El
procurador federal de justicia, Jesús Murillo Karam, deslizó ayer que,
durante un lapso que correspondería a los gobiernos panistas, y tal vez
al del priísta Ernesto Zedillo, México se convirtió en un país
de delincuentes. La frase, en la que incluyó un inmediato matiz respecto a la categorización delincuencial del país, fue pronunciada en la Facultad de Medicina de la UNAM, al inaugurar los cursos de una sintomática licenciatura en ciencias forenses, de nueva creación.
Así lo dijo el ex gobernador de Hidalgo (en paréntesis van algunas contribuciones astilladas):
... Pueden ser 10, 15 o 20 años en la vida de un país (ábaco en mano, cual federativo de futbol haciendo cálculos misérrimos antes del juego México-Costa Rica, el tecleador de estas líneas se topa con que 12 años correspondieron a la dupla Fox-Calderón, y que con ganas de extender el abanico podría agregarse el sexenio de Ernesto Zedillo, con lo cual quedaría forensemente demostrado que el infortunio se abatió en México en cuanto el lic. Salinas de Gortari dejó de beneficiarnos con su mando), no es nada (concesión filosofal josealfredina del procu Murillo: en la PGR la vida no vale nada); que nuestro país se transforma, que la vecindad de un mercado de consumo nefasto convierte a este país en un país de delincuentes (en este punto el procurador retórico se dio cuenta de que tamaña generalización no dejaría a salvo ni al colectivo de distinguidas personalidades que lo acompañan en el servicio público, así que a tientas trató de enmendar), en un país en el que hay delincuentes, para decirlo mejor.
Lejos de tan sesudas reflexiones murillistas (acompañado el
hidalguense por el siempre propicio rector José Narro) había polémica
por el papel de los cabilderos en el diseño de la política fiscal que
en el congreso mexicano se discute a partir del maltrecho proyecto del
Virrey Garay. No hay una tipificación delictiva en el actuar de esos
cabilderos, aunque sus gestiones pueden significar distribuciones
presupuestales en favor de la enorme injusticia social que crea
condiciones para que México se haya convertido en el país de
delincuentes del que ha hablado Murillo Karam.
La representación de los intereses de la élite nacional tiene una
notable y excepcional capacidad para tocar los órganos sensibles de la
operación legislativa y acomodar los dictámenes camarales a las
peticiones de esas cúpulas que saben pagar muy bien los favores. No
sugiere esta columna que honorables políticos pudieran ser susceptibles
de actos de corrupción directa o indirecta. Simplemente se consigna
que, para conseguir sus propósitos, esos grupos de presión (lobby, en inglés) suelen manejar millonadas con una naturalidad que seguramente es proporcional a las ganancias esperadas.
Por ejemplo, Pricewaterhouse Coopers (PwC) cobra a sus poderosos
clientes un millón de dólares por artículo fiscal lesivo que sea echado
abajo o modificado conforme al interés de grandes empresarios. Según
nota de Horacio Jiménez y Mario Alberto Verdusco (http://bit.ly/GOlPgt),
PwC tiene en la mira los temas de los arreglos al impuesto sobre la
renta y de las ganancias de las personas físicas en la bolsa de
valores. La afamada firma cobra 70 mil dólares por cada entrevista
con cualquier legisladory 5 mil dólares por hora utilizada en estudiar esos asuntos.
En
el espectro partidista-legislativo, el interés empresarial tiene dos
vertientes contrapunteadas. Como es natural, el PAN busca favorecer los
intereses de los hombres de negocios y de las clases medias, y según se
ha anunciado acabaría votando en contra de la parchada miscelánea
fiscal que en todo caso sería finalmente aprobada por el PRI y sus
accesorios, el Panal y el Verde Ecologista, más el PRD que considera
estar en vías de conseguir un triunfo histórico al haberse evitado la
extensión del IVA a alimentos y medicinas (logro que se pelean diversas
instancias de izquierda, entre ellas Morena) y al instaurarse (si
finalmente así sucede) una serie de clausulados que obligarían a los
empresarios a pagar más impuestos y a reducir la histórica franja de
elusión fiscal que entre otros rubros tiene la famosa consolidación de
pérdidas y ganancias entre empresas.
