Utopía
Eduardo Ibarra Aguirre
Sólo mediaron 10 días de diferencia entre el más que arrogante pronunciamiento del gobernador del estado de México sobre que el repunte de la violencia delictiva en la zona conurbada con el Distrito Federal era “un fenómeno atípico y temporal”, y el anuncio del Plan Estratégico de Apoyo Total al Estado de México, como lo denominan algunos periódicos impresos y electrónicos con todo y mayúsculas, anunciado el 31 de marzo en la Secretaría de Gobernación.
Acostumbrado como está Eruviel Ávila a edulcorar con ese estilo oratorio muy suyo, singular, la compleja y contradictoria realidad mexiquense con el abierto y costoso auxilio de Televisa que vende gacetillas como información a cargo de los bolsillos de los causantes, debió significarle un gran esfuerzo al ayer alcalde de Ecatepec asumir la realidad y dar paso a un programa federal de seguridad que durará hasta el último día de gobierno del más distinguido hijo del estado de México. Sobre todo distinguido por el poder institucional que concentra en sus manos y, según varios juristas, desea ampliar con las leyes secundarias en materia energética y de telecomunicaciones, con nuevas atribuciones asignadas a dependencias y titulares del gabinete que encabeza, en presunta o real contradicción con la letra de la ley de leyes. El debate parlamentario y fuera de los recintos legislativos que tan precariamente se practica, ayudaría a dilucidar el grave asunto.
Supo recular a tiempo Ávila Villegas y esto es lo importante, plausible, aun si desde Los Pinos lo auspiciaron. Y se abre paso a una intensa colaboración entre los tres niveles de gobierno, destacadamente el federal y el estatal, con frecuencia señalados sus titulares como practicantes de una relación sellada por la tensión y la disputa bajo la mesa, muy al estilo de los del partido tricolor que son expertos en tales ejercicios.
Eruviel Ávila encabeza el estado más poblado, de los más importantes en términos económicos y políticos, corazón del centro del país e interrelacionado con la capital de la república hasta hacer sinónimo de Distrito Federal a la zona metropolitana del valle de México.
Imposible, por ello, no reaccionar desde el Palacio de Covián antes de que sea tarde y el repunte delictivo se establezca por todo el centro de México, como al parecer sucede en robo a casa habitación y asalto en el transporte y la vía públicos, y se desbordó en secuestros en Morelos, ahora gobernado por Graco Ramírez, el mismo que acumuló capital político encabezando movimientos por la seguridad pública morelense.
Tampoco se trata de impugnar un plan que tendría que valorarse a la luz de resultados, aunque desde ya pueda advertirse contra “el efecto cucaracha” que se producirá al “blindar” contra la inseguridad los municipios de la zona metropolitana.
Un experto como Antonio Mazzitelli, titular de la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito en México, sostiene que si los estados vecinos “están limpios”, las cucarachas no migrarán. El problema es que el Distrito Federal no está suficientemente “limpio”, ya no digamos otros estados vecinos, y corren riesgos serios con la migración. En particular con los miles de agentes policiacos que perderán su empleo y es más que previsible que una buena parte se dedique a delinquir, pero ahora sin uniforme. O acaso ¿hoy lo hacen sin que sus mandos medios y altos reciban beneficios? Lo dudo y mucho porque la extorsión policiaca mexiquense está a la orden del día y los jefes les exigen cuotas a cubrir, como lo documentó hace una semana la talentosa Denise Maerker en Punto de Partida.
Acuse de recibo
Sergio Pochon, de Alternativa Latinoamericana, de Canadá, dice: “Aquí te envío mi opinión a tu articulo sobre AMLO en Los Ángeles. (…) es evidente que él ya se autoproclamó presidenciable para el 2018. Hoy usando de nuevo la misma táctica del 2011 de ‘aquél que esté, mejor ubicado’ con un sistema de varias encuestas internas (mismas que no salieron a la luz, sólo el resultado) fue que AMLO sería el abanderado de la izquierda para el 2012. ‘Si la gente me lo pide, iré de nuevo en el 2018’. La pregunta aquí sería cómo saber si la gente quiere que él sea el presidenciable de Morena, ¿acaso otra encuesta? En el caso que no gane las elecciones del 2018 ¿se retirará de la política? Qué puede garantizar que no se postulará para el 2024? A AMLO se le ‘olvida’ fácilmente lo que declara, situación que resulta muy cómoda para sus deseos, como aquello de que ‘Si no gano me voy a la chingada. A casi dos años de la última elección presidencial con resultados que ya sabemos, AMLO sigue haciendo campaña. Debe existir algún problema que el equipo de AMLO (y hasta nosotros) no terminamos de entender, ¿cómo ha sido posible que ante tantos viajes por la república, López Obrador no haya cuajado como líder?”... La reforma de las telecomunicaciones, tema que expondrá Raúl Trejo Delarbre en la UOM, el 3 a las 16:30 horas, San Ildefonso 72, Centro Histórico.
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