Lorenzo
Córdova Vianello, joven abogado y teórico del Derecho Electoral, se
convirtió ayer en el primer presidente del nuevo Instituto Nacional
Electoral avalado por una votación contundente de los partidos y
después de una complicada negociación que al final se resolvió en
tiempo y forma en San Lázaro.
Paradójicamente, el primer presidente del nuevo instituto fue uno de
los más duros críticos del nuevo diseño electoral y, como consejero del
IFE, hizo públicos sus cuestionamientos y sus dudas de que el cambio a
la institución comicial fuera el más positivo y oportuno. Nunca se
justificó a plenitud -decía Córdova apenas en enero pasado- por qué
transitar del IFE al INE “era la mejor de las soluciones”. Además de
que criticó que la reforma electoral que dio pie a la nueva institución
“no partió de un diagnóstico compartido de manera unánime, sino de una
serie de juicios, en ocasiones someros y en todo caso sumarios”. Hoy él
será el encargado de dirigir ese proceso.
Entre el lunes y el miércoles se desarrolló en San Lázaro una dura
negociación que, sin estar ausente del interés partidista, buscó
acercarse al nuevo método de legitimación con la elección de las
quintetas que fueron negociadas entre los partidos y sus grupos
parlamentarios. Manlio Fabio Beltrones, líder de la mayoría priista,
fue un personaje central y si bien impulsó en todo momento la
candidatura de Marco Baños para la presidencia, al final tuvo que
aceptar la negociación con el PAN, y un aval directo de Los Pinos, para
la figura de Lorenzo Córdova que llegó con el mayor consenso posible.
Porque contrario a lo que muchos piensan, de que a Lorenzo lo
impulsó el PRD, los perredistas comandados por Silvano Aureoles
desconocieron y negaron en el proceso de negociación al consejero del
IFE que ellos habían impulsado. Como San Pedro a Cristo, los del sol
azteca le escatimaron a la hora buena el apoyo a Córdova Vianello,
aunque al final la mayoría de los perredistas se sumaron al acuerdo
entre PRI y PAN, junto con un visto bueno desde la casa presidencial,
que al final hizo posible la mayoría contundente de 427 votos que
designó al presidente del INE. Aun así hubo perredistas que votaron en
su contra.
En el resto de los consejeros, entre los de 9, 6 y 3 años de
gestión, se terminó de equilibrar la negociación con un reparto de
5-3-3, cinco a propuesta del PRI, 3 del PAN y 3 del PRD.
Además de su formación en el grupo cercano a José Woldenberg, con
quien trabajó como asesor en el IFE en sus dos presidencias, Córdova
Vianello tiene también relaciones que lo favorecieron con el visto
bueno de Los Pinos. Junto con el actual director de la Comisión Federal
de Electricidad, Enrique Ochoa Reza, hombre cercano a Aurelio Nuño,
jefe de la Oficina del presidente Enrique Peña Nieto, fue parte del
cuerpo de asesores de María del Carmen Alanís, como magistrada del
Tribunal Electoral del Poder Judicial federal.
Pero más allá de los apoyos o las relaciones que lo apoyaron para
definir su presidencia, Lorenzo Córdova llega al nuevo INE con todas
las cartas políticas y credenciales académicas, aunque también con un
apretado calendario para echar a andar al nuevo instituto que
organizará y supervisará, en el nuevo modelo nacional, las elecciones
locales de este año en seis estados para alcaldes y diputados, y las
federales de 2015 para renovar la Cámara de Diputados junto a cinco
gubernaturas estatales.
Y, a juzgar por la premura y la enorme carga que tendrá la nueva
institución, surgen dos preguntas: ¿podrá Córdova Vianello salir con el
INE a cuestas? y ¿podrán aterrizar las nuevas reformas a tiempo para
las elecciones en puerta? O como ya algunos manejan se optará por un
esquema de posponer o retrasar algunos comicios.
NOTAS INDISCRETAS… Antes de que César Camacho llamara vía telefónica
a Cuauhtémoc Gutiérrez para pedirle su separación “temporal” del cargo
-que en realidad fue una maniobra para sacarlo sin que agitara al
priismo del DF- en la oficina del líder priista sonó el famoso teléfono
rojo. La llamada, dicen, venía de Los Pinos, de la Oficina de la
Presidencia y desde ahí le trasmitieron la molestia por lo que acababan
de exhibir del polémico dirigente. Por eso el cese, aunque disfrazado,
fue fulminante… Ayer en el Foro del Senado sobre la reforma de
telecomunicaciones, mientras los representantes de Telmex, Javier
Mondragón, y de Televisa, Luis Mancera de Arrigunaga, se enfrascaban en
una guerra de descalificaciones entre las dos empresas y ambos
descalificaban también la iniciativa de leyes secundarias, el contraste
con la posición del representante de TV Azteca, Francisco Borrego, fue
notorio. El vicepresidente Jurídico de Azteca no sólo apoyo las
iniciativas que discute el Senado sino que celebró “que la iniciativa
hace de la competencia uno de sus ejes. La promoción de la competencia
y el castigo a los monopolios y prácticas monopólicas abonará al
crecimiento y a la pluralidad del sector”. Dijo que TV Azteca ha
competido durante 20 años y avaló las facultades constitucionales del
Ifetel para acabar con los obstáculos que “el gigante de las
telecomunicaciones” ha puesto durante años a la competencia en el
sector. Es decir, mientras los dos preponderantes se pelean y patalean,
hay otros que celebran la iniciativa… Dados al cajón. Escalera. Gran
Semana.
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