Si no se hace justicia el gesto del presidente se convierte sólo en un ejemplo de cinismo e impunidad.
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Para Voltaire el perdón y la tolerancia son conceptos cercanos. Para Epicuro, cuando está justificada la ira es necio oponerse e intentar obtener el perdón. Para los católicos el perdón es el retorno a la gracia divina y para los islamistas perdonar y devolver el mal con bien es una obligación cuando las circunstancias lo ameritan. Perdonar es olvidar una falta sin guardar rencor ni buscar castigo y bajo ese concepto, es imposible aceptar las disculpas del presidente Peña.
Que no se malentienda, creo que es un gesto de admirar que haya pedido perdón por su Casa Blanca el presidente Peña Nieto. Sólo recuerdo a López Portillo pidiendo perdón a los pobres por no haber podido hacer más por ellos en su último informe pero ahí, el entonces presidente, estaba reconociendo la ineficacia de su administración, no un crimen en donde él mismo fuese el criminal.
Algunos puntos a reflexionar:
- Pedir perdón es reconocer una falta; en este caso un crimen.
- Regresar la casa es reconocer que fue mal habida, porque de ser un bien obtenido legalmente no vería la necesidad de devolverlo… a todos nos quedó claro, después de ver el mal actuado y mal logrado video de la Primera Dama que esa casa la compró con su trabajo de actriz… No me explico cómo compró una actriz de segunda y que para 2012 llevaba años sin trabajar una casa más cara que la de actores como Meryl Streep pero bueno… Ese no es el punto.
- Si el presidente de México (o de cualquier país) está reconociendo un crimen o actos de corrupción no basta con oírlo pedir perdón… eso tiene que ir acompañado de su renuncia. Podemos ver los casos recientes en América Latina en donde han sido depuestos y hasta han encarcelado a presidentes y expresidentes.
- No ha prescrito el crimen… no está confesando algo que hizo treinta años o más como una anécdota, está reconociendo su culpa.
Si no se hace justicia, el gesto del presidente, se convierte sólo en un ejemplo de cinismo y de impunidad. Que la empresa Higa le devuelva su dinero a la Primera Dama acaba siendo tanto o más indignante que si se quedara con la casa… el problema no es la casa, es la corrupción. Si te robas algo no dejas de ser responsable por pedir perdón, tampoco dejas de ser responsable si lo vendes y en vez de tener lo robado tienes el dinero que te dieron a cambio de ello.
Valientes las palabras del Presidente, ahora en lugar de tener un ejemplo de corrupción, tenemos un ejemplo de cinismo y de impunidad. Hace unos meses, escribí en este mismo espacio que si buscabas en el GPS “museo de la corrupción” te llevaba a la Casa Blanca (no sé quién lo programó pero se me hizo muy simpático) ahora, tienen que poner algo como “monumento a la impunidad”.
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