Jazz
Antonio Malacara
Entre los discos que están a punto de aparecer en las tierras del jazz mexicano figura Los fuegos de San Telmo,
la quinta entrega discográfica del Quinto Elemento, quinteto de la
Ciudad de México que en esta ocasión ha invitado a otros cinco músicos
al estudio de grabación, para aparecer así como una muy atractiva small band.
Los navegantes de la actualidad saben bien que los fuegos de San
Telmo son entes protectores y de buen augurio. Y si el navío y la banda
entera llevan ya buen rato navegando en la gramática del jazz, la
luminosidad de estos fuegos les ha dejado en claro que lo de menos es
llegar a un buen puerto, que lo realmente importante, lo verdaderamente
sustancial, es navegar en uno mismo.
En sus quehaceres musicales, El Quinto Elemento nunca ha pretendido
descubrir el hilo negro o el agua tibia; no le interesa ni la fisión
nuclear ni la fusión eterna. Para ser, para estar, el grupo aborda con
pasmosa naturalidad los escenarios y en un instante ya está destilando
jazz en un discurso elegante y sin cortapisas, sólo comprometido con ese
andar refinado, ágil, primigenio; con una técnica instrumental tan bien
depurada, que hace que todo aparezca en la fácil y engañosa envoltura
de la inmediatez musical.
Todos en el quinteto saben lo que traen en el pulso y en el aliento,
en el concepto. Desde la batuta técnica y emocional de Luis Felipe hasta
los diálogos intimistas, en primera persona, que se desatan entre la
luz punzante de Gabriel y los fraseos reptantes de José Ángel, o bien
entre la evidente madurez de Juan Cristóbal y el toque siempre mágico de
Mario. Y todos en el quinteto, también, saben a quién invitar a la
fiesta.
Ahora que en el fluir continuo de Los fuegos de San Telmo
encontraremos temas de excepción, singularidades de privilegio que dan
fe y fortaleza a la espiral creativa de la banda. Uno de ellos, Unpredictable Changes, se deja ir en nuevos riesgos armónicos y otras intensidades; el breve apunte de Avanzando la espera emerge más de la cercanía de Pérez-Grobet a la academia contemporánea; mientras Sube y baja remite de golpe a la multiculturalidad y a los colores de nuestro ser mestizo.
Tal vez por el título, tal vez por la guitarra que introduce al tema, pero Camino a casa traslada de golpe a finales de los años 60, cuando Alvin Lee y el grupo Ten Years After sorprendía a todo Woodstock con I’m Going Home. Me queda claro que el uno nada tiene que ver con el otro, pero bueno, cada quien con sus subjetividades.
Regresando a la Tierra, sólo apuntaremos que la gran fuerza de Quinto
Elemento reside precisamente en la sutileza con que cada uno de sus
integrantes hilvana los días y los conceptos. Y también, por supuesto,
en que éste es uno de los raros casos en que un grupo de jazz se ha
mantenido unido física y emocionalmente a través de los años. Y eso se
nota desde el primer acorde.
Este jueves 14 de julio los jazzófilos franceses podrán rematar sus
festejos patrios (y olvidarse de la Eurocopa) yendo al Zinco Jazz Club,
donde se presentará el Atlas del Jazz en México (la cita es a
las 20:30 horas). En esta ocasión los comentarios correrán a cargo de
dos personajes centrales en la síncopa de la Ciudad de México: Alain
Derbez, productor y conductor del programa Datos para una historia aún no escrita,
con 23 años al aire en Radio Educación, y Ernesto Zeivy, fundador,
propietario y director artístico del Zinco, uno de los lugares
referenciales de la música que desde hace tanto nos ocupa. Está en
Motolinía número 20, allá en el Centro Histórico.
Dos días después, el sábado 16, el sacro contubernio entre el jazz y
el rock progresivo se desplegará de nueva cuenta en la tercera edición
del FestProgJazz, con su habitual oferta de grupos locales en una sola
jornada. En esta ocasión, Mauricio Hernánez, fundador y director
artístico del festival, ha programado a Mx Fusión y La Orquesta Vulgar
(jazz fusión), el grupo de Remi Álvarez (free jazz), Parazit (rock
progresivo) y Ánima Tempo (metal progresivo). La cita es a las 12 del
día en el Foro Fausto Vega, localizado en Alfonso del Toro esquina
Fausto Vega, colonia Escuadrón 201. Buen provecho.
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