Pero como bromeó una caricatura del diario New Yorker no relacionada
con ese hecho: “Quizá necesitemos agujas más grandes o camellos más
pequeños”.
La candidata en cuestión, Vaira Vike-Freiberga, presidenta de Letonia
(1999-2007), nunca llegó al piso 38 de la secretaría general de la ONU,
donde tiene su oficina el jefe del foro mundial.
Sus competidores entonces eran todos hombres, el secretario general
adjunto Shashi Tharoor, de India, el excanciller de Afganistán, Ashraf
Ghani, el embajador de Jordania, el príncipe Zeid Raad al-Hussein, el
vice primer ministro de Tailandia, Surakiart Sathirathai, y el
secretario general adjunto Jayantha Dhanapala, de Sri Lanka.
El sexto candidato, el entonces canciller de Corea del Sur, Ban
Ki-moon, terminó siendo el elegido para ocupar el cargo secretario
general, que asumió en enero de 2007.
Durante la mayor parte de sus 70 años de existencia, la ONU se ha
caracterizado por el predominio masculino, característico de la cultura
política. El ambiente parece cambiar, aunque las apariencias suelen
resultar engañosas en las cuestiones políticas del foro mundial.
Pero si la actual campaña para que una mujer encabece la secretaría
general toma impulso, quizá todavía sea posible que, a fines de este
año, la ONU haga historia en un mundo en que la población femenina
representa casi la mitad de sus 7.000 millones de habitantes.
Por primera vez en la historia del foro mundial, el presidente de la
Asamblea General, de 193 miembros, el danés Mogens Lykketoft, dijo que
está comprometido con un “proceso abierto y transparente” en la elección
y designación del próximo secretario general.
Todos los países miembros recibieron una invitación para enviar sus
candidaturas al presidente de la Asamblea General, así como al del
Consejo de Seguridad. En la tercera semana de marzo se habían presentado
siete, cuatro hombres y tres mujeres.
Entre ellas, Srgjan Kerim, de Macedonia, Vesna Pusić, de Croacia, Igor Lukšić, de Montenegro, Danilo Türk, de Eslovenia, Irina Bokova, de Bulgaria, Natalia Gherman, de Moldavia, y Antonio Guterres, de Portugal.
“Creo que finalmente llegó el momento de tener una secretaria
general”, sentenció Jessica Neuwirth, una de las fundadoras y presidenta
honoraria de Igualdad Ya, en diálogo con IPS.
“Ban Ki-moon declaró que le gustaría que una mujer lo sucediera;
algunos países miembros apoyan formalmente la idea de que es hora de
tener una secretaria general. Si bien siempre hubo mujeres calificadas
para la tarea, ahora hay unas cuantas que, de hecho, están haciendo
campaña”, acotó.
“En lo que respecta a la rotación regional, más que cualquier región,
creo que es el turno de que las mujeres estén representadas y podría y
debería haber cierta flexibilidad para garantizar que una mujer pueda
ocupar el cargo”, opinó.
Neuwirth también es fundadora y directora de Donor Direct Action,
derivada de Igualdad Ya, creada para reunir fondos para las
organizaciones que defienden los derechos de las mujeres.
Además, aclaró que su organización lanzó su primera campaña para que
una mujer esté al frente de la secretaría general tras la adopción de la
Plataforma de Acción de Beijing, en 1995, en el marco de la Cuarta
Conferencia Mundial sobre la Mujer.
La Plataforma de Beijing reclamó el desarrollo de “mecanismos para
designar candidatas a ocupar cargos altos en la ONU” y se propuso la
meta de lograr “la igualdad de género, en especial en el ámbito
profesional y cargos superiores, para el año 2000”, recordó Neuwirth.
“Todavía esperamos que se implemente ese compromiso, 16 años después
de la fecha límite prevista de 2000. Quizá si empezamos desde arriba lo
consigamos”, acotó.
Por su parte, Charlotte Bunch, directora fundadora del Centro para el
Liderazgo Mundial de las Mujeres, además de profesora distinguida de la
estadounidense Universidad Rutgers, dijo en diálogo con IPS: “Estamos
más cerca que nunca de tener una mujer al frente de la secretaría
general”.
“Hay numerosas mujeres muy calificadas y de varias regiones cuyos
nombres se propusieron formalmente o se discutieron públicamente y
esperamos que todas reciban una seria consideración”, observó.
Pero es de fundamental importancia quién es la mujer que se elige,
pues una mala elección puede predisponerla al fracaso, acotó. “Su género
debe ser un elemento fuerte, pero no su principal calificación”
subrayó.
La visión de la candidata sobre el futuro de la ONU en estos
atribulados tiempos y su capacidad de comunicación y de llevar adelante
la parte organizativa, así como su compromiso probado con los principios
históricos del foro mundial en materia de derechos humanos, desarrollo e
igualdad de género, son fundamentales, precisó Bunch, una de las
figuras principales de la campaña para crear ONU Mujeres.
En el marco del proceso de transparencia, el presidente de la
Asamblea General comenzará una serie de diálogos informales con las y
los candidatos entre el 12 y 14 de abril.
Las entrevistas darán a los candidatos una plataforma para presentar
su candidatura y será una oportunidad para que los 193 estados miembros
les hagan todas las preguntas que crean convenientes. Cada uno dispondrá
de dos horas para la presentación.
En el ámbito de la sociedad civil, hay una campaña mundial encabezada
por varias organizaciones no gubernamentales llamada “1 for 7 Billion”
(“1 para 7.000 millones”), que reclama un proceso abierto de selección, el “que hasta ahora estuvo envuelto en un manto de secreto”.
Las organizaciones cuestionan la “forma deplorable en que un puñado
de países poderosos (a saber: China, Estados Unidos, Francia, Gran
Bretaña y Rusia, las cinco potencias con poder de veto en el Consejo de
Seguridad) han elegido al secretario general a puertas cerradas”.El año pasado, la embajadora de Colombia, María Emma Mejía, hizo
circular una carta de apoyo para que una mujer ocupe el cargo de
secretaria general, que reunió al inicio la firma de 44
representaciones.
Pero entre ellas no había ninguna de las potencias con poder de veto
en el Consejo de Seguridad, que siempre tienen la última palabra en lo
que respecta a la designación del secretario general. De hecho, Rusia ya
declaró que el cargo lo ocupará la persona más competente,
independiente de su género.
Pero sí aboga por que la persona sea originaria de Europa oriental
con el argumento de respetar la rotación geográfica, pues los anteriores
ocho secretarios generales procedieron de Europa occidental (3), de
Asia (2), de África (2) y de América Latina (1).
Una periodista estadounidense que trabajó en la sede de la ONU, pero
no quiso publicar su nombre, dijo a IPS: “Mi instinto me dice que la
opción de una mujer puede resultar muy acotada, pues no hay candidatas
obvias, y veo que últimamente Estados Unidos ha criticado mucho la
gestión del PNUD” (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo).
“No creo que Washington esté muy concentrado en esto con el
pandemonio que son las elecciones primarias (de Estados Unidos). Y la
designación por parte de Rusia de una mujer de Moldavia parece más una
picardía que otra cosa”, opinó.
Además, acotó, a la ex secretaria general adjunta Angela Kane le
gustaría integrar la lista de candidatas, pero no ha logrado ningún
respaldo de su país, Alemania.
Los antecesores del actual secretario general fueron: Kofi Annan
(Ghana), Boutros Boutros-Ghali (Egipto), Javier Pérez de Cuellar (Perú),
Kurt Waldheim (Austria), U.Thant (Birmania, ahora Myanmar), Dag
Hammarskjöld (Suecia) y Trygve Lie (Noruega).
Traducido por Verónica Firme
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