NACIONAL
Lanzan activistas campaña por respeto a sus derechos
CIMACFoto: César Martínez López
Por: Anaiz Zamora Márquez
Cimacnoticias | México, DF.-Los derechos de las trabajadoras del hogar no están garantizados plenamente en la Ley Federal del Trabajo (LFT) y otras normativas federales en la materia, por lo que el goce de prestaciones mínimas y salarios justos para ellas depende de la “buena voluntad” de los empleadores.
Para ayudar a subsanar los vacios legislativos y mientras el Estado mexicano finalmente se digna a ratificar el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) –que otorga derechos laborales y prestaciones sociales a las trabajadoras del hogar–, el Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar (CACEH) puso en marcha la campaña de sensibilización “Ellas cumplen con sus tareas, ahora te toca a ti”.
Presentada ayer, en el marco del Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, la acción complementa los esfuerzos de la campaña “Por un trabajo digno, ponte los guantes por los derechos de las trabajadoras del hogar”, que fue igualmente impulsada por el CACEH para exigir la ratificación del Convenio 189.
En entrevista con esta agencia, Marcelina Bautista, fundadora y directora de la organización civil, explicó que a través de la difusión de materiales impresos y redes sociales se busca que quien contrate a una trabajadora del hogar sepa y conozca que tiene la obligación de otorgarle garantías mínimas como aguinaldo o indemnización.
Durante el foro conmemorativo realizado por el Instituto de las Mujeres del Distrito Federal, Mary Goldsmith Connelly, doctora en Antropología e investigadora de la UAM, respaldó la propuesta del CACEH al exponer la serie de vacíos legales que existen en México para proteger a las empleadas del hogar, labor en la que se ocupa el 15.1 por ciento de las trabajadoras en México.
Destacó que históricamente, tanto en las leyes como en la práctica cotidiana, las trabajadoras del hogar han sido ignoradas en la agenda política y pese a que la OIT en 2011 destacó que quienes prestan servicios de cuidado y realizan labores domésticas deben de gozar de los mismos derechos laborales que el resto de las y los trabajadores, la reforma a la LFT de noviembre de 2012 “reafirma la discriminación”, dijo Goldsmith Connelly.
En este marco normativo –abundó– se les reconoce en el capítulo XIII de la LFT los derechos a ser tratadas sin discriminación, el pago de un salario mínimo (una parte en efectivo y una parte en especie), descanso nocturno y descanso de tres horas en medio de la jornada laboral, pero estas garantías son únicamente para las trabajadoras que residen en los hogares donde prestan su servicio.
Por lo que la “la inmensa mayoría es ignorada por la reforma laboral”, pues sólo una de cada 20 empleadas duerme en el lugar donde presta su servicio.
Además de que en la reforma “hay dos grandes ausencias”, ya que no está estipulado estrictamente el derecho a una jornada de ocho horas y por ende el pago de horas extras para estas trabajadoras, y tampoco se les reconoce el derecho a seguridad social que incluye derecho a la salud, protección ante riesgos de trabajo, acceso a guarderías, entre otras prestaciones.
La experta también señaló que las escasas iniciativas federales y estatales a favor de las trabajadoras del hogar “no responden a sus necesidades”, toda vez que se basan en capacitaciones que no les ayudan a acceder a mejores salarios, y “parten de la premisa de que el problema es la falta de conocimiento de estas mujeres y no ven como problema central las desigualdades que enfrentan”.
Cuestionada al respecto, Marcelina Bautista advirtió que las trabajadoras del hogar no son ciudadanas de segunda categoría y que merecen el pleno reconocimiento a sus derechos laborales, y subrayó que han sido ellas mismas, a través de la organización y la protesta social, quienes han logrado que el gobierno las nombre y reconozca plenamente su aportación a la economía y la sociedad.
Precisamente ese activismo incansable por lograr la valoración de las empleadas del hogar, que encabeza Bautista desde 1985, fue reconocido hoy por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) al otorgarle el Premio Internacional por la Igualdad y No Discriminación 2013.
Bautista es originaria de Nochtixtlán, Oaxaca. Llegó a la Ciudad de México con apenas 14 años de edad, con la primaria terminada y sin hablar español. Tras trabajar más de 20 años como empleada del hogar y experimentar en carne propia los abusos y malos tratos de los empleadores, fundó el CACEH.
Su labor de defensa de los derechos laborales de sus compañeras la llevó a formar parte del grupo de trabajo que en 2011, en Ginebra Suiza, elaboró el contenido del Convenio 189 de la OIT y hasta ahora no ha cesado en su lucha e insistencia de que el Estado mexicano lo ratifique, y posteriormente modifique y homologue la legislación laboral.
El galardón otorgado por la Conapred la tomó por sorpresa, pues no esperaba ser reconocida de esta manera, aunque para ella “cada trabajadora del hogar que he podido ayudar, capacitar o apoyar en su camino al reconocimiento de sus derechos laborales es un premio para mí”.
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