Por: Alvaro Cepeda Neri
I.- Promoviendo la competencia entre economías-países desiguales,
en el espacio del neoliberalismo económico del libre mercado, el todavía
presidente Enrique Peña, anunció que ya se puede traer gasolina y
diesel estadounidenses para su venta en México. La política económica
peñista sigue su ruta de abrir la economía mexicana al poderío, ventajas
y voracidad de los empresarios de ese país, que no hallan cómo
agradecerle al inquilino de Los Pinos su generosidad ; y que al final de
su sexenio le puede pasar lo que a Zedillo que los benefició con las
privatizaciones, y contratarlo como asesor para que les informe secretos
que sigan permitiéndoles penetrar la economía del país. Lo atendió en
esta visita, sin permiso del Senado para salir, aunque haya sido de
entrada por salida o de pisa y corre, el gobernador texano Greg Abbot
quien, ya entrado en gastos y confiancitas, le espetó a Peña una
adivinanza que lo dejó estupefacto. Le preguntó a boca jarro “¿Sabe
usted de qué color es el petróleo de Texas?”. El mexicano
proestadounidense hizo una mueca de “no sé” y entonces el gringo le
dijo: “es de color verde, señor presidente”.
II.- Y es que Peña no conoce el color del petróleo crudo. Ni le
importa. Pues para vender a Pemex y sus pozos, lo único que se necesita
en abuso del poder, es continuar disponiendo de ese patrimonio nacional
como si fuera de su propiedad; mientras los sectores pendientes de la
vida pública toman nota en medio del descontento popular por el mal
gobierno presidencial. Verde o azul oscuro, lo cierto es que Peña, para
que dizque bajen los precios del diesel y del petróleo, ahora amplía el
libre mercado para que los empresarios estadounidenses (y otros
interesados en el botín), compren distribuidoras de esos combustibles
por mayoreo y por medio de servicios, adquiriendo gasolineras ya
instaladas o poniendo otras, para una competencia desigual y abusiva.
Peña quiere imitar y hasta superar a Zedillo, en lo que empezó con
Salinas y siguió con Fox y Calderón: vender al país y que aumente la
dependencia. Peña y sus peñistas están logrando la desnacionalización
del país y hasta cuestionar el republicanismo laico del Estado.
III.- Los estadounidenses traerán a sus gerentes, administradores y
capataces para la venta de los combustibles. Pero no irán a todas
partes, sólo a las que en el norte de México, convenga a sus intereses
comerciales. Ya se sabe que el pasado histórico le importa un cacahuate a
Peña, y usa el presente para completar su entrega económica al vecino
país del norte con la complicidad de la élite política; y aunque
salgan perdiendo, con el apoyo de los empresarios nativos que perderán
antes del mediano plazo. Es una resolución apetitosa la apertura del
mercado petrolero mexicano. Y el anuncio de que los de allá pueden venir
a vender su petróleo y diesel, es más que una oferta. Es una invitación
al saqueo en dólares y campo abierto una vez que Pemex está en quiebra;
y dueños de los pozos petroleros, tienen el camino abierto para
apoderarse más de la desmantelada economía que, con o sin el muro de
Trump, es ya de ellos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario