La presencia de restos humanos que no pertenecieran a los normalistas podría cambiar la hipótesis de la investigación presentada hasta ahora por la PGR
lasillarota.com
Los
resultados de 10 muestras óseas y de cabello recabadas por el Equipo
Argentino de Antropología Forense (EAAF) en el basurero de Cocula, y
enviadas a la Universidad de Innsbruck en abril de 2015, podrían
sepultar la “verdad histórica” si no hay coincidencia genética con
alguno de los 43 normalistas desaparecidos, ya que exhibiría que los
estudiantes no fueron incinerados en ese lugar.
La
presencia de restos humanos que no pertenecieran a los normalistas
podría cambiar la hipótesis de la investigación presentada hasta ahora
por la PGR.
Los
restos óseos que llevaron la identificación de dos normalistas
–Alexander Mora Venancio y Jhosivani Guerrero de la Cruz- presuntamente
fueron encontrados por buzos de la marina en una bolsa negra en el río
San Juan, y de la cual hay dudas, ya que hubo fallas en la cadena de
custodia, y no estuvo presente el EAAF durante el hallazgo como se había
acordado con los familiares de los desaparecidos.
Este
segundo envío de muestras óseas y de cabello a los laboratorios de
Innsbruck, reforzaría los peritajes del EAAF y del del Grupo
Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), de que los 43
normalistas no fueron asesinados, quemados y arrojados sus restos al río
como lo señaló la PGR.
Existe
un elemento que nutre las dudas sobre la “verdad histórica”:
previamente en el basurero de Cocula se levantó una prótesis dental y
ninguno de los jóvenes de Ayotzinapa utilizaba tal aditamento.
El
EAAF presentó un dictamen con evidencias que revelan que los 43
normalistas de Ayotzinapa no habrían sido incinerados en el basurero de
Cocula como sostiene PGR desde noviembre de 2014.
Vegetación,
restos óseos, evidencia balística, testimonios de los implicados,
fotografías satelitales, entre otros indicios y hallazgos descartarían
la versión de las autoridades mexicanas, analizados por expertos en
dinámica de fuego, antropología, arqueología, criminalística, balística,
botánica, entomología, odontología, anatomía, genética, analistas de
imágenes satelitales y fotografía, analizó la evidencia tipo y no
biológicos, que soportan el dictamen.
Segundo envío a Innsbruck
Entre
el 27 de octubre y 6 de noviembre de 2014, peritos del EAAF y de la
Coordinación General de Servicios Periciales de la PGR realizaron tareas
de levantamiento de restos óseos quemados y diversos elementos
asociados en el basurero de Cocula y de la bolsa encontrada en el río
San Juan.
Se
envió un primer paquete de muestras óseas para su análisis en la
Universidad de Innsbruck, Austria, sin embargo, en el terreno y en la
bolsa había más restos, por lo que fueron analizados y enviados en un
segundo grupo en abril de 2015.
El
equipo argentino y la PGR están en espera de los resultados, y de la
posible coincidencia genética o no con alguno de los 43 normalistas.
“Considerando
que al momento del primer envío a laboratorio de Innsbruck en noviembre
de 2014 aún no se habían revisado la totalidad de los restos óseos
recuperados en el basurero de Cocula y de la bolsa que la PGR indica
extrajo del Río San Juan, en enero del 2015 y luego por segunda vez en
abril del 2015, el EAAF realizó una nueva pre-selección demuestra que
aunque afectadas todas técnicamente pudieron tener alguna posibilidad de
ser procesadas genéticamente con fines identificatorios”, informó el
EAAF.
Son 12 muestras, 10 de ellas provienen del basurero de Cocula y dos de la bolsa del río San Juan.
“Peritos
de la PGR y del EAAF seleccionaron finalmente 12 muestras: 11 piezas
óseas y una muestra de cabello. De estas 12 muestras, 10 corresponden al
sitio del basurero de Cocula (9 fragmentos óseos y un mechón o
remanente de cabello) y 2 corresponden a la bolsa alegada por PGR como
proveniente del Río San Juan (un segmento ocio y restos adheridos a un
fragmento textiles)”, indicó el experto argentino.
Si
alguna de las 10 muestras recabadas en el basurero de Cocula no
coincidiera genéticamente con alguno de los familiares de los 43
normalistas, evidenciaría que si hubo una incineración de cuerpos, pero
no de los estudiantes de Ayotzinapa, por lo que la verdad histórica
recibiría otro fuerte golpe.
El EAAF informó que se esperan resultados de este segundo envío de muestras.
Muestras vegetales
En
el basurero de Cocula se recolectaron 20 plantas ubicadas en la
retícula principal, y sólo una de las 20 plantas analizadas mostró leves
daños de fuego o alteración térmica; el resto no mostraron ninguna
exposición al fuego o alteración térmica.
El
desarrollo de 19 de las 20 plantas recolectadas por el EAAF dentro de
la retícula principal del 2 al 4 de noviembre del 2014, es superior a
los 30 días que pasaron entre la desaparición de los normalistas y el
arribo al basurero de los peritos.
Se
determinó la especie y el ritmo de crecimiento de cada una las plantas,
18 de ellas presentaron un temporalidad de entre 3 y 5 meses, es decir,
que empezaron a germinar entre junio y agosto de 2014.
Una
de las dos plantas restantes se encontraba aproximadamente en 2 semanas
de desarrollo al momento de ser recolectada; mientras que otra se
encontraba, aproximadamente en dos años de desarrollo.
De
haberse registrado el fuego para incinerar 43 cuerpos, las plantas
deberían mostrar señales por fuego directo o calor radiante, o bien,
detenido su desarrollo.
Tocones
El
EAAF analizó 17 tocones, de ellos 14 se encuentran dentro de la
retícula principal del basurero de Cocula. Todos los tocones mostraban
ausencia de signos de fuego o presencia mínima de alteración térmica.
Un tocón ubicado en una zona de alta densidad de restos óseos presentó una mínima alteración por fuego.
Sí
el fuego existió a 1600 grados centígrados para incinerar los cadáveres
como sostiene la PGR, los tocones presentarían evidencias de
carbonización o calcinación.
Vegetación circundante
La
vegetación circundante en las laderas del basurero presentó una mínima
alteración térmica al ser examinadas por el EAAF. Los troncos y ramas de
árboles que rodeaban zonas de alta concentración de restos óseos
quemados mostraron una mínima alteración térmica en el área superior de
algunos árboles en un sector muy reducido, contiguo a la pared sudoeste
de la retícula principal.
La
ausencia de daño o el daño mínimo observado en la vegetación
circundante a la retícula principal, no son consistentes con el daño
esperado en la incineración de 43 cuerpos.
Irregularidades en la recolección de evidencia balística
El
15 de noviembre de 2014, cuando el basurero de Cocula se encontraba sin
custodia varios días atrás, la PGR realizó una diligencia sin aviso ni
invitación a participar a los peritos del EAAF. En esa actividad
ministerial la PGR encontró 41 casquillos calibre .22LR, entre dos
piedras -de uso continuo por ambos equipos de peritos en su descenso y
ascenso del basurero-, en una zona ya inspeccionada por ambos grupos de
peritos entre el 27 de octubre y el 6 de noviembre del 2014.
La
ubicación de los casquillos no son producto de la disposición que
debería darse al ser eyectados o extraídos de un arma de fuego que fuera
disparada en el lugar, sino que estos fueron colocados por alguna
persona en ese lugar.
Los
41 casquillos encontrados por la PGR fueron percutidos por la misma
arma, lo cual quedó asentado en el dictamen del Departamento de
Balística folio 84513, elaborado en el marco de la Averiguación Previa
871.
Al
menos uno de los elementos balísticos recuperados entre los 41
cartuchos mencionados coincide con un cartucho recuperado en otra zona
del basurero por ambos grupos de peritos entre el 27 de octubre y 6 de
noviembre del 2014.
Evidencia balística y declaraciones
Se
encontraron 132 casquillos el basurero de al menos 39 armas de fuego de
diversos calibres, en su mayoría de armas largas. Se evidenció un alto
grado de oxidación y deterioro de los casquillos, cartuchos y demás
evidencias balísticas, producto de haber estado en diferentes períodos a
la intemperie, es decir, que no fueron empleadas en un solo día.
En
sus declaraciones, los inculpados señalaron que utilizaron
exclusivamente armas cortas para privar de la vida a los normalistas de
Ayotzinapa, lo cual no concuerda con la evidencia balística
recolectada.
Jonathan
Osorio Cortes “El Jona”, en su declaración del 28 de octubre de 2014,
en la Averiguación Previa AP PGR/SEIDO/UEIDMS/871/2014 afirmó que un
mando “nos dijo que solo lleváramos ‘cortinas’ es decir armas cortas
como las nueve milímetros, se nos instruyó que no lleváramos las armas
largas que teníamos asignadas”.
Por
su parte, en su declaración del 28 de octubre de 2014, Agustín García
Reyes "El Chereje" también señaló que se habrían empleado armas cortas
en el basurero, “… y es como veo que el Pato, el Cepillo y/o el Terco,
el Guereque, el Primo y el Bimbo los cuales todos llevaban armas de
fuego cortas y todos ellos disparan hacia donde estaban amontonados
todos los estudiantes…”.
Existe
una clara contradicción en cuanto a las armas que los testigos señalan
haber utilizado y las evidencias balísticas halladas en el lugar.
Restos óseos
Peritos
del EAAF y de la PGR dividieron la retícula principal en 132
cuadrículas, en 56 de ellas mostraban una densidad significativa de
restos óseos.