Al fondo del escenario está la figura de Enrique Peña Nieto, con una
pesada carga de reformismos pendientes a cuestas y en una labrada
condición de cohetero al que de una y otra parte le chiflan, al grado
de que de pronto pareciera que ni en el aparato partidista ni en la
conducción de las bancadas priístas en las cámaras tiene plena
aceptación con sus propuestas fiscales, que están entrando al tramo
decisorio con un alebrestamiento generalizado (las compañías
refresqueras, otro ejemplo) y, lo peor, con el riesgo de que el
resultado final sea un guisado nuevamente lesivo para las mayorías sin
representación real, aligerado para las cúpulas usuarias de cabilderos
y agravante de las varias crisis en curso.
Pero, en tanto cabilderos y legisladores se ponen de acuerdo, la
Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación ha dado a conocer
un plan de acción para los siguientes días que, de realizarse conforme
a los términos enunciados, constituirá el mayor reto al peñismo, que
hasta ahora ha contenido su sabida vocación represiva en aras de que no
haya sobresaltos en los días claves en que el poder legislativo debe
aprobar el paquete reformista. En diversas ciudades del país se suman
otras luchas y otros actores a las protestas (en Cancún, por ejemplo,
decenas de detenidos y varios heridos al acometer policías contra
profesores en protesta afuera del palacio municipal), y los tiempos
políticos delicados entran a callejones peligrosos en estos días de
guardar, con los cabildeos de altura por un lado y la efervescencia
social por otro.
Y, mientras el boxeador Juan Manuel Márquez (priísta de convicción, al grado de haber puesto publicidad del tricolor
en sus calzoncillos de combate, lo que generó multa e invalidación
electorales) se decide a colgar los guantes e iniciar una carrera como
empresario y político, ¡hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Hernández
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
Después
del próximo fin de semana México no volverá a ser el mismo de antes. Un
ciclón devastará la República: tanto a las familias como a las
empresas. Llámenle Enrique, si quieren, por el nombre del presidente Peña, o Luis, por el del secretario de Hacienda. O una combinación de ambos: el ciclón Luis Enrique.
Van a meter la mano en la cartera de todos para que el gobierno cuente
con el mayor presupuesto de su historia. Más de 4 billones de pesos,
con los nuevos préstamos que serán contratados. La Comisión de Hacienda
de la Cámara de Diputados calcula que el viernes estará dictaminada la
nueva legislación fiscal y lista para transitar hacia el pleno, donde
pudiera haber alguna resistencia, sin embargo el PRI cuenta con los
votos necesarios para que salga adelante. Como dato cultural, éstas son
las leyes cuyos cambios serán aprobados: de ingresos de la Federación;
las de los impuestos sobre la renta, al valor agregado y especial sobre
producción y servicios; leyes federal de derechos, de coordinación
fiscal, de contabilidad gubernamental, de pensión universal y del
seguro de desempleo y de la seguridad social universal. ¿Alguien ha
visto a Gustavo Madero? Hizo el compromiso de que los panistas votarían
en contra, pero ya tiene días desaparecido del escenario. Son tiempos
de maiceo… aunque sea maíz transgénico.
La nueva guerra
La guerra de las colas es un libro escrito por
un italiano, Roger Enrico, que llegó a ser el presidente de PepsiCola.
Narra cómo su compañía libró una despiadada batalla contra CocaCola por
el favor de los consumidores. En México se está librando una segunda
guerra, sólo que ahora todas las empresas refresqueras van juntas
contra los consumidores. No quieren que nadie les toque su mercado
multimillonario. Han contratado a lobistas (si a algunos los llaman coyotes
estaremos hablando de personajes parecidos) para que convenzan a los
congresistas sobre cómo deben votar respecto del gravamen de un peso
por litro. Del lado de los consumidores está la Alianza por la Salud
Alimentaria, integrada por organizaciones sociales. ¿No falta alguien
en el campo de batalla? Sip. La secretaria de Salud, Mercedes Juan
López, ni más ni menos. Es por demás que quisiera esconderse, al final
quedará mal con las poderosas refresqueras o ante los consumidores. A
ver por cuál se decide, pero el sueldo se lo pagan los consumidores.
Aniversario de la autonomía
Autónomo no, autonomillo sí. El Banco de México
conmemora 20 años de autonomía respecto del gobierno federal. Sin
embargo, el gobernador y los vicegobernadores le deben su envidiable
chamba al presidente de la República. Y cuidan sus intereses. De otro
modo, Agustín Carstens, y los vices también, estarían
cuestionando los aumentos de impuestos que vienen porque tendrán por
resultado –dicen los expertos– un alza de precios, o inflación, como
deseen llamarla. Y el banco central es el responsable de contenerla.
