CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- En julio pasado, mientras el escándalo de la Casa Blanca
de Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera seguía generando primeras
planas en la prensa, en las oficinas del discreto despacho D’Orleans
& Bourbon Associates en Miami y en esta capital, se armó en apenas
diez días una compleja estructura de sociedades internacionales a favor
de Juan Armando Hinojosa Cantú, el empresario favorito del presidente de
México.
El pasaporte del empresario Juan Armando Hinojosa Cantú. Foto: Especial
El despacho panameño Mossack Fonseca, una de las cinco firmas más
grandes del mundo especializada en la creación de empresas offshore,
participó en el diseño del entramado internacional que consistió en la
creación de sociedades británicas, integradas por fundaciones holandesas
y fideicomisos neozelandeses.
Su
objetivo: gestionar a través de esta red offshore más de 100 millones
de dólares en activos financieros que Juan Armando Hinojosa Cantú posee
en distintas instituciones bancarias del planeta, y que le darían un
rendimiento de cinco por ciento anual.
Los despachos tenían claro que esa cantidad sólo representaba una
“pequeña parte” del patrimonio del contratista tamaulipeco, quien
construyó la llamada Casa Blanca de la esposa del presidente Enrique
Peña Nieto, Angélica Rivera, valuada en siete millones de dólares.
Los operadores financieros consideraban que sería una primera etapa
en el camino que, en el futuro, les llevaría a administrar la fortuna de
Hinojosa Cantú. Con ello, esperaban poner otro pie en el club exclusivo
de los ultrarricos de México.
La fortuna del empresario creció del erario y se disparó desde 2005
al amparo de los gobiernos de Enrique Peña Nieto. En la administración
mexiquense y posteriormente en la Presidencia de la República, el actual
mandatario otorgó alrededor de 60 mil millones de pesos en contratos de
obra pública a las empresas de Hinojosa Cantú –Grupo Higa, Grupo Eolo y Constructora Teya, entre otras—, de acuerdo con investigaciones del reportero Arturo Rodríguez García, publicadas en la ediciones 1984,1985 y 1986 del semanario Proceso.
El nombre de Hinojosa Cantú está escondido en las estructuras que
elaboraron esos despachos. Apenas aparecen los nombres de dos ancianas:
Dora Patricia Cantú Moreno y María Teresa Cubria Cavazos, –85 y 82 años,
respectivamente–. Ambas son originarias de Reynosa, Tamaulipas; la
primera es madre de Hinojosa Cantú, y la segunda, su suegra.
En el esquema financiero, el empresario y su esposa “donaron”
millones de dólares a las ancianas y los recuperaron a través de un
sistema de “restructuración patrimonial”. El dinero proviene de los
“ahorros” que el empresario guardó en bancos internacionales a través de
empresas fantasmas, a su vez establecidas en paraísos bancarios.
Cuando los empleados de Mossack Fonseca se percataron que Hinojosa
Cantú estaba involucrado en el escándalo de la Casa Blanca, pidieron un
esclarecimiento a D’Orleans, Bourbon & Associates, en Miami. El
despacho respondió que muchos de los periódicos que señalaban la
cercanía de su cliente con Peña Nieto “son propiedad de algunos rivales
de negocio” de Hinojosa Cantú, como Carlos Slim, y precisó que ése era
el caso del New York Times.
Lo anterior se desprende de los 11.5 millones de documentos internos
del despacho panameño Mossack Fonseca que una fuente anónima proporcionó
al diario alemán Süddeutsche Zeitung y que el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) compartió con Proceso y otros 107 medios en el mundo.
Este reportaje forma parte de Panama Papers, la investigación colaborativa global que surgió a raíz de esta filtración, la mayor en la historia del periodismo.
Publicidad negativa
El primero de julio de 2015, Felipe Miguel Fernandes de Matos –asesor
del despacho D’Orleans, Bourbon & Associates en Miami– envió un
correo “urgente” a Olga Santini, directora de la oficina de Mossack
Fonseca en Florida.
