18 de octubre de 2013, 05:49Por Amilcar Morales Garcia
París,
18 oct (PL) La captura y deportación de la estudiante gitana Leonarda
Dibrani ha levantado en los últimos días en Francia una tormenta
política de impredecibles consecuencias, en pleno arranque de la
campaña hacia los comicios municipales de 2014.
El 9 de octubre la
adolescente participaba junto a sus condiscípulos del tercer año de
secundaria en un paseo escolar en el departamento de Doubs, cuando la
policía ordenó detener el autobús para capturarla y pocas horas después
fue expulsada junto a su madre y hermanos rumbo a Kosovo.
Si bien el caso pasó desapercibido en los primeros momentos, como suele
ocurrir con muchas familias gitanas deportadas por las autoridades
galas, varios elementos concurrieron para convertirlo en un escándalo
que desató debates, incluso en el seno del gubernamental Partido
Socialista (PS).
En primer lugar figura la circunstancia de que
el hecho ocurrió en un entorno escolar, delante de un grupo de
estudiantes y sus profesores.
Tanto la prefectura de Doubs, un
pequeño departamento fronterizo con Suiza, como el alcalde local y aún
el ministro del Interior, Manuel Valls, aseguran que se trató de un
acto legal, porque había una orden formal para expulsar a esas
personas, pero el método utilizado dejó lugar a muchos cuestionamientos.
Emmanuel Maurel, miembro del buró nacional del PS, aseguró que "si todo
ocurrió verdaderamente como señalan los primeros testimonios, se
rebasaron los límites de lo aceptable".
Otra figura prominente
de esa agrupación, Claude Bartolone, presidente de la Asamblea
Nacional, dijo que existe la ley, pero también hay valores cuya
transgresión puede hacer perder la esencia a su partido.
Las
críticas internas y externas forzaron al primer ministro
Jean-Marc-Ayrault a ordenar una investigación, cuyos resultados deben
entregarse este viernes.
El jefe de gobierno prometió que si
hubo irregularidades en el proceso, la orden de expulsión contra la
familia Dibrani puede ser anulada y Leonarda tendría la oportunidad de
continuar sus estudios en Francia.
Aún cuando esto ocurra, sin
embargo, difícilmente se detendrá la polémica porque otros casos
semejantes comenzaron ya a salir a la luz pública.
Organizaciones de estudiantes de secundaria denunciaron que el armenio
Khatchik Kachatryan, alumno de un liceo capitalino, fue arrestado el 9
de septiembre y expulsado el 12 de octubre, tras pasar varias semanas
en un centro de detención para inmigrantes.
Este jueves entre
siete mil y 10 mil jóvenes participaron en una marcha para exigir el
cese de la deportación de extranjeros escolarizados y garantizar el
derecho a la educación para todos.
La entrada en acción de los
estudiantes agrega una preocupación más al gobierno, que cuenta con las
tradicionales vacaciones de la segunda quincena de octubre para calmar
los ánimos en un sector potencialmente explosivo.
Otro elemento
en juego es la cercanía de las elecciones municipales de marzo de 2014,
cuando estarán en disputa todos los gobiernos locales, incluidos los de
las grandes ciudades, como París, Marsella, Lyon, Lille y Toulouse,
entre otras.
Ubicados casi a mitad de quinquenio, estos
comicios son considerados un termómetro de la opinión pública hacia el
gobierno y un reflejo de lo que podría ocurrir en la disputa por el
Palacio del Elíseo en 2017.
El presidente François Hollande
tiene en estos momentos el índice de popularidad más bajo para un
gobernante durante la llamada Quinta República, iniciada en 1958, y un
revés del PS en estas elecciones significaría un duro golpe a sus
eventuales intenciones de reelegirse.
Ante estas circunstancias
Leonarda, la joven gitana de 15 años, ha logrado, sin proponérselo,
estremecer a todo el país y poner en el centro de la polémica a un
gobierno cuyas promesas de cambio demoran en hacerse realidad. |
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