También cuida los intereses de los grandes grupos financieros. Se
supone que tiene facultades para regular las comisiones que los bancos
cobran a sus clientes por sus servicios. Han desaparecido algunas, pero
hay más que antes. Es la carrera de la liebre –los bancos– contra la
tortuga BdeM–, pero sin final feliz.
En
la sagrada familia financiera del sector público (y del privado, porque
los mismos integrantes circulan de un lado para el otro) dicen estar
tranquilos y confiados, porque la desaceleración de la economía
mexicana es algo
coyuntural,
pasajero. Palabras más, palabras menos, esa ha sido la muletilla por ella utilizada a lo largo de las últimas tres décadas para justificar el raquítico comportamiento económico del país, cuyo costo más oneroso y ostentoso ha sido el social.
Con la llegada del
nuevogobierno una vez más se escucha el estribillo, mientras los pronósticos sobre el comportamiento económico van de mal en peor. Recuérdese que la oferta original (EPN) fue la de alcanzar un crecimiento de 3.5 por ciento en el presente año, posibilidad que se ha reducido a 1.2 por ciento, y descontando. Sin embargo, lo anterior no hace mella en la sagrada familia, porque, reiteran, es algo
coyuntural,
pasajero.
Qué bueno que lo aclaren, porque en su análisis más reciente el
Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados
recuerda que, para no ir más lejos, 2013 será el cuarto año consecutivo
de
desaceleracióneconómica en el país, toda vez que después del desplome de 6.5 por ciento en 2009, el producto interno bruto oficialmente registró un avance de 5.07 por ciento en 2010, para descender a 3.98 por ciento en 2011 y de allí a 3.78 por ciento en 2012. Y en este maravilloso año de arranque de gobierno la perspectiva –hasta ahora– no pasa de 1.2 por ciento.
Así, sin ir más lejos, la
coyunturava para cuatro años consecutivos, sin considerar la caída abismal de 2009, y la propia desaceleración registrada en el primer bienio del calderonato (de 3.2 por ciento en 2007 a 1.6 por ciento en 2008, para desbarrancarse en el año del
catarrito). Lo mismo con Fox en Los Pinos: el último año del zedillato el PIB creció 6.64 por ciento, mientras en el primero del ahora empresario mariguanero de milagro alcanzó 0.3 por ciento.
Si se amplía el periodo, la
coyuntura, lo
pasajeroes más que notorio: la tasa anual promedio de crecimiento económico registrada en el sexenio del
último presidente de la Revolución, como se autoevaluó José López Portillo, fue de 6.55 por ciento; con Miguel de la Madrid tal indicador se hundió a 0.34 por ciento, aunque la justificación fue no sólo la profunda crisis heredada, sino el giro de 180 grados en política económica, la llegada del chamaco
moderno(el parto del neoliberalismo a la mexicana), con el que México se enfilaría, directa y rápidamente, al desarrollo (según promesa original).
Llegó a Los Pinos el primer presidente gringo nacido en México,
Carlos Salinas de Gortari, y su política primermundista (así la
presentó en sociedad). Si Miguel de la Madrid fue el responsable de la
obra negra del neoliberalismo a la mexicana, Salinas fue el encargado
de los acabados y, en efecto, acabó con la infraestructura productiva
del Estado, siempre con la premisa de
liberarrecursos para atender las urgencias sociales y acceder, prácticamente de inmediato, al club de países ricos entre los ricos. Así, la tasa anual promedio de crecimiento económico alcanzada en el sexenio de la
solidaridadfue de 3.9 por ciento (40 por ciento menos con respecto a la lograda en el periodo de JLP), una proporción muy alejada de lo mínimo necesario.
Lo relevó Ernesto Zedillo, el del
bienestar para la familia(en el poder), quien heredó una crisis enorme e inició su estancia en la residencia oficial con un brutal desplome económico (6.2 por ciento). Con la bandera de
seguir liberando recursos públicos para atender las urgencias sociales, este personaje decidió por la libre
rescatarla banca privada y las carreteras concesionadas, mientras las urgencias sociales crecían de una forma inversamente proporcional al ritmo económico, todo ello en medio de la venta de garaje de bienes estatales. Resultado: una tasa anual promedio de crecimiento económico de 3.5 por ciento, 10 por ciento menos que lo reportado por su predecesor y 47 por ciento por abajo del registro de JLP.
Dicho sea de paso, en los tres sexenios neoliberales priístas que se
mencionan, la pobreza creció y creció a pesar de que –según los tres
tristes inquilinos de Los Pinos– se
liberaron cuantiosos recursos para atender las urgencias socialesy, de paso, desmantelaron la infraestructura productiva del Estado. Y del otro lado, la concentración del ingreso y la riqueza avanzó y avanzó. Eso sí, la sagrada familia nunca dejó de presumir aquello de lo
coyuntural, de lo
pasajero.
Pero bueno, llegó la
alternancia, el
cambio, el priísmo disfrazado de panismo, aunque más mocho. Vicente Fox prometió un crecimiento de 7 por ciento anual, pero en los hechos reportó una tasa de 2.3 por ciento, es decir, tres veces menos de lo ofrecido, 35 por ciento por abajo del registro zedillista y 40 por ciento del salinista. Con respecto a JLP la diferencia (la
minusvalía, como dirían los tecnócratas) fue de 2.84 tantos, aunque sin duda alguna fue algo
coyuntural,
pasajero.
Si alguien llegó a pensar que había pasado lo peor, la realidad lo
ubicó: a Los Pinos arribó el inefable Felipe Calderón, el que a los
mexicanos prometió
vivir mejor(él, su familia y sus cuates desde luego que lo lograron), y para alcanzar tan humanitario fin a los habitantes de esta República de discursos prometió una tasa de crecimiento anual no menor a 5 por ciento. ¿Qué sucedió? En los hechos, la tasa anual promedio a duras penas llegó a 1.8 por ciento, es decir, 22 por ciento menos que con Fox, 50 por ciento por debajo de Zedillo y 54 por ciento de Salinas, mientras la diferencia con JLP fue de 3.6 tantos.
He allí la desaceleración económica
coyuntural,
pasajera, que tanto cacarea la sagrada familia financiera, la cual técnicamente” asegura que la economía mexicana
no está en recesión, y que jura que
apostarle a algo distinto implicaría retroceso. Ello sin considerar que el arranque sexenal de Enrique Peña Nieto apunta para que en este maravilloso 2013 el
México que todos queremosse
consolidecon una tasa de
crecimientode 1.2 por ciento.
Las rebanadas del pastel
Todo lo anterior con base en cifras gubernamentales,
pero a la sagrada familia nada le apesta su felicidad y modestia. Ayer,
por ejemplo, en la conmemoración del 20 aniversario de la autonomía del
Banco de México, su gobernador, Agustín El Catarrito Carstens, presumió
que
no se nos ha descompuesto la situacióny la economía mexicana
atraviesa por una buena racha. ¡Ole!
Twitter: @cafevega
D.R.: cfvmexico_sa@hotmail.com
El
derecho de los mexicanos y las mexicanas a tener acceso a la
biodiversidad de nuestros maíces, ha sido protegido por el juez décimo
segundo en Materia Civil, en tanto dure el juicio iniciado por una
acción colectiva interpuesta por un grupo de organizaciones y
ciudadanos.
El juez considera que se ha violado ese derecho, pues se encontraron
maíces transgénicos en diversos lugares de nuestro territorio, cuando
de acuerdo con la Ley de Bioseguridad, su siembra estaba prohibida en
el país. Así que por lo pronto la Sagarpa y la Semarnat tendrán que
detener todos los permisos de siembra piloto, experimental y/o
comercial de maíz transgénico. (Ver La Jornada, 11/10/13, p. 39)
Se ratifica que la herencia milenaria que nos legaron nuestros
abuelos sigue en nuestras manos. Esta biodiversidad es resultado de un
trabajo de selección permanente a lo largo de siglos por parte de las
diversas etnias; los especialistas asocian muchas de las casi 60 razas
de maíz con culturas específicas.
Actualmente varias razas llevan en el nombre, el lugar en donde se
producen: elotero de Sinaloa, chalqueño, blando de Sonora, celaya,
comiteco, coscomatepec, cristalino de Chihuahua, dulce de Jalisco,
uruapeño, jala, mixteco, mushito de Michoacán, palomero toluqueño y
tuxpeño, entre otros.
