9/28/2015

Una mentira llamada democracia



John M. Ackerman
La contundente participación nacional e internacional en el primer aniversario luctuoso de la masacre y desaparición de los normalistas de Ayotzinapa confirma una vez más que la conciencia crítica del pueblo mexicano goza de cabal salud. Estuvieron presentes multitud de estudiantes, maestros, jóvenes, niños, adultos, obreros, campesinos, profesionistas, mujeres y hombres; todos unidos en una indignación común por el rumbo que ha tomado el país en los últimos lustros. No solamente se encuentran desaparecidos los 43 dignos estudiantes y luchadores sociales de Guerrero, sino también la democracia mexicana en su conjunto.
La supuesta transición democrática ha resultado ser un fantasioso cuento de hadas que convence solamente a las mentes más ingenuas. La alternancia en los cargos públicos entre PRI, PAN y PRD no ha generado democracia, sino solamente la infiltración de la vieja lógica de autoritarismo neoliberal priísta dentro de todas las fuerzas políticas del país. Urge aprender de los errores del pasado. Hay que superar tanto los sectarismos como los oportunismos que obstaculizan el camino para, en la siguiente etapa de la historia, materializar la enorme esperanza democrática del pueblo mexicano.
El Latinobarómetro 2015, dado a conocer el jueves pasado (disponible aquí: http://ow.ly/SIDfG), ratifica la formidable conciencia de la sociedad mexicana. Solamente 19 por ciento de la población se encuentra satisfecha con el funcionamiento de la democracia en México. Esta cifra constituye el porcentaje más bajo de entre los 18 países incluidos en el estudio. En Ecuador, Argentina, Colombia y Venezuela existe un nivel de satisfacción mucho más alto que en México. Nuestro país también es el lugar donde los ciudadanos confían menos en las autoridades electorales. Solamente 26 por ciento de la población afirma que las elecciones son limpias. En Uruguay la cifra correspondiente es de 82 por ciento.
Si México fuera un país democrático y las instituciones electorales defendieran el interés público, estas cifras serían muy preocupantes. Pero en el contexto actual de represión, censura, fraude, corrupción y abuso de autoridad, estos números reflejan una gran claridad popular con respecto a la verdadera naturaleza del régimen actual. La insatisfacción y la desconfianza recogidas por los encuestadores no son otra cosa que síntomas de la gran ola de indignación popular que ha consumido a la república entera.
Hemos dado el primer paso. El contundente rechazo al estado actual de las cosas demuestra que tenemos los ojos abiertos. Lo que falta ahora es vencer nuestra depresión colectiva para levantarnos de la cama y caminar juntos en favor de la patria.
Teorías arcaicas como las de Samuel Huntington y José Woldenberg sobre las transiciones a la democracia ya no embonan con la realidad actual. La vía estrictamente institucional para cambiar el régimen ha fracasado olímpicamente. El régimen actual se inició en 1946 con la creación del Partido Revolucionario Institucional y el sexenio del primer presidente de aquel partido, Miguel Alemán Valdés. Este sistema sigue intacto hasta la fecha. Urge construir una nueva vía de amplia articulación política y social para derrotar al autoritarismo.
Sobre estos temas hablaremos el próximo sábado 3 de octubre, a las 17 horas, durante la presentación de mi nuevo libro sobre El mito de la transición democrática que tendrá lugar en el Palacio de la Antigua Escuela de Medicina de la UNAM (información aquí: http://ow.ly/SIFC8 y aquí: http://ow.ly/SIIUf). Muy generosamente han aceptado participar en el evento cuatro distinguidas personalidades emblemáticas de la lucha por la democracia en México.
Estará Omar García, elocuente e inspirador vocero de los estudiantes normalistas de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos. El libro comienza rindiendo homenaje a todos los colegas periodistas, activistas, profesores, estudiantes y defensores de los derechos humanos víctimas de la consolidación del régimen autoritario. También se reproduce el exhorto de Omar a lograr una movilización generalizada que trascienda Ayotzinapa, que trascienda Guerrero, que pueda poner fin de una vez por todas a la situación intolerable de violencia e impunidad que está viviendo México desde hace años.
También expondrá sus comentarios sobre el libro, y sobre la situación en el país, el gran escritor Paco Ignacio Taibo II, cuya infatigable lucha en favor de la justicia, la paz y la democracia constituye un ejemplo para todos. Paco Ignacio es sin duda uno de los intelectuales públicos más importantes de América Latina y su constante labor en favor de la unidad de las luchas populares ya empieza a rendir frutos.
El siempre lúcido doctor Lorenzo Meyer también participará en el acto. Es un gran honor que un historiador de la talla de Lorenzo haya aceptado tomar el tiempo para leer y comentar el texto de un servidor. Sus palabras siempre ofrecen una mirada fresca y sus análisis constantemente retan y expanden nuestra conciencia sobre el momento histórico que vivimos.
También tendremos el honor de escuchar las palabras siempre contundentes y profundas de la doctora Claudia Sheinbaum, una de las investigadoras más destacadas del Instituto de Ingeniería de la UNAM. Claudia toma posición este jueves como jefa delegacional en Tlalpan y es una de las grandes figuras de la renovada izquierda política que hoy se construye en el país.
Un país que desaparece estudiantes, censura periodistas, asesina activistas, vende el país y roba elecciones no es una democracia. México merece más. Esperamos a todos y a todas este sábado. No nos callarán.
Twitter: @JohnMAckerman

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