“Hemos estado trabajando con el asesor de un cliente de muy alto
perfil desde hace tiempo y vemos que se nos va a designar para asistirle
en la reestructuración de sus vehículos patrimoniales fuera de su país
de residencia”, señaló el asesor en su correo. En piezas adjuntas, envío
copias de los pasaportes de Hinojosa Cantú, su esposa María Teresa
García Cubría, su madre y sus dos hijas, con la instrucción de mantener
los documentos “en la mayor confidencialidad”.
La propuesta de Fernandes a Mossack Fonseca consistía en transferir
los activos financieros de seis compañías de Hinojosa Cantú; cuatro en
las Islas Vírgenes Británicas y dos en la isla caribeña de Nevis,
abiertas por otra firma vendedora de offshore, Trident Trust.
Los destinatarios serían tres fideicomisos establecidos en Nueva
Zelanda a nombre de la madre y la suegra del empresario. Luego, estos
fideicomisos serían beneficiarios de fundaciones establecidas en
Holanda.
Fernandes precisó que las compañías mencionadas poseían portfolios en
los bancos JP Morgan, UBS, la Deutsche Bank y Mark&Spencer, por un
valor estimado a aproximadamente 100 millones de dólares. Una vez
realizada la transferencia de los activos Mossack Fonseca disolvería
estas compañías.
“Esta es solamente una pequeña parte del portfolio del cliente, y
vemos un alto potencial de crecimiento ya que es uno de los hombres de
negocios más prominentes de México. Desafortunadamente, debido a su
éxito y su alto perfil, cierto número de personas le tiene aversión y
por desgracia hay muchísima publicidad negativa alrededor del cliente”,
insistió Fernandes.
El 20 de marzo de 2015, Hinojosa Cantú realizó un contrato de
donación a favor de su madre. En este documento le transfirió las
cuentas de cheques de cinco compañías, Noble Advisors Limited, Notable
Worldwide Corp., Afrika Ventures Limited, Cabbits Marketing Limited y
Starbright Investments Inc. El mismo día, María Teresa García Cubría
firmó un contrato similar en el que se comprometió a “donar” las cuentas
de otra compañía, Provance Limited, a su madre María Teresa Cubría
Cavazos.
Apenas tres días antes de la firma de los contratos de donación, la
madre del empresario tamaulipeco cumplió 84 años. Y unos meses atrás,
investigaciones periodísticas revelaron que a través de distintas
razones sociales, Grupo Higa había construido y financiado la casa de la
pareja presidencial en Las Lomas, así como la residencia de Luis
Videgaray en un fraccionamiento-club de golf en Malinalco, Estado de
México.
El pasado 30 de septiembre, la oficina de Mossack Fonseca en Nueva
Zelanda se percató que “los resultados de cumplimiento arrojan
información adversa del Sr. Hinojosa relacionados con posibles vínculos y
beneficios que recibe del actual presidente de México, Enrique Peña
Nieto”. Pidió explicaciones al respecto a Fernandes.
Éste reconoció que “existe efectivamente información adversa con
relación al beneficiario en periódicos”, pero precisó de inmediato:
“Mucho (sic) de esos periódicos son propiedad de algunos rivales de
negocio como es el caso del NY Times de (Carlos) Slim”.
Y añadió: “Todas las acusaciones con respecto a cualquier conflicto
de interés fueran (sic) investigadas y en el mes pasado (Hinojosa Cantú)
fue exonerado por el secretario de la Función Pública de todas esas
acusaciones”.
Extrema discreción
Contrario a la mayoría de los despachos de asesoría fiscal,
D’Orleans, Bourbon & Associates Group mantiene un perfil de absoluta
discreción. No tiene presencia en Internet, y sus documentos internos
no indican ninguna dirección fiscal, aunque en su documentación interna,
asegura que opera en la Ciudad de México, Ámsterdam, Lisboa, Londres,
Miami y Panamá.
