Miguel Concha
Periódico La Jornada
Un conjunto de
organizaciones civiles y sociales, con experiencias de incidencia en el
país y en el anterior Distrito Federal (DF), entre las cuales se
encuentran sindicatos y algunas centrales campesinas independientes, se
han venido reuniendo con el fin de elaborar propuestas para una
constitución progresista, incluyente y actualizada, que esté a la altura
de la nueva Ciudad de México. Para varias de ellas no se trata de
empezar a trabajar de cero, pues a partir de 2013 han estado activas a
propósito de la reforma política del DF, y desde entonces habían
calculado y reflexionado sobre la posibilidad de participar en la
elaboración de una constitución social y democrática para la capital.
Luego de varias asambleas plenarias y mesas particulares de trabajo,
han llegado a consensuar para su discusión los siguientes temas
genéricos prioritarios, que me parece importante comenzar a dar a
conocer a la opinión pública, con el fin de difundir las exigencias de
un sector significativo de nuestra sociedad.
Derechos humanos: Centralidad de los derechos en la arquitectura de
la constitución, lo que implica que éstos deben ser criterios tanto para
el diseño, la planificación, la ejecución y la evaluación de las
acciones públicas en la ciudad, como para que todos los derechos puedan
ser exigibles y justiciables individual y colectivamente. Así, las
violaciones de derechos humanos tendrán que ser siempre investigadas y
garantizar su reparación. El principio
pro personano debe contener restricciones, y la planeación presupuestal debe realizarse conforme a los principios de universalidad y progresividad de los derechos, atendiendo a que el agua y otros bienes naturales tienen naturaleza social y cultural, antes que económica.
Democracia participativa: La garantía de los derechos se hace
efectiva cuando es la propia sociedad la que interviene en la
legislación y políticas que los realizan. Esto demanda que se garantice
el derecho a la participación ciudadana en dos dimensiones. Primero de
manera directa en las decisiones, por conducto de instituciones
políticas como el plebiscito, el referendo, la iniciativa legal
ciudadana, la ratificación del mandato o su revocación. Por otro lado
está la intervención ciudadana de manera habitual en todo el ciclo de
políticas públicas, debiendo tener las personas siempre oportunidades
razonables de influir en la toma de decisiones, así como de conocer los
motivos y consideraciones que sustentan la resolución final.
Diversidad: Hablar de derechos y participación implica considerar
toda la diversidad de nuestra sociedad. De preferencia sexual,
orientación e identidad de género; de edades y de culturas, atendiendo
en esto particularmente los derechos de los pueblos y barrios
originarios, así como comunidades indígenas residentes en la ciudad,
mismos que deberán estar asegurados mediante normas y
políticas de reconocimiento.
Desarrollo: Con sus diversas implicaciones, la centralidad del
trabajo y el desarrollo social deben ser condiciones para el despliegue
de las capacidades de las personas de manera autónoma y solidaria. Un
desarrollo económico como condición para la realización de las metas
colectivas y un desarrollo urbano que propicie una visión de ciudad
integrada, con perspectiva metropolitana. Todos estos desarrollos
deberán estar orientados por la garantía de los derechos, alcanzándola
de manera progresiva, mediante la utilización al máximo de las
posibilidades de los recursos públicos, y dotando a las instituciones
públicas de facultades para intervenir cuando los derechos humanos se
vean afectados por particulares, para cumplir con la obligación estatal
de protegerlos, y para que los espacios y bienes públicos de la ciudad
sean utilizados priorizando el interés social, cultural y ambiental.
Seguridad humana: Es necesario que la constitución incorpore esta
noción para favorecer el cambio de un enfoque criminal de la seguridad, y
para que se avance hacia una forma de relación en la que todas las
personas tengan capacidad de tomar parte en el desarrollo, especialmente
para el empoderamiento de los sectores con mayor
vulnerabilidad, así como la lucha contra la violencia, la pobreza y la
promoción de los derechos humanos. Debe reconocerse que todas las
personas tienen el derecho de encontrar en la ciudad las condiciones
necesarias para su realización económica, política, social, cultural y
ecológica, asumiendo el deber de la solidaridad y la subsidiaridad.
División de poderes y régimen político: Condición fundamental de
garantía de los derechos humanos y el ejercicio de la democracia
participativa, lo que implica la relación entre poderes y entre órdenes
de gobierno, así como la garantía del derecho humano de acceso en
condiciones generales de igualdad a las funciones públicas. Se destaca
la reforma del sistema de justicia para garantizar su independencia, lo
cual incluye la selección de sus titulares, sin intervención del Poder
Ejecutivo; la integración en un sistema de las instituciones
jurisdiccionales, su independencia presupuestal y el fortalecimiento e
independencia de los operadores jurídicos del sistema de justicia. La
constitución deberá adoptar medidas concretas orientadas a eliminar la
corrupción y sus consecuencias para los derechos humanos.
Organismos autónomos: La constitución deberá garantizar su autonomía e
independencia, particularmente mediante procesos de selección
transparentes y ciudadanizados, que requieran un alto perfil
profesional, conocimiento y compromiso comprobado con los derechos
humanos, y la obligación de cumplir con el derecho a la parti
cipación
y consulta ciudadana en su gestión, además de que se proteja la
autonomía presupuestal en el ejercicio de sus funciones.
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