La Jornada
Carlos Bonfil
La tentación
totalitaria. Una sociedad en la que el celibato está formalmente
prohibido, donde divorciados o solteros tienen 45 días de plazo para
encontrar pareja so pena de ser transformados en un animal de su
elección, donde también se castiga la masturbación quemando en un
tostador eléctrico los dedos del infractor, y donde tampoco se contempla
la opción bisexual. Una sociedad volcada de lleno al matrimonio y a la
procreación, sin lugar para ninguna conducta sexual ajena a la norma. El
sueño de todo fundamentalismo moral. Tal es el punto de partida de La langosta (The lobster), la
estupenda comedia absurda del griego Yorgo Lanthimos, hablada en
inglés, filmada en Irlanda, con un reparto encabezado por un Colin
Farrell irreconocible.
Rachel Weisz y Colin Farrell, protagonistas de La langosta, en un fotograma de la cinta
A esa sociedad uniformizada al extremo (con vestimentas y conductas
iguales, y severas condiciones para el apareamiento), concentrada en un
misterioso hotel y situada en un país no identificado, el director y
guionista le opone un clan de célibes recalcitrantes, los solitarios que
viven en un bosque cercano, con reglamentos igualmente represivos,
donde a su vez se castiga con crueldad toda expresión amorosa. El
también realizador de Alps, los suplantadores (2011), otra
cinta extraña donde un grupo de individuos lucra con el dolor de otros
remplazando a sus seres fallecidos para ayudarlos a sobrellevar el
duelo, lleva el humor negro en La langosta a extremos desconcertantes.
El tono impersonal y seco de los diálogos, la coreografía
mecanizada de seres que se desplazan como autómatas, la seriedad con que
se expresan los despropósitos más divertidos, todo refleja muy bien el
nerviosismo de un orden social que procura manejar sus propias
incertidumbres estigmatizando y persiguiendo a las disidencias sexuales.
Una vez familiarizado el espectador con el lenguaje bizarro y las
extravagancias de esta fantasía singular, lo que le resta por apreciar
es, paradójicamente, un alegato en favor de la pareja romántica y el
hilarante ridículo al que quedan expuestos sus detractores más
intolerantes. Una cinta original, fuera de serie –todo un acierto.
Cineteca Nacional, en la sala 1, a las 12 y 17:30 horas.
Twitter: @carlos.bonfil1
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