2/09/2017

Los periodistas pal café. . . .



El pasado jueves 26 de enero, Televisa transmitió desde su canal estelar, el dos, un programa especial denominado México en la encrucijada. Comenzó justo al terminar el noticiero que conduce Denise Maerker y duró una hora con 45 minutos (https://goo.gl/kbjrGw). Aparte de la conductora, participaron los periodistas de casa, Joaquín López-Dóriga y Carlos Loret de Mola, y los comentaristas Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín, Jorge Castañeda y Rubén Aguilar. En términos generales, se buscaba vislumbrar alguna fórmula que permitiera al país, y a su actual gobierno, enfrentar al huracán de nombre Donald, que ese mismo día había empujado a Enrique Peña Nieto a dar por cancelada una cita en Washington.
Una parte del programa, en el que por vía telefónica participaron líderes empresariales, partidistas y religiosos, e incluso Felipe Calderón y Vicente Fox, se dedicó a explorar las posibilidades de acciones que fortalecieran a México en su tormentosa relación con el nuevo gobierno estadunidense. Se habló de fomentar el espíritu de unidad nacional. Uno de los comentaristas convocó a radicalizarse. También se especuló acerca del tipo de personajes u organizaciones que podrían lanzar una convocatoria viable a movilizaciones o actos de apoyo a México, pues el desprestigio de partidos y políticos les inhabilitaba. Alguien habló de que ese llamamiento podría hacerse desde los ámbitos religioso o militar, o de organizaciones de la sociedad civil.
En ese tenor, se ha convocado a dos movilizaciones simultáneas este domingo venidero, esencialmente para mostrar rechazo a las políticas de Donald Trump hacia México, aunque con diferencias entre ellas en cuanto al tratamiento hacia EPN. La primera se ha denominado #VibraMéxico y su amplio abanico de organizaciones convocantes incluye universidades, entre ellas la Nacional Autónoma de México, cuyo rector se sumaría físicamente a la marcha, que partirá a las 12 horas del Auditorio Nacional al Ángel de la Independencia.
Esta marcha se asume como apartidista, pide vestirse de blanco y endereza su movilización contra Trump, pero sin dejar de plantear exigencias a Peña Nieto. Una de las convocantes más activas es María Elena Morera Mitre, quien preside Causa Común y ha sido acusada de tener una relación política estrecha con personajes como Genaro García Luna, quien fue tortuoso secretario de Seguridad Pública durante el sexenio en que Felipe Calderón ocupó Los Pinos (Morera fue también organizadora en 2004 de la marcha de blanco, contra la inseguridad pública, a la que sus opositores calificaron de ser una movilización de pirrurris).
La otra marcha dominical, denominada Mexicanos Unidos, comenzará también a las 12 horas, pero irá del Ángel de la Independencia al Hemiciclo a Juárez, con la intención expresa de convertirse en una continuidad de la primera, la de #VibraMéxico. Sus principales convocantes son Isabel Miranda de Wallace, presidenta de Alto al Secuestro, quien fue candidata por el Partido Acción Nacional al gobierno de la Ciudad de México, y Laura Herrejón, quien ocupa la secretaría del comité nacional del PRI para vinculación con la sociedad civil.
Miranda dijo a Ciro Gómez Leyva, en Radio Fórmula: Es una marcha de apoyo a México y que nuestro país esté fortalecido y que el presidente sepa que tiene a todo México detrás de él, dispuesto a luchar por nuestro país (...) No es el momento de tratar temas domésticos hacia el interior de nuestro país (...) ahorita es momento de unidad. Ya después volveremos a exigir lo que no hacen los gobiernos local o el propio gobierno federal o el Presidente o el senado. Herrejón, la directiva priísta, opina de forma parecida: Si hay algo que reclamar al Presidente (Peña), no es el momento, no es el motivo, sino el crear un frente común contra Trump, pero no en el reclamo al Presidente (Peña Nieto), porque no es el momento, me parece que (para eso) tenemos todos los días.
En un país en constante ebullición, con múltiples marchas y protestas por todos lados, las movilizaciones del próximo domingo parecieran pretenderse únicas, predestinadas a ser históricas (y a merecer en muchos medios de comunicación el apoyo regateado a las otras), con relevancia inusual por cuanto muchos de los convocantes suelen criticar y satanizar las protestas ajenas. Aunque los participantes bien podrían rebasar los límites de los organizadores, estos no buscan rechazar el conjunto de hechos y decisiones políticas, empresariales y culturales que han llevado a México a un estado de práctica indefensión ante el villano transfronterizo: no se pretende denunciar la corrupción (en casos como la Casa Blanca u OHL), la continua violación de los derechos humanos (por ejemplo, los sucesos de Iguala-Ayotzinapa), el gasolinazo, las reformas estratégicas fallidas o el entreguismo de la administración federal. Sólo se busca encauzar el enojo nacional hacia casilleros institucionalizados: el repudio al ogro Trump y el cierre interno de filas, dejando para después lo relacionado con la clase política nacional, corrupta y depredadora.
Son necesarias, desde luego, la unidad nacional y la manifestación masiva de rechazo al proyecto avasallador de Trump. Pero no es Trump, o no solamente él, la causa de la actual desgracia nacional, sino la acumulación de prácticas políticas y económicas nocivas para el interés del país, particularmente en los cuatro años recientes. Concentrar la atención en los factores externos resulta, así, una coartada para no enfocar los internos, y un salvavidas provisional para el ocupante de Los Pinos que, antes de estas turbulencias mediáticas y políticas a modo, estaba en bajísimos niveles de popularidad, hundido en sus propios errores. Vale marchar, y hay que hacerlo conforme a la propia conciencia, pero con contexto, con ruta y con claridad. De otra manera, todo quedará en una redituable telenovela política más.
Y, mientras el ex presidente de la petrolera Exxon Mobil anuncia su próxima visita a México, como secretario de Estado de EU, ¡hasta mañana!
Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero, Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx




La mayor de los hijos del ex presidente Vicente Fox Quesada y Lilián de la Concha, Ana Cristina, concluyó en julio de 2015 un master en administración de empresas en la Universidad Pontificia Comillas, de Madrid; desde entonces se desempeñaba como representante del Centro Fox. Según la ubicación en su cuenta de Twitter (@AnaCF), aún radica en Madrid, y tiene la fortuna de salir a correr en el Parque del Retiro, con vistas al Palacio de Cristal. La lujosa vida de Ana Cristina se está complicando. Según la Policía Nacional de España, una exhaustiva investigación de la cual dan cuenta diversos medios españoles, entre ellos Las Provincias de Valencia, hay indicios que la asocian con supuestos pagos ilegales de Jordi Pujol Ferrusola, primogénito del ex presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol Soley. En principio, la indagatoria de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional se centraba en conocer ‘‘las operativas de blanqueo de capitales’’ de Pujol en España, pero está derivando en una ‘‘desviación de fondos para actividades políticas en México’’. La policía detalló que entre 2009 y 2011, la empresa Iniciatives Marketing i Inversions, de Jordi Pujol hijo, ha venido realizando pagos a Ana Cristina Fox y a una tercera persona, Rodrigo Taracenas, por un monto de 45 mil 717 euros (2 mil 384 euros en 2009, 38 mil 730 euros en 2010 y 14 mil 603 euros en 2011). El concepto de esos pagos supuestamente es el alquiler de un inmueble en México. La UDEF dice que todo podría ser efectivamente una ‘‘casualidad’’, pero insiste en que hay muchos ‘‘pormenores que suscitan suspicacias’’, pues tienen la certeza de la existencia de al menos una resolución favorable a los intereses de Jordi Pujol Ferrusola decretada por la administración dirigida por Vicente Fox, consistente en el otorgamiento por la Secretaría de Gobernación de México, (entonces con Santiago Creel como titular) de 106 licencias de apuestas a Promociones e Inversiones de Guerrero (también vinculada al hijo del ex presidente de la Generalitat), que explota casinos. La investigación está en marcha.
Paleros
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La marcha blanca del domingo próximo parecía sospechosa desde que la anunció Claudio X González. ¿Un aliado del gobierno contra el magisterio promovía un movimiento contra el gobierno? Ja. En la conferencia de prensa que ofrecieron ayer los promotores de la marcha surgieron las grietas que hay entre ellos. Si había alguna duda quedó claro el papel de palera que juega Isabel Miranda de Wallace: quiere que la marcha sea en apoyo de Peña Nieto. Vamos a ver qué sucede el próximo domingo.

No tienen quien los defienda
No son pocas las reclamaciones de los trabajadores al ver el rendimiento de sus ahorros para el retiro al cierre de enero de este año. Las cifras publicadas son apantallantes, pero cuando se individualizan resultan una decepción. Hace falta un ombudsman que vigile tanto el desempeño de las administradoras de fondos para el retiro (Afore) como el de la Consar, y defienda los intereses de los ahorradores. El saldo en el Sistema de Ahorro para el Retiro reportó una cifra récord de 2 billones 809 mil 721 millones de pesos, monto que implicó un incremento de 9.26 por ciento respecto del mismo mes del año pasado.
De acuerdo con las cifras dadas a conocer por la Comisión Nacional de Ahorro para el Retiro, dicho porcentaje representa un crecimiento de 238 mil 318 millones de pesos, comparado con el saldo reportado en enero de 2016.
Sin embargo, el rendimiento real histórico que otorgaron las Afores a sus clientes se ubicó en el nivel más bajo de los pasados seis años y además hiló seis meses a la baja, de ahí el estupor y las reclamaciones de los trabajadores.



