CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- Desde hace más de una década, el vicepresidente ejecutivo de Grupo Televisa,
Alfonso de Angoitia Noriega está en los archivos de Mossack Fonseca, el
despacho con sede en Panamá dedicado a la creación de empresas en
paraísos fiscales.
Agentes de la firma panameña que está considerada entre las primeras
cinco empresas más importantes del mundo en la creación de offshore,
estructuras financieras para ocultar dinero, hicieron entonces varias
visitas a su despacho corporativo en busca de clientes poderosos de
México.
Alfonso de Angoitia Noriega, vicepresidente ejecutivo de Grupo Televisa. Foto: Benjamin Flores
La
firma de abogados Mijares, Angoitia, Cortés y Fuentes era desde
entonces un prospecto para que Mossack Fonseca incrementara su cartera
de clientes mexicanos. Entre ellos, el presidente de Televisa, Emilio Azcárraga Jean.
Así consta en archivos internos de Mossack Fonseca entregados de forma anónima al diario alemán Süddeutsche Zeitung.
La información filtrada abarca los casi 40 años de existencia de la
firma panameña. Está contenida en 2.6 terabytes que se traducen en 11.5
millones de documentos.
La información obtenida por el diario de Münich fue compartida por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés), con Proceso y más de cien medios asociados en el mundo.
Ante el volumen de la información, el ICIJ, que tiene su sede en
Washington, organizó una investigación global en la que participaron 376
reporteros alrededor del mundo, en lo que ha sido hasta ahora el
proyecto de colaboración periodística más grande en la historia.
De acuerdo con la información disponible, fue hasta 2014 cuando
Angoitia creó su propia empresa, Ucetel Incorporated, en las islas
Bahamas, entre Cuba y Florida. El 11 de diciembre de ese año, la oficina
de Mossack Fonseca en Bahamas recibió el certificado de incorporación
de la empresa propiedad del ejecutivo de Televisa.
Tres meses después, Angoitia le pidió a la firma panameña incorporar
como titular de una sola acción, con valor de un dólar, a la empresa JTC
Corporated Services (Suisse) Limited, registrada en las Islas Vírgenes
Británica, pero con dirección en Ritter House, 5th Floor, Wickhams Cay
II, Roadtown, en Miami, Florida.
Con ese sólo movimiento de una acción, el ejecutivo de Televisa
pidió también que se registrara como director de Ucetel Incorporated a
JTC Directors (Suisse) Ltd, con sede en el territorio británico del
Caribe.
En el formulario que entregó a Mossack Fonseca para esa
incorporación, Alfonso de Angoitia reportó que Ucetel había sido creada
como socio general de una Sociedad Limitada de Canadá y que su capital
era de 50 mil dólares, divididos en 50 mil acciones de un dólar cada
una. Aseguró que era el único beneficiario y que la procedencia de los
fondos eran ahorros de su salario y compensaciones.
Angoitia admitió haber adquirido esta empresa en Bahamas “con el
propósito de comprar un departamento y una membresía en un club de buceo
náutico ubicado precisamente en Bahamas, deporte que practica desde
hace muchos años”.
En respuesta a Aristegui Noticias, que junto con Proceso
fue el otro medio mexicano que participó en la investigación, el vocero
de Televisa, Alejandro Olmos, afirmó que “la adquisición de esa
sociedad fue pública y transparente. Tan es así que esa empresa quedó
inscrita en el Registro Público de Bahamas, información que puede ser
consultada por cualquier persona. El licenciado Angoitia se encuentra en
pleno cumplimiento de las disposiciones fiscales que le son aplicables
en México en relación con UCETEL.
“No encontramos mayor relevancia en el tema, pero estamos atentos por
si se requiere mayor información”, agregó Olmos en la respuesta que
pidió se transmitiera de forma íntegra.
El interés de Mossack Fonseca en Angoitia ha ido más allá de la
compra de un departamento o un yate. En sus primeros contactos con el
bufete de abogados mexicano, los agentes de la firma panameña ofrecieron
sus servicios a los socios del alto ejecutivo de Televisa.
Los documentos obtenidos compartidos con Proceso
indican que un empleado de Mossack Fonseca identificado como J Palacios,
se reunió con Carlos Malpica Hernández, entonces socio del despacho
mexicano para explicarle los servicios de la firma especializada en la
creación de empresas offshore. Uno de ellos, el MF Trust, que administra
fundaciones privadas, apertura de cuentas bancarias y administración
general, así como los servicios de administración de Mossack Fonseca.
Según el reporte de J Palacios, Malpica le dijo que para entonces el
uso de las corporaciones offshore se habían reducido en ese tiempo en
México, pero que estaba muy interesado en la creación de fundaciones
privadas, uno de los servicios de la firma panameña.
Malplica “incluso tenía en mente que el principal dueño de Televisa,
que es uno de sus clientes, estaba buscando una manera de organizar sus
activos”, según el reporte del enviado de Mossak Fonseca. Y agregó: “Las
fundaciones privadas serían una forma diferente e interesante de
asistir a su cliente”, es decir, a Azcárraga Jean.