D’Orleans, Bourbon & Associates Corporation fue constituida en
Panamá el 25 de octubre de 2013 con un capital de 10 mil dólares. Su
acta constitutiva, cuya copia obtuvo Proceso, establece sus fines y objetivos, los cuales abarcan cualquier negocio imaginable.
Según el documento, la empresa se dedica a llevar a cabo el negocio
del financiamiento e inversiones “en todas sus ramas”, a gestionar la
distribución de “cualquier producto o mercancía” –como materias primas,
bienes y productos “de cualquier naturaleza”–, así como a “cualquier
clase de tráfico internacional de lícito comercio”, “celebrar contratos
de toda clase, para cualquier fin lícito”, “continuar su existencia en
otro país” y “llevar a cabo en general cualesquiera otros negocios
lícitos”.
En México, Rodrigo de Santiago Padilla, de 30 años de edad,
representa a D’Orleans, Bourbon & Associates y a sus clientes; entre
ellos a los familiares de Hinojosa Cantú.
Sin embargo, el despacho no se encuentra registrado como tal en el
país. Opera a través de otra empresa mexicana, Finalmex, SA de CV,
SOFOM, ENR –cuyo nombre comercial es Facifin–, instalado en el séptimo
piso de una torre corporativa ubicada en el número 12 de la Avenida
Patriotismo, en la Colonia Hipódromo Condesa.
El pasado miércoles 9 de marzo, Proceso y la
organización periodística estadounidense Mc Clatchy visitó el despacho
en búsqueda del asesor. Su secretaria, nerviosa ante las preguntas de
los periodistas, aseveró que éste no se encontraba. En la puerta de
vidrio del despacho lucen los escudos de D’Orleans, Bourbon &
Associates –un grifón sentado– y de Facifin. La oficina es pequeña:
consiste en dos salas de juntas con amplias ventanas que ofrecen un
panorama sobre la ciudad. Los relojes colgados a las paredes de la sala
de espera indican la hora en Londres, Singapur y Nueva York.
Finalmex se encuentra registrada en el Registro Público de la
Propiedad y de Comercio del Distrito Federal con el número de folio
mercantil 465589. De acuerdo con el documento, cuya copia obtuvo Proceso,
la empresa fue constituida el 5 de diciembre de 2011 por el fiscalista
Sinuhé Reyes Sánchez, quien aparece también como administrador único.
El 25 de marzo de 2015, la empresa llevó a cabo una asamblea general
extraordinaria en la que realizó cambios en su estructura: a partir de
esa fecha, Rodrigo de Santiago Padilla y Filipe Miguel Fernandes de
Matos fueron nombrados como respectivos secretario y consejero de la
empresa. En los documentos internos de Mossack Fonseca, ambos se
presentan como asesores de D’Orleans, Bourbon & Associates.
Sinuhé Reyes Sánchez es profesor de derecho fiscal y administrativo
en la UNAM, la Universidad Panamericana y la Barra Nacional de Abogados
–de la que es también abogado general–. Además, es director de la firma
“Reyes y Asociados Fiscalistas, S.C.”, donde ofrece servicios de
asesoría fiscal y administrativa.
En dos cartas de recomendación, fechadas el 25 de marzo de 2015 y
apostilladas por Reyes & Abogados Fiscalistas S.C., Reyes Sánchez
aseveró que Dora Patricia Moreno Cantú y María Teresa Cubria Cavazos han
sido clientes de su despacho desde 2013 y que ambas “han manejado
siempre sus negocios de manera satisfactoria”. Asimismo, Reyes Sánchez
certificó la autenticidad de los documentos de la familia de Hinojosa
Cantú que fueron utilizados para armar las estructuras.
