Este artículo integra una serie de IPS con motivo del Día Mundial de la Población, el 11 de julio.
Hace cuatro años, Farzana Aktar Ruma, actualmente de 18 años, estuvo a
punto de contraer matrimonio contra su voluntad con un hombre a quien
sus padres consideraban que le ofrecería un buen pasar a su hija mayor.
"Poco
después de su pubertad una chica es considerada una carga para la
familia y los padres buscan oportunidades para deshacerse de ella lo
antes posible": Abul Kaiser.
El tema, es la inversión en las adolescentes.”Pensé que era una
bendición cuando un amigo de la familia nos dijo que el futuro novio
tenía su propio negocio y un hogar listo en… Barisal, no muy lejos de
donde vivimos”, relató el padre de Farzana, Mohammad Yusuf Ali, a IPS.
Yusuf es un hombre influyente en Char Nurul Amin, un pueblo de Bhola,
un distrito insular en la costa de Bangladesh, donde la mayoría de la
población vive de la agricultura y la pesca.
Por lo tanto, sin consultar a su hija de 14 años, Yusuf dio su mano en compromiso.
Farzana no quería casarse, pero no sabía a dónde acudir. Entonces una
vecina, Selina Aktar, le ofreció ayuda. “Estaba asombrada por la manera
en que los padres aceptan fácilmente este tipo de propuestas de
matrimonio sin tener en cuenta la edad de sus hijas”, expresó Aktar.
En la víspera de la boda, Aktar organizó una reunión con los padres
de Farzana y les pidió que la cancelaran y dejaran que su hija
continuara la escuela secundaria hasta la graduación.
Aktar trabaja en la organización Servicios Legales de la Comunidad,
que asesora sobre derechos legales, incluidos los derechos de los
adolescentes.
“Tras varias horas de discusiones pudimos convencer a los padres de
Farzana que una chica educada tenía más valor que una considerada una
carga para su familia a una edad temprana”, explicó.
“La sociedad está plagada de mitos y la mayoría de los padres aún
creen en estas creencias medievales que favorecen el matrimonio precoz.
Poco después de su pubertad una chica es considerada una carga para la
familia y los padres buscan oportunidades para deshacerse de ella lo
antes posible a cambio de la llamada ‘protección’ de sus hijas”, afirmó
Abul Kaiser, un asesor jurídico de Coast, una organización que combate la inequidad social.
“La sociedad tiene que empoderarse con información sobre los derechos
de esas adolescentes, y es lo que estamos facilitando. Es previsible
que la mayoría de los padres que no tuvieron la oportunidad de ir a la
escuela se comporten así, pero nuestro propósito es cambiar esa
mentalidad”, explicó el director de Coast, Rezaul Karim Chowdhury.
Radio Meghna, una radio comunitaria que funciona desde febrero de
2015 en el sur de Bhola Char Fassion, transmite programas enfocados a
erradicar esos mitos a través de programas de aprendizaje informal.
“Tenemos un gran público y por lo tanto tenemos la oportunidad de
educar a los adolescentes y también a sus padres con respecto a los
méritos y deméritos del matrimonio precoz”, afirmó Fatema Aktar Champa,
una productora de la emisora.
“Invitamos a expertos… a hablar acerca de la salud reproductiva, los
derechos legales de los adolescentes, la necesidad de la educación y los
valores, las injusticias sociales y muchos temas más”, agregó.
A diferencia de otras emisoras radiales comunitarias, Radio Meghna
está dirigida por un equipo exclusivamente femenino de 20 adolescentes.
“En muchas ocasiones trasmitimos programas solo para generar la
confianza de los padres sobre las decisiones con el fin de prevenir el
matrimonio precoz y permitir la enseñanza”, indicó Khadiza Banu, una de
las productoras.
La educación es clave para el desarrollo y la educación de las niñas y
jóvenes es especialmente importante, ya que se enfrentan a las normas
culturales patriarcales.
En el distrito de Cox’s Bazar, Coast adoptó una estrategia diferente
para empoderar a las adolescentes con el fin de que reclamen sus
derechos.
Las adolescentes de muchas regiones de Bangladesh reciben la ayuda de
un programa llamado Shonglap – diálogo que busca generar capacidades y
desarrollar aptitudes laborales para los grupos marginados de la
sociedad.
Priyanka Rani Das, que abandonó la escuela en 2012 debido a su
pobreza extrema, se incorporó al Shonglap en el sur de Delpara,
Khurushkul.
Integrante de un grupo de 35 adolescentes, Das, que perdió a su padre
en 2009, desempeña un papel de liderazgo entre las jóvenes que se
reúnen seis días a la semana en la sesión Shonglap en un suburbio de
Delpara.
“Tuve que dejar la escuela porque tenía que trabajar como empleada
doméstica y mantener a mi familia de seis personas”, contó a IPS.
Una vecina, Jahanara Begum, que asistía a clases informales de una
sesión Shonglap cercana, convenció a Das de que la conclusión de su
educación le ayudaría a tener un mejor pasar a largo plazo.
“Me di cuenta de que las niñas están atrasadas y desatendidas en la
sociedad dominada por el hombre debido a nuestra falta de conocimiento.
Así que dejé el trabajo y me sumé a Shonglap, donde me demostraron que
el poder del conocimiento es la clave del éxito”, señaló Das.
Ella es una de las aproximadamente 3.000 adolescentes de Cox´s Bazar
que regresaron a la escuela después de haber tomado clases de formación
básica y cursos como costura, reparación de productos electrónicos, cría
de animales domésticos, cerámica, trabajos en madera y otras
actividades generadoras de ingresos.
“A aquellas que se gradúan también se las apoya con préstamos sin
interés para iniciar una empresa – y hasta ahora más de 1.600 de esas
chicas generan ingresos para apoyar a sus familias”, observó Jahangir
Alam, director del programa Shonglap.
“Shonglap es básicamente una plataforma para que las adolescentes
menos favorecidas se unan y reúnan fuerza a través de diálogos comunes.
Tal química durante 12 meses les da la fuerza moral para recuperar las
esperanzas perdidas”, sostuvo Ruksana Aktar, líder de grupo en Delpara.
Mosammet Deena Islam, de 17 años, proviene de una familia de
zapateros y nunca asistió a la escuela debido a que la pobreza se lo
impidió, aunque la educación es gratuita en Bangladesh.
La joven se sumó al Shonglap en Delpara y después de unos meses en el
grupo se inscribió en una escuela estatal donde asiste en la
actualidad.
Rashed K Chowdhury, director ejecutivo de la Campaña por la Educación Popular
(Campe), dijo a IPS que “la exclusión educativa de las niñas es un
problema importante, especialmente en el contexto sociocultural de
Bangladesh. Las niñas aún contraen matrimonio a una edad precoz, a pesar
de las leyes estrictas contra tales actos punibles”.
El programa Shonglap, que abarca a 33 distritos de Bangladesh en una
red de más de 4.600 de estos grupos, procura darles voz a estas jóvenes
para que puedan defender sus propios derechos.
El programa es aplicado por Coast y otras organizaciones con financiación de la Fundación Stromme, de Noruega.
Traducido por Álvaro Queiruga
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