Recordemos además, que los maíces han sido seleccionados para
prosperar en diversos climas, suelos y altitudes. Hay maíces en
Chihuahua que prosperan a más de 3 mil metros de altitud o maíces que
crecen al nivel del mar; maíces de zonas semiáridas y maíces capaces de
darse en la selva tropical. También hay para suelos calizos o suelos
ricos en materia orgánica. No hay en el mundo ninguna otra planta con
un nivel de especialización así.
Los
maíces se han especializado además en relación con la cocina: los
reventadores y palomeros son para hacer palomitas; los pozoleros y
cacahuacintles para el sabroso pozole; los totopos de Oaxaca se hacen
con maíz zapalote; hay maíces como el tehua o el pepitilla especiales
para tortillas; la raza dulce es buena para elaborar pinole, y el bofo
es especial para huachales. Los maíces negros y rojos son de uso
ceremonial. La cocina mexicana ha sido declarada Patrimonio de la
Humanidad por la Unesco.
Esta riqueza nos pertenece; debemos honrarla y defenderla, no sólo
para nosotros sino para el mundo, hoy amenazado por el cambio
climático. Queda ahora bajo nuestra protección; seguirá siendo nuestra.
Unidos hagamos el compromiso de difundir esta noticia, de informarnos y
estar en alerta para defenderlo de la contaminación y de la
privatización en favor de unas cuantas transnacionales.
Setenta mil personas el
sábado 12 y casi 100 mil el domingo 13, fue la asistencia al festival
internacional de rock y electrónica más ambicioso de México, el Corona
Capital 2013 en cuarta edición: casi el doble del año pasado (50 mil
por día), aunque casi la misma cantidad de cuando estuvieron Portishead
y The Strokes (2011). Ahora, irónicamente con bandas de menor calibre,
en ese espacio arbolado conocido como la Curva 4 del Autódromo Hermanos
Rodríguez, lo que dominó fue el espíritu juvenil alegre, colorido,
lleno de vida, optimista, que se monta en este gran pretexto para
convivir a lo grande, ser creativo en la forma de relacionarse con
otros, probar a los amigos, carcajearse todo el día, sumar
experiencias; intercambiar besos, fajes, canciones memorables, bailes
sin fin, miradas que aún se asombran, pieles humedecidas, hermandad
generacional. Chamaquiza que sube a la rueda de la fortuna, nada en la
alberca de pelotas; que hace competencias de maromas sobre el pasto,
que come paletas heladas pero también mezcal de carrito.
Tras
los disturbios protagonizados el domingo pasado por xenófobos rusos en
Moscú, la policía se hizo eco de los reclamos contra los inmigrantes, y
emprendió una redada sin precedente en esa capital y detuvo a unos mil
200 extranjeros indocumentados. Como se recordará, hace dos días una
muchedumbre asaltó e incendió un mercado en el barrio moscovita de
Biriuliovo, donde laboran muchos ciudadanos de ex repúblicas soviéticas
caucasianas, en reacción al asesinato de un joven ruso por un hombre no
identificado que, según un testigo del crimen, hablaba
con acento del Cáucaso. El hecho disparó una oleada de xenofobia alimentada en buena parte por los políticos que se disputaron el mes pasado la alcaldía de Moscú, montados en discursos en los que se atribuía buena parte de los males de la ciudad y del país a la presencia de extranjeros y en los que se abogaba por poner freno a la inmigración.
Señalan imposición de candidatos a rector en la UAM Xochimilco
El jueves 10 de octubre se
realizó una consulta democrática en la comunidad de la UAM Xochimilco,
en la que se definieron las preferencias sobre los integrantes de la
quinteta que se enviaría a la rectoría general y a la junta directiva,
para designar al próximo rector de la UAM Xochimilco. La consulta
perfiló claramente a tres aspirantes: Fernando de León, Francisco
Irigoyen y Luciano Concheiro; sin embargo, ayer lunes 14 de octubre un
sector del consejo se impuso sobre la mayoría y pasó por alto a la
democracia, impidiendo que se hiciera pública la votación del consejo y
subrepticiamente eligió a quienes no merecían ser parte de la quinteta,
dejando fuera a Luciano Concheiro.