Fernandes envió otras dos cartas de recomendación de la madre y la
suegra de Hinojosa Cantú, fechadas el 15 de marzo de 2015 por XRV
Management, un despacho de asesores de inversiones asentado en las Islas
Caimán.
Según los documentos internos, Fernandes opera desde Miami. En un
correo electrónico, fechado el pasado 10 de julio, afirmó que el
despacho trabaja con Hinojosa Cantú desde hace más de cuatro años, y en
el verano pasado tuvo la oportunidad de “tomar parte importante de su
planeamiento patrimonial”. En un primer tiempo, Fernandes trató de armar
las estructuras con Overseas Management Limited (OMC), un despacho
rival de Mossack Fonseca, pero por alguna razón el proceso se alargó y
Fernandes “se molestó”.
Por ello buscó al despacho panameño de último momento, con toda la
documentación lista e insistió en la emergencia de concluir la
operación, pues no podía perder a un cliente tan importante como
Hinojosa Cantú.
“Estamos bajo mucha presión para tener todo listo a la brevedad ya
que es una oportunidad única para agregar este cliente a nuestro
porfolio, el cual es muy importante no solo desde el punto de vista de
negocio (…) pero también del punto de vista estratégico, que este señor
conoce a muchos UHNWI en México”, planteó Fernandes en un correo.
En la jerga financiera, se bautiza UHNWI –el acrónimo inglés de
Individuo de Fortuna Neta Ultra Elevada– a una persona cuyos activos
líquidos rebasan los 30 millones de dólares, sin incluir los bienes
personales, la residencia principal ni las piezas de colección.
Junto con el correo que envió ese día, Fernandes proporcionó dos
cartas de recomendación a favor de Hinojosa Cantú, emitidas por los
bancos J.P. Morgan y Morgan Stanley; un documento “conoce-tu-cliente”
elaborado por su despacho –en el cual enumeró las empresas del
tamaulipeco y los contratos más relevantes que obtuvieron en el Estado
de México y a nivel federal–; comprobantes de domicilio del empresario
–en un penthouse exclusivo que domina el club de golf de Santa
Fe–, de su esposa y de su madre; así como presentaciones básicas de las
estructuras propuestas.
Según ese documento, además de las seis compañías conocidas del Grupo
Higa en México –Eolo, Constructora Teya, Mezcla Asfáltica de Calidad,
Impresión Publicitaria, Bienes Raíces H&IG e IGSA– es dueño de
Consorcio IGSA Medical del Perú, que tiene la exclusividad para tratar a
pacientes renales en 8 provincias de ese país por 30 años. Respecto a
los principales contratos, refiere las obras del Estado de México.
En la copia del pasaporte de Hinojosa Cantú sólo aparece la primera
hoja, porque “el cliente no quiere detallar todos los países que visitó y
las fechas por temas de confidencialidad”, subrayó Fernandes
posteriormente.
Proceso envió cuestionarios a Reyes Sánchez y
Fernandes y dejó varios recados a Santiago de Padilla. Hasta el pasado
viernes, ninguno de los tres había respondido. También buscó al
departamento de Comunicación del Grupo Higa, sin obtener respuesta.
Junto con el grupo de prensa estadunidense McClatchy –el cual edita entre otros el Miami Herald–, Proceso
preguntó a la Presidencia de la República cuál era el estado actual de
la relación personal y profesional entre Peña Nieto e Hinojosa Cantú.
Paulo Carreño King, responsable de la Marca País y Medios
Internacionales de Los Pinos, respondió que “como lo ha dicho el mismo
Presidente de la República en varias ocasiones, ‘El presidente de
México no tiene amigos; el único compromiso personal que tiene es con
México y los mexicanos y está dedicado a la tarea de servir a México de
tiempo completo’”.
El titular de la oficina, que Peña Nieto creó por decreto el 30 de
abril de 2015 para mejorar la imagen de su gobierno mexicano al
internacional, aseveró que “en la Presidencia no tenemos la base de
datos de la relación contractual de los prestadores de servicios y
contratistas del Estado de México y/o la Secretaría de Comunicaciones y
Transportes”.