Otro informe en el que se hace seguimiento y evaluación del despacho
Mijares, Angoitia, Cortés y Fuentes, señala que gran parte de sus
clientes son mexicanos y destacan que son los abogados de Televisa. “Han
utilizado LLCs (sociedades de responsabilidad limitada) de Dellaware y
fideicomisos de las Islas Caimán para fondos privados de capital”.
Explica: “Pueden utilizar Caimán legalmente porque solicitan al
gobierno de Caimán un certificado de transparencia, en el que se
declaran las personas que aportan al fideicomiso o a título personal.
Con este requisito, la secretaría de Hacienda mexicana no los graba como
paraíso fiscal y pueden hacer deducciones”.
Según el documento, el abogado del despacho del ejecutivo de Televisa
Fernando Borja Mújica, “los fondos privados se seguirán desarrollando
y, “según él, serán el sustituto de la Bolsa Mexicana”. Más aún, que a
pesar de las prohibiciones legales a la banca privada para sugerir
inversiones fuera de México, “en realidad existe” esa conducta.
Optimista, el agente de Mossak Fonseca aseguró que tenían cien por
ciento de probabilidades de hacer negocios con los abogados de Televisa.
En la información filtrada no aparece en lo inmediato que los hayan
concretado. Sólo está el archivo de Angoitia. En la secuencia de
documentos que presentó al despacho panameño para acreditarse como
beneficiario principal de Ucetel Incorporated, Alfonso de Angoitia
Noriega entregó una copia de su pasaporte mexicano.
La dirección que acreditó el “cerebro” de la reestructuración
financiera de Grupo Televisa y estratega de la expansión de la compañía
televisiva hacia el área de telecomunicaciones a partir de 2006, es la
de Cumbres de Acultzingo 185-PH, en la Colonia Lomas Altas, de la Ciudad
de México.
Esta dirección privada de De Angoitia es la misma que fue objeto de
una denuncia penal interpuesta por el arquitecto Manuel Reyero Cornejo,
el 5 de mayo de 2007, en contra de Emilio Azcárraga Jean, Bernardo
Gómez, Alfonso de Angoitia Noriega y José Bastón, los llamados Cuatro
Fantásticos de Televisa, a quienes se les escrituraron cuatro
departamentos de lujo en un área natural protegida de la calle Cumbres
de Acultzingo 185.
De acuerdo con la ficha informativa de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, cuya copia tiene Proceso,
los cuatro principales ejecutivos de Televisa “se valen del señor
Joaquín López Dóriga y de su esposa, Adriana Pérez Romo de López Dóriga,
presidenta del Consejo Rector Ciudadano del Bosque de Chapultepec, para
frenar cualquier intento de suspensión de la obra”.
Son los mismos personajes que aparecen en el litigio de 2015 de la empresaria María Asunción Aramburuzabala, exsocia de Televisa, por el presunto delito de extorsión en relación con su proyecto inmobiliario en la calle Rubén Darío, de Polanco.
“Los Cuatro Fantásticos” son acusados en la demanda de 2007 de
“robarle” al Bosque de Chapultepec mil metros cuadrados, perteneciente
al área natural protegida decretada por el presidente de la República el
8 de junio de 1992, de utilizar “escrituras apócrifas” por una
superficie total de 8 mil 107 metros cuadrados para construir en una
superficie de 7 mil 66 metros cuadrados un edificio de 10 pisos con
departamentos de lujo con valor de 3 millones de dólares.
Uno de esos departamentos tiene la dirección de cumbres de Acultzingo
185, la misma que Mossak Fonseca registró como el domicilio particular
de Alfonso de Angoitia.
Ucetel fuera de Televisa
El nombre de Ucetel no aparece en ninguna de las compañías filiales de Grupo Televisa
en México o en Estados Unidos y mucho menos en las Islas Bahamas. Mucho
menos figura la otra compañía intermediaria que funge públicamente como
“directora” de Ucetel: JTC Corporate Services.
En los documentos oficiales de Grupo Televisa ante la Bolsa
Mexicana de Valores y ante la Securities Exchange Commision (SEC) de
Estados Unidos, Alfonso de Angoita aparece como vicepresidente ejecutivo
de Televisa y presidente del Comité de Finanzas del Grupo Televisa.
Es miembro del Consejo de Administración y del Comité Ejecutivo de la
televisora desde 1997. Forma parte de los consejos de administración de
todas las empresas filiales de Televisa en el área de
televisión restringida y telefonía como son Cablevisión, Sky, Cablemas,
Operbes (Bestel), TVI, así como en la principal cadena de televisión de
habla hispana, Univisión, en donde la empresa de Azcárraga es socio de
Haim Saban.
De Angoitia participa también en los consejos de administración de
Grupo Financiero Banorte y de Fomento Económico México, y es presidente
del patronato de la Fundación Kardias, que combate las enfermedades
cardiacas infantiles, organización civil que dirige junto con su esposa
María de la Concepción Legorreta.
El poder De Angoitia
Abogado especializado en reestructuraciones financieras, Alfonso de
Angoitia se incorporó en abril de 1997 al equipo directivo de Grupo Televisa que Emilio Azcárraga Jean armó tras la muerte de su padre, Emilio El Tigre Azcárraga Milmo.
