de Izquierda). Pero eso es improbable, y es que Peña pudo haberse beneficiado en parte de los votos emitidos en las casillas especiales (que en total suman 505 mil 881), y también, en parte de quienes anularon su voto para diputado pero lo emitieron para presidente (el saldo de esos votos es de un millón 245 mil 830). Y seguramente una parte de los 109 mil 255 votos útiles que emitieron los panistas (y que son lo que recibió el PAN en diputados por encima de Vázquez Mota), fueron a dar a Peña, pues las encuestas sugieren que los panistas preferían al priísta que al tabasqueño.
Y no es así. Peña tiene sólo 273 mil 166 votos más que el PRI-PVEM. Supongamos que esos votos de más se explicaran exclusivamente por el voto útil del Panal; de cualquier manera, 609 mil 331 (casi el doble) hubieran ido a parar a AMLO (que obtuvo 2 millones 470 mil 297 de votos más que la Coalición de Izquierda). Pero eso es improbable, y es que Peña pudo haberse beneficiado en parte de los votos emitidos en las casillas especiales (que en total suman 505 mil 881), y también, en parte de quienes anularon su voto para diputado pero lo emitieron para presidente (el saldo de esos votos es de un millón 245 mil 830). Y seguramente una parte de los 109 mil 255 votos útiles que emitieron los panistas (y que son lo que recibió el PAN en diputados por encima de Vázquez Mota), fueron a dar a Peña, pues las encuestas sugieren que los panistas preferían al priísta que al tabasqueño.
Entonces,
es más que probable que los votos útiles del Panal, en su abrumadora
mayoría, hayan ido a dar a las alforjas de AMLO. Pero no podemos
imaginar que eso fue consecuencia de una línea emitida por Elba Esther,
sino más bien de una cierta indisciplina o autonomía de los votantes
del Panal a la hora de votar para la Presidencia. Algo semejante a lo
ocurrido en 2006 (pero mucho más marcado ahora). La pregunta es si Peña
cree que el voto útil del Panal le favoreció y, como Calderón, está
dispuesto a pagarlo generosamente. Lo que sí queda claro es que los 10
diputados del Panal aseguran, junto con los del PRI y el PVEM, la
mayoría absoluta en la Cámara Baja. Y eso cuesta.
-->cres5501@hotmail.com
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Investigador del CIDE
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