Otra
vez vuelvo a encontrarme en la sala de un aeropuerto, esta vez el de
Tocumen, en Panamá, con mi viejo amigo empresario nicaragüense, quien
sin preámbulo alguno empieza a hablarme, con gestos agitados, de la
situación del presidente Obama, amarrado de pies y manos por un
Congreso hostil que ha paralizado el gobierno y amenaza con precipitar
a Estados Unidos en el negro abismo de la insolvencia.
Estas son las consecuencias de un sistema que se ha vuelto blandengue e inoperante, el presidente no manda nada, el Congreso se amotina e impone sus reglas, y todo porque no hay un poder firme capaz de tomar las decisiones sin estorbos, me dice, y la agitación ha cedido paso en su rostro al desencanto y la piedad. Pobre Obama, y pobre Estados Unidos, que ya no es la primera potencia mundial, parece decirme mientras mueve con desconsuelo la cabeza.
Continúa
creciendo la sospecha, o la previsión, de que el iguanodonte del norte
va a sufrir cambios formidables, cuyos impactos abarcan un amplísimo
abanico de posibilidades que en un plazo acaso no muy prolongado,
puedan ser benéficos para la humanidad. Por hoy, casi en cualquier
escenario, se advierte el paulatino debilitamiento de la hegemonía
estadunidense; pero lo que digamos es imprevisible: las patadas de
ahogado, ya se sabe, son altamente mortíferas.
Que
pocas corporaciones globales y fondos capitalistas estén
sistemáticamente pertrechando crímenes ecológicos y sociales en todo el
mundo –en forma de explotación de minas a cielo abierto, expulsando
pueblos de sus moradas, privatizando zonas marítimas o acaparando las
semillas– sólo se explica por una perfecta arquitectura de impunidad
construida con la complicidad de gobiernos neoliberales, que, como un
sastre particular, tallan a su medida legislaciones que les protege y
favorece. Por si tales mecanismos no fueran suficientes, las propias
empresas se acicalan con maquillajes color verde solidario en tiernos
espots publicitarios donde explican su compromiso con el planeta y la
humanidad.
Héctor
Serrano es el secretario de Gobierno de la ciudad de México. El 1º de
octubre declaró que, luego del enfrentamiento que policías sostuvieron
la mañana de ese día con integrantes de la CNTE, un elemento de la
Secretaria de Seguridad Pública del DF estaba en coma. Horas después,
diversos medios informaron que el agente tenía muerte cerebral y que su
vida estaba en peligro.
Al
principio de esta crisis de presupuesto parecía que Barack Obama estaba
atrapado en su incongruencia y en su confusión, acaso deliberada, entre
sus propias promesas electorales y el afán pragmático de satisfacer a
los poderes fácticos, los que realmente gobiernan en Estados Unidos.
Ahora eso es irrelevante: si en un inicio el estira y afloja
presupuestal entre demócratas y republicanos fue una farsa politiquera
de la que cada cual esperaba poder sacar dividendos electorales y
perjudicar la causa del adversario, ahora la parálisis del aparato
federal estadunidense empieza a afectar severamente la credibilidad de
ambos y a proyectar sombras trágicas para la economía mundial, de por
sí vapuleada por la irrefrenable sed de los capitales de ganancias
rápidas y enormes.
El
caso ampliamente difundido a finales del año pasado sobre las
acusaciones y la aplicación de sanciones en contra de los
investigadores Alejandra Bravo y Mario Soberón, del Instituto de
Biotecnología (IBt) de la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM), tomó un nuevo giro con la resolución dada a conocer el pasado
27 de septiembre por la Defensoría de los Derechos Universitarios de
esa casa de estudios. Como se recordará, los investigadores fueron
acusados de conducta inapropiada por modificar algunas figuras en
trabajos que fueron publicados en revistas científicas de circulación
internacional. El tema fue examinado por una comisión del propio
instituto, otra externa y posteriormente por el propio Consejo Técnico
de la Investigación Científica (CTIC) de la UNAM. El resultado final
fue la imposición de diversas sanciones, entre ellas despojarlos de su
calidad de líderes académicos; impedirles contar con estudiantes, y lo
que es mi opinión lo más grave e injusto: un daño muy importante a su
imagen pública, así como a su reputación y prestigio como científicos.
Esta
nota en cierto modo continúa la aparecida la semana anterior a
propósito del aniversario luctuoso de Remedios Varo. Ella amó y se
asimiló a México, pero sí fue una exiliada.
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