Madrid, 21 de julio. 16. AmecoPress. Organizaciones feministas de todo el mundo están uniendo sus fuerzas para promover unas ‘Propuestas Feministas para una Economía Justa’. Con esta campaña, buscan soluciones a los problemas derivados del modelo neoliberal imperante: las desigualdades, la pobreza y la exclusión. La sostenibilidad de la vida –olvidada por la economía de mercado- es uno de los pilares fundamentales de sus propuestas. La Asociación para los Derechos de la Mujer y el Desarrollo (AWID), el Centro para el Liderazgo Global de las Mujeres (CWFL) y la Red de Mujeres Africanas para el Desarrollo y la Comunicación (FEMNET) son las tres ONGs que trabajan para construir un modelo social y económico orientado a la cooperación y la solidaridad.
El
modelo liberal dirige la economía global y demuestra día a día que no
es capaz de hacer frente a las causas estructurales de la pobreza, las
desigualdades y la exclusión. Y es que, además de acentuarlos, también
los está creando. Por ello, la Asociación para los Derechos de la Mujer y
el Desarrollo (AWID), el Centro para el Liderazgo Global de las Mujeres
(CWFL) y la Red de Mujeres Africanas para el Desarrollo y la
Comunicación (FEMNET) se han unido para hacer frente a esta sociedad
mediante unas Propuestas Feministas para una Economía Justa.
Begoña
San José, activista por los derechos de las mujeres, considera
“importante que AWID, la mayor organización feminista internacional –con
miles de asociaciones de 163 países-, junto con CWFL y FEMNET, acabe de
lanzar esta campaña”. Y es que, asegura que “si bien es cierto que hay
un gran debate mundial sobre el aumento de la desigualdad social por las
políticas neoliberales, no lo hay sobre su impacto en la desigualdad de
género”.
Los derechos humanos como base
El
Fondo Calala es una de las numerosas organizaciones que van a gozar de
representación en el 13º Foro Internacional, donde se debatirán todas
las propuestas feministas "desde las visiones más modernas y
actualizadas" han comentado a AmecoPress. “Previo al
encuentro, se deben conocer las nuevas tendencias y cómo poder
apoyarlas, es nuestra prioridad”, aseguran. Dos mujeres de su
organización estarán en Brasil representando a Calala para tratar esos
temas. “Nuestra participación se centra en la temática de la defensa de
los derechos humanos”, han advertido. La economía, otro tema de interés
para la asociación, se relaciona directamente con los derechos humanos
en este modelo que plantean.
La declaración de estas tres grandes
ONGs feministas denuncia el neoliberalismo que rige la sociedad global,
basado en una economía de mercado que olvida por completo la
sostenibilidad de la vida. San José aclara que este trabajo es necesario
“por 5 motivos: que sigue aumentando la dependencia financiera, los
acuerdos comerciales nocivos -como el TTIP-, la escalada de agresión a
los ecosistemas y la biodiversidad, la pérdida de soberanía alimentaria y
el arraigo de una base patriarcal-capitalista”. Para cada uno de ellos,
considerados como obstáculos y amenazas, el documento ofrece una
perspectiva feminista que trabaja no solo para las mujeres, sino para
construir una sociedad y una economía más feminista y justa.
Para
AWID, es importante que “los Estados cumplan con los principios
fundamentales de derechos humanos” pues solamente de esa manera se
podrán realizar los derechos económicos y sociales. La economía
feminista, en este sentido, busca restaurar los “derechos legítimos de
las comunidades a los recursos comunes”. Y se centran en el acceso a los
bienes comunes porque, cuando a las mujeres y otros géneros oprimidos
se les niega la posibilidad de controlarlos “se refuerza el
patriarcado”.
Economía del cuidado
La
autonomía de los recursos, por el contrario, permite a las mujeres
mantenerse a sí mismas, al mismo tiempo que desarrollan sistemas más
igualitarios de gobernabilidad y uso de recursos. La economía feminista,
por tanto, “reconoce a las mujeres y, además, las coloca en igualdad de
condiciones como demandantes de recursos”. A pesar de esto, San José
asegura que “el feminismo no pretende un papel para el conjunto de las
mujeres”, sino que quiere acabar con los roles de género “para que cada
persona desarrolle su personalidad sin corsé”. Para ello, advierte de la
importancia de “que los cuidados se incluyan en la agenda política
mucho más de lo que lo han estado –en el caso español- en las elecciones
del 26J”.
María Palomares Arenas, directora del Fondo Calala, ha comentado a AmecoPress
que, para la organización "el feminismo propone un modelo de sociedad
donde la vida esté en el centro, por encima de intereses económicos". De
esta forma, los trabajos de cuidados pasarían a ser prioritarios,
dentro de las familias pero también a nivel social.
Con esto, se
refieren a tareas que serían básicas, como las tareas de reproducción,
salud, educación o asistencia. "Sobre estas, se desarrollaría un sistema
económico con nuevas prioridades", asegura Palomares. De esta manera,
"las tareas que siempre han realizado las mujeres, el trabajo
reproductivo que está fuera del mercado y que está devaluado, pasaría a
estar en el centro", comenta la directora de Calala.
Y es que la
“economía del cuidado” es otro de los conceptos con los que el feminismo
trabaja. La aportación de AWID en este sentido pasa por “redefinir y
revalidar el trabajo no remunerado y remunerado, de cuidados y en el
mercado”. Todo ello, superando los estereotipos tradicionales de género,
así como las brechas laborales y las desigualdades en los cuidados.