Tras aseverar que el asunto de Hinojosa Cantú era “ya un poco añejo”,
Carreño King remitió a la investigación que realizó la Secretaría de la
Función Pública (SFP) sobre el caso.
Maquinaria global
Al recibir el primer correo electrónico, el 1 de julio, la maquinaria
global de Mossack Fonseca arrancó; y durante los siguientes quince días
el caso de Hinojosa Cantú no dejó de dar vueltas al mundo, atravesando
los husos horarios de Miami, Panamá, Nueva Zelanda y Londres para
cumplir con los tiempos del cliente en México.
El 10 de julio, Mossack Fonseca le dio luz verde a Fernandes para
iniciar la operación y, apenas diez días después, los despachos habían
armado las tres estructuras: Huanca Invesments LLP, Khuno Investments
LLP y Huiracocha Invesments LLP, tres sociedades de responsabilidad
limitada (LLP, por sus siglas en inglés) que el despacho panameño
incorporó los 16 y 20 de julio pasados en Cardiff, Gales.
El domicilio de las tres sociedades está registrado en una oficina de
Mossack Fonseca en la pequeña ciudad de Hitchin, ubicada a unos 60
kilómetros de Londres en la campiña inglesa.
Sus “socios” respectivos son tres fundaciones holandesas –Stichting
Huanca Management, Stichting Khuno Management y Stichting Huiracocha
Management–, las cuales poseen el 0.001% de las sociedades británicas; y
tres fideicomisos neozelandeses –Huanca Trust, Khuno Trust y Huiracocha
Trust–, que tienen el 99.999% restantes.
Mossack Fonseca incorporó los tres fideicomisos neozelandeses a
través de Orion Trust (New Zealand) Limited, su fiduciario en Nueva
Zelanda. Dora Patricia Cantú Moreno es fideicomitente de Huanca Trust y
Khuno Trust; y María Teresa Cubría Cavazos lo es de Huiracocha Trust.
El despacho de consultores Bentleys, en Auckland, opera Orion Trust
(New Zealand) Limited. Sus tres directores actuales son Giselle Yajaira
Ocampo Fonseca, Rey Franklin Taylor King –ambos de nacionalidad panameña
y empleados de Mossack Fonseca– y Roger John Thomson, co-fundador de
Bentleys.
Según las actas notariales holandesas, las tres fundaciones fueron
constituidas el 17 de abril de 2015 por la empresa SPDF Management BV,
cuyas oficinas se encuentran en Schiphol-Rijk, un parque industrial
ubicado en la periferia de Ámsterdam.
Así, fueron los representantes de las fundaciones holandesas y los
empleados de Mossack Fonseca en el fideicomiso neozelandés quienes
firmaron los documentos de incorporación de las sociedades LLP. Gracias a
ello, el nombre de Hinojosa Cantú no aparece en los registros públicos
de las sociedades, aunque éstas controlan millones de dólares de su
fortuna personal.
Regalo a sí mismo
En un primer momento, el 10 de julio, Fernandes pidió a Mossack
Fonseca que incorporara solamente los fideicomisos Huanca Trust y Khuno
Trust. Ambos tienen como fideicomitente a Dora Patricia Moreno Cantú,
pero Hinojosa Cantú aparece como su “beneficiario final”. María Teresa
García Cubria –su esposa– es la segunda beneficiaria y las dos hijas de
la pareja (María Fernanda y María Teresa Hinojosa García) son las
terceras beneficiarias.
Para cumplir con las normas internacionales de lucha contra el lavado
de dinero y otras acciones ilícitas, los despachos y otros actores del
sistema offshore deben cumplir con la “debida diligencia”, la cual
consiste en conocer la identidad y la actividad de sus clientes, el
origen de los fondos y las acciones que realizarán las estructuras que
incorporan.
En el cuestionario de “debida diligencia” de los fideicomisos, el
fiduciario neozelandés indicó como origen de los fondos: “Regalo del
hijo Juan Armando Hinojosa Cantú”. En otras palabras, el empresario
“regaló” millones de dólares de activos financieros a su mamá y los
recuperó posteriormente a través del fideicomiso. El pasado 30 de
septiembre, Fernandes afirmó que estos fondos “son ahorros provenientes
de varios negocios que tienen y son compañías patrimoniales”.
De acuerdo con el cuestionario, los fideicomisos tienen tres
objetivos: “protección de bienes”, “planeación de sucesión familiar”,
así como “confidencialidad y privacidad”.
En el documento, se planteó que “cada fideicomiso tendrá propiedad de
99.99% de una LLP en Gran Bretaña. Después de su incorporación, la LLP
recibirá fondos adicionales para liquidar, actualmente retenidos en
compañías en las Islas Vírgenes Británicas y Nevis que han sido donadas a
la fideicomitente”.
Asimismo, el documento anticipó que “el administrador de bienes
invertirá en un portfolio de distintos instrumentos financieros con un
retorno esperado de aproximadamente 5%”. Partiendo de los 100 millones
de dólares que evocó Fernandes en su primer correo, los fideicomisos
generarían una ganancia total de cinco millones de dólares cada año.
El pasado 15 de julio, las primeras dos estructuras todavía no
estaban terminadas cuando Fernandes envió otro correo a los agentes de
Mossack Fonseca. Ahí señaló su intención de “continuar con el proceso de
restructuración de las entidades patrimoniales de este cliente”, a
través de la incorporación de una tercera estructura, llamada
Huiracocha.
Los despachos utilizaron el mismo esquema, pero en lugar de Moreno
Cantú, colocaron a María Teresa Cubria Cavazos como fideicomitente de
Huiracocha Trust, y cambiaron la orden de los beneficiarios: María
Teresa García Cubría quedó como beneficiaria principal e Hinojosa Cantú
en segundo lugar. Asimismo, en el apartado sobre el origen del dinero,
quedó: “regalo de la hija María Teresa García Cubría”.
El 30 de septiembre, Fernandes informó a Mossack Fonseca que los tres
fideicomisos invertirían “más o menos 50 millones de dólares” y, el 2
de diciembre siguiente, planteó que tenía dos nuevos fideicomisos
“pendientes” por armar después de los primeros pagos.
Según las facturas proporcionadas, el despacho panameño cobró 9 mil
720 dólares a D’Orleans, Bourbon & Associates para la incorporación
de los fideicomisos.
Las cláusulas de Mossack Fonseca definen como “Persona Políticamente
Expuesta” (PEP, por sus siglas en inglés) a los jefes de Estado,
ministros, políticos de alto rango, jueces, embajadores, gobernadores de
bancos centrales, altos mandos del ejército o personas relacionadas con
empresas paraestatales, así como sus familiares. Un PEP requiere una
investigación más profunda sobre el origen de su dinero y un monitoreo
de las actividades de sus instrumentos financieros.
Pero también consideran como PEP a cualquier persona que, “de acuerdo
con la información pública o de fácil acceso”, tiene “cualquier
relación cercana” con las personas mencionadas anteriormente.
Menos de un año previo al establecimiento de los fideicomisos
estallaron los escándalos de la Casa Blanca y de la residencia de
Malinalco, los cuales generaron numerosos reportajes yartículos
periodísticos en la prensa nacional e internacional sobre los vínculos
de amistad entre Hinojosa Cantú y Enrique Peña Nieto. Aun así, en los
documentos se afirma que ninguno de los beneficiarios entra en la
categoría de PEP, por lo que siguió con el plan de ayudar a Hinojosa
Cantú a movilizar millones de dólares.
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