Los
restos óseos recuperados en el basurero de Cocula consistieron en
cientos de fragmentos, de un promedio en general no superior a los 2 x 2
centímetros de tamaño. Las piezas de mayor tamaño no sobrepasan en
promedio 8 x 2centimetros.
La
multifragmentación y alteración térmica de los restos humanos
recuperados limitó la información que pudiera extraerse de ellos en el
análisis antropológico, odontológico, genético y traumático de los
mismos.
Se
ubicaron restos de animales no humanos en por lo menos 18 de las 56
cuadrículas de la retícula principal en la que se encontraron restos
óseos.
Los
peritos del EAAF establecieron la categoría de “restos indeterminados”,
incluyeron aquellos restos que por su escaso tamaño o alteraciones
térmicas no pudieron ser diferenciados si correspondían a restos humanos
o animales no humanos. Los “restos indeterminados” constituyen la gran
mayoría de los restos recuperados del Basurero de Cocula.
Prótesis dental
Se
encontraron restos óseos de al menos 19 individuos, dadas las
características de los fragmentos recuperados-multifragmentación y
alteración térmica-, no pudo obtenerse información significativa sobre
sexo, estatura u origen poblacional a través del análisis antropológico y
odontológico de los restos óseos.
El
EAAF examinó aproximadamente 738 fragmentos individuales relacionados
con dentición. En la cuadricula M8 se halló una prótesis parcial
superior y otra prótesis parcial inferior (ambas realizadas con el mismo
material y con coincidencia en la oclusión o mordida), así como una
raíz de diente en alveolo de hueso de mandíbula que se inserta en la
prótesis inferior, confirmando la relación entre todas las piezas
mencionadas.
De
las entrevistas a familiares de los 43 normalistas se confirmó que
ninguno de los estudiantes tenía un tratamiento odontológico como el
descrito.
Con
este hallazgo se concluyó la presencia de restos de al menos un persona
cuyas características dentales no corresponden con ninguno de los
normalistas desaparecidos.
La presencia de restos humanos que no pertenecen a los normalistas refuerza los peritajes del EAAF y el GIEI.
Bolsa recuperada en el río San Juan
El
EAAF expuso los errores en la cadena de custodia de la bolsa encontrada
por buzos de la Marina en el río San Juan, en el municipio de Cocula,
la que presuntamente contenía restos óseos que derivaron en la
identificación de los normalistas Alexander Mora Venancio la
coincidencia genética con la mamá de Jhosivani Guerrero de la Cruz.
La
PGR convocó al EAAF a la vera del Río San Juan cuando dicha bolsa ya se
encontraba abierta y siendo analizada por peritos de la PGR, un número
importante de fragmentos aparentemente provenientes de esa bolsa, se
encontraban ya expuestos sobre una lona. El EAAF se incorporó a la
limpieza de fragmentos óseos provenientes de dicha bolsa a partir de ese
momento y no antes.
Entre
restos óseos, se distinguía la muestra que culminó con la
identificación Alexander Mora Venancio, por ser una pieza menos quemada y
de mayor tamaño que las demás.
El
equipo forense argentino no firmó la cadena de custodia correspondiente
a la entrega de la bolsa de evidencia por parte de los buzos de la
Marina a la PGR, porque no se encontraba presente en ese momento en el
río San Juan, y solicitó en diversas oportunidades a la PGR la cadena de
custodia.
Identificación de normalistas y restos animales
En
el primer envío de muestras a Innsbruck se seleccionaron 17 piezas, 10
fragmentos del basurero y siete de la bolsa que según la PGR fue
recuperada del río San Juan.
Cuando
se enviaron los restos óseos a Innsbruck, el EAAF y la PGR remitieron
los perfiles genéticos de los familiares de los normalistas
desaparecidos, sin embargo, hubo serias diferencias entre los análisis
del equipo argentino y de la dependencia federal.
Al
comparar los perfiles genéticos de los familiares de Ayotzinapa
enviados por la PGR al laboratorio de Innsbruck y los enviados por el
EAAF al mismo laboratorio, se encontró diferencias en 20 de los 134
perfiles genéticos que la PGR tenía en común con el EAAF. Estos 20
perfiles genéticos afectaban a 16 familias de los 43 estudiantes.
La
Coordinación de Servicios Periciales de la PGR reconoció que estas
diferencias entre los perfiles de la PGR y los del EAAF enviados al
laboratorio de Innsbruck eran todos errores del laboratorio de la PGR.
No hubo una explicación clara al respecto.
Una
muestra proveniente de la bolsa del río San Juan, obtuvo un perfil
completo de ADN nuclear que dio como resultado una probabilidad de
parentesco genético con los familiares del joven normalista Alexander
Mora Venancio.
El laboratorio informó que de otros siete restos óseos analizados se obtuvo ADN mitocondrial que no es de origen humano.
También
informó que otra muestra -recuperada de la bolsa del río San Juan-
presentó una coincidencia de valor “moderado” con la madre del joven
normalista Jhosivani Guerrero de la Cruz.
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