Desde una perspectiva feminista, se critica la concepción binaria de
género, entendiendo que ésta “deja poco espacio para un análisis más
profundo del heteropatriarcado y de las relaciones de género
disidentes”.
Buen Vivir: la sociedad como un todo
A
pesar de que este concepto no esté muy interiorizado en nuestra
sociedad, sí lo está en la teoría económica latinoamericana que consiste
en "vivir en armonía contigo misma, con las personas cercanas, con tu
comunidad y con otras comunidades", explica Palomares. Y continúa: "El
buen vivir me remite al concepto de Judit Butler, de las vidas dignas de
ser vividas, y cómo en el sistema actual, solo las vidas en las
sociedades occidentales son dignas de ser vividas y poco a poco vamos
arrebatando la dignidad y el derecho a la vida al resto".
Magdalena
León, economista feminista, centra su trabajo, desde hace tiempo, en el
concepto del “Buen Vivir” y asegura que las propuestas feministas están
orientadas al “cuidado por la vida, basada en la cooperación,
complementariedad, reciprocidad y solidaridad”. Estos pilares son los
que sostienen esta idea, que es otra de las que AWID defiende.
Este
concepto indígena también “apuesta por la agroecología y la soberanía
alimentaria, por el concepto de bienes comunes o compartidos, y por
pasar a un nivel más bajo y sostenible de producción y consumo”, explica
San José. Sin embargo, el principal aporte de este principio es que la
igualdad deja de ser el paradigma de los derechos individuales y, en su
lugar, pasa a ocupar la transformación de la sociedad como un todo.
Esta
idea rompe con un modelo neoliberal en el que muchos sistemas
comunitarios –con sus ambientes, prácticas y medios de vida- están en
riesgo por los “cambios vertiginosos que se dan a nivel económico,
político y cultural”, derivados de la globalización que arrasa por donde
va. La directora de Calala pone de manifiesto que "el cuidado del
planeta [en este modelo] también sería prioritario, por lo que se
tendería a decrecer e intentar revertir a huella ecológica sobre el
planeta".
El feminismo, como explica San José, denuncia que este
modelo “dinamita la economía, porque impide que cada persona aporte
según sus potencialidades y las desarrolle, usando mil instrumentos de
segregación sexual y social”. La economía feminista, por el contrario,
es la “demostración de la necesidad y del valor del trabajo de cuidados,
y la reivindicación de que se reconozca, se reparta por sexos y se
pague, sobre todo el cuidado de la infancia y de las personas
dependientes”.
La dependencia financiera tampoco tiene espacio en
este modelo, pues es algo contra lo que luchan mediante una economía
solidaria. Como defiende la Red de Economía Alternativa y Solidaria
(REAS), se trata de una idea que tiene en cuenta “las personas, el medio
ambiente y el desarrollo sostenible y sustentable, como referencia
prioritaria, por encima de otros intereses”.
13º Foro Internacional
Tanto
asociaciones como mujeres activistas –de manera independiente- trabajan
cada día por una economía feminista. Las propuestas de feministas de
AWID son el nexo de unión entre todas ellas, que se reunirán en el
próximo mes de septiembre en Bahía, Brasil. Este Foro es la oportunidad
para participantes de “forjar redes, alianzas y fortalecer los
movimientos por los derechos de las mujeres y la justicia de género”.
El
feminismo –y su aplicación en la economía- ha encontrado alianzas con
el sindicalismo, el ecologismo, la economía solidaria y el concepto
indígena del Buen Vivir. Con todo ello, busca y lucha un modelo en el
que el papel de las mujeres deje de tener una condición de
subordinación. Las mujeres tienen diversos incentivos para involucrarse
en actividades económicas con las que “van a satisfacer sus aspiraciones
profesionales, ganar dinero, gozar de una vida confortable y huir del
desgaste de una vida rutinaria”.
La economía feminista, con el
reparto de empleo y los cuidados, haría que más de la mitad de las
mujeres que quieren y no pueden trabajar en España pudieran “trabajar,
aportar y cubrir dignamente sus necesidades”, asegura San José. Pero el
modelo va más allá, y busca que estos cambios sean compatibles con la
justicia económica y la sostenibilidad de la vida. Con la economía
feminista, tampoco alimentaríamos “el monstruo de la economía financiera
que no está al servicio de la economía real o de las necesidades de las
personas”, advierte San José, sino que está para el 8% de la población
que acumula el 82% de la riqueza mundial.
En 2012 ya se llevó a cabo en Estambul el Foro Transformando el Poder Económico para Avanzar los Derechos de las Mujeres y la Justicia.
Con la participación de 2239 activistas de 141 países, es el foro que
más participación ha recibido. En esa ocasión, el foco estaba en la
transformación del poder económico para promover los derechos de las
mujeres y la justicia.
Por este y muchos más motivos es necesaria
esta nueva edición del Foro Internacional y la implantación de una
economía feminista que luche contra las desigualdades, la exclusión y la
pobreza que derivan del modelo neoliberal y del libre mercado. La
sociedad será más justa cuando mujeres y hombres trabajen en igualdad de
condiciones, por un bien común, dentro de un marco que potencie la
sostenibilidad.
Fotos: AmecoPress, tomadas de AWID
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