Pues nada, que el socio y amigo de México (EPN-Videgaray dixit) no quita el dedo del renglón y, paso tras paso, avanza en su plan de construir el muro fronterizo a costillas de los mexicanos (los de aquí y los de allá). Generoso que es, ofrece dos opciones: el gobierno peñanietista directamente aporta el dinero para tal fin o lo hacen los paisanos por medio de un impuesto a las remesas.
En febrero del año pasado Donald Trump, en un simple cálculo, estimó que la citada construcción tendría un costo cercano a 8 mil millones de dólares, que su longitud sería de mil 600 kilómetros (que se sumarían a los ya existentes desde los tiempos de Bill Clinton) y que tendría una altura de entre 10 y 12 metros, lo mínimo para que sea un muro de verdad.
A estas alturas dicho cálculo se ha elevado a entre 10 mil y 15 mil millones de dólares, pero las opciones de financiamiento no han variado, y Trump amenaza por las dos vías, aunque ha matizado –por decirlo así– su necesidad: en tiempos de su campaña electoral afirmó que hasta que México no ponga el dinero, Estados Unidos debería implantar algunas medidas como quedarse con las remesas derivadas de los salarios ilegales; hacer más costosas las visas temporales destinadas a directores generales y diplomáticos mexicanos, sin renunciar incluso a cancelarlas; aumentar el precio de las tarjetas de cruce fronterizo; subir el costo de las visas y aumentar las tarifas de ingreso de los puertos de entrada a Estados Unidos desde México.
Ya instalado en la Casa Blanca el energúmeno aseguró que su gobierno adelantará el dinero del muro fronterizo con México para construirlo más rápidamente, aunque tarde que temprano la factura la pasará a México, que la pagará de una manera u otra. Así, la construcción empezará ya y su vecino del sur pagará, sea por medio de un impuesto o de un pago, aunque esto último es menos probable. De cualquier suerte, México nos compensará por los gastos, y eso sí sucederá. Y entre lo más reciente. Trump dijo: yo no bromeo; ahora mismo ya estamos diseñando el muro.
Pues bien, ahora el energúmeno va por las remesas de los mexicanos, que se han convertido en uno de los pilares más sólidos para el sostén de la economía nacional. De tiempo atrás Trump amenazó con bloquear tales envíos, en el entendido –el suyo– de que ningún extranjero puede transferir dinero fuera de Estados Unidos a menos que certifique su estancia legal en el país. La alternativa, dice, es que el gobierno de México pague el muro y, entonces, la normativa no entraría en vigor.
Y el susodicho comienza a mover sus piezas para cerrar la pinza. La Jornada lo resumió así: un legislador republicano anunció su intención de presentar un proyecto de ley que tase un impuesto de 2 por ciento a las remesas destinadas a México para financiar parcialmente el muro. Mike Rogers, congresista por Alabama, dijo que aspira a recaudar mil millones de dólares al año con su propuesta, ya que las remesas procedentes desde Estados Unidos hacia México ascienden a 30 mil millones al año.
Las cuentas no salen, pues con un impuesto de 2 por ciento a las remesas la aportación obligatoria de los mexicanos que viven y laboran en el vecino del norte, el gobierno de Trump captaría alrededor de 520 millones de dólares al año (en 2016 tales envíos sumaron 26 mil millones de billetes verdes), de tal suerte que para financiar el muro mediante ese mecanismo se requerirían entre diez y 15 años para reunir la cantidad necesaria, de acuerdo con los cálculos citados.



EU: groserías y firmeza necesaria
Ayer el gobierno de Estados Unidos volvió a cometer una majadería a su contraparte mexicana: cuando el canciller Luis Videgaray se aprestaba a reunirse con los secretarios de Estado y de Seguridad Nacional de ese país, Rex Tillerson y John Kelly, el presidente Donald Trump afirmó, en un discurso ante jefes de policía, que el muro en la frontera común se está diseñando ahora mismo y, por si quedaran dudas, precisó que no se trataba de ninguna broma. Con ese anuncio unilateral, el nuevo huésped de la Casa Blanca redujo la sustancia de los encuentros entre el secretario de Relaciones de México y los funcionarios estadunidenses, que habrían versado precisamente sobre infraestructura fronteriza, migración y seguridad.

Llaman a hacer justicia ante asesinatos de ambientalistas
Los recientes asesinatos de Juan Ontiveros e Isidro Baldenegro, del pueblo rarámuri, se suman a