Desde 1994, De Angoitia, abogado egresado de la UNAM, fundó el
despacho Mijares, Angoitia, Cortés, Fuentes y Asociados que se convirtió
en pocos años en uno de los más influyentes debido a las redes de poder
de Televisa y al vínculo político que estableció De Angoitia
con el gobierno de Ernesto Zedillo, el artífice de una auténtica
“operación de Estado” para que la mayoría accionaria de la televisora
recayera en manos de Emilio Azcárraga Jean y se evitara la pulverización
de la compañía por las disputas entre los familiares de El Tigre
Azcárraga.
De Angoitia pronto se convirtió, junto con Bernardo Gómez, amigo de
la infancia de Azcárraga Jean, en el otro pilar de esta especie de
triunvirato que dirige los destinos de Televisa. El otro
integrante de “Los Cuatro Fantásticos”, José Bastón, está al frente de
la parte de contenidos y programación del consorcio, pero tiene mucho
menos poder que Angoitia y Gómez.
Durante el sexenio de Felipe Calderón y especialmente en el actual
gobierno de Enrique Peña Nieto, el poder y la influencia de De Angoitia
crecieron al interior de Televisa, al grado que es común que se
maneje al interior de la compañía que entre él y Bernardo Gómez, el
operador político y responsable del área informativa del consorcio, se
disputan las principales decisiones de la empresa y de la sociedad.
De Angoitia fue el artífice entre 2006 y 2010 del crecimiento de Televisa
en los dos segmentos que se convirtieron en el ancla de sus futuros
negocios: la televisión de paga y los servicios de telecomunicaciones.
En ese periodo, las ventas del segmento de televisión de paga o
restringida (cableras y Sky) crecieron 23.7 por ciento que contrastaron
con el magro crecimiento de 0.5 por ciento en el segmento de televisión
abierta, el origen del poder y la fortuna de los socios y accionistas de
Televisa.
Este avance en el mercado del triple play (video, telefonía e internet) llevó a Televisa
a la confrontación directa con Carlos Slim, el magnate de América Móvil
que ayudó a la reestructuración financiera del grupo y se transformó en
su competidor en el mercado de telecomunicaciones. De Angoitia
aprovechó al máximo la prohibición en el título de concesión de Telmex
para ofrecer servicios de televisión restringida y con el apoyo de las
autoridades de telecomunicaciones y de competencia (CFC y Cofetel) Televisa acaparó en menos de un lustro el 60 por ciento los servicios de televisión de paga.
La única competencia que tuvo Televisa en este terreno fue
Grupo Dish, una alianza formada en 2009 entre la empresa Multivisión
(MVS), EchoStar y Telmex. De Angoitia y su equipo de abogados comenzaron
desde esa fecha una disputa política y legal para acusar de “ilegal”
esta sociedad.
El 10 de julio de 2012, De Angoitia fue el responsable de la
operación tras bambalinas y de dar a conocer la incorporación de Emilio
Azcárraga Jean al Consejo de Administración de Grupo Iusacell, en
compañía de su presunto competidor Ricardo Salinas Pliego, de TV Azteca.
Durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, De Angoitia fue el
artífice de la negociación con Humberto Castillejos, director jurídico
de Los Pinos, para que Televisa saliera beneficiada en la nueva
reforma de telecomunicaciones, de tal forma que no se reconociera su
papel como “agente económico preponderante” en televisión restringida.
De Angoitia y sus principales colaboradores, como Francisco Fuentes
Ostos del despacho Minjares, Angoitia y Cortés, Alejandro Bustos
Olivares, vicepresidente jurídico del consorcio, y Adolfo Lagos,
vicepresidente de Telecomunicaciones de Televisa, realizaron un
intenso cabildeo en el seno del nuevo Instituto Federal de
Telecomunicaciones (IFT), entre agosto y septiembre de 2015, para
impedir que el organismo regulador decretara a Televisa con “poder sustancial” en el mercado de televisión por cable y televisión satelital (ver la edición 2031 de Proceso).
A pesar del poder acumulado y de su fama como negociador implacable,
De Angoitia enfrenta ahora el desafío de una nueva crisis al interior de
Grupo Televisa ante la disminución de la venta de publicidad
en televisión abierta, la caída de los ratings en sus principales
contenidos, el surgimiento de una nueva competencia que es la tv on
line, cuyo crecimiento ha sido exponencial (como en el caso de Netflix),
y las deudas acumuladas en dólares por Grupo Televisa. La solución de
Los Cuatro Fantásticos ha sido emprender un recorte del 30 por ciento
del personal de la empresa, incluyendo a corresponsales, técnicos,
administrativos, artistas, etc.
Televisa es una empresa en crisis, pero sus cuatro
principales ejecutivos, especialmente Alfonso De Angoitia, están en su
mejor momento y poseen una fortuna personal incalculable. Por supuesto,
buena parte de los accionistas minoritarios de Televisa desconocen la existencia de, cuando menos, una empresa “fantasma” a nombre del jefe de las finanzas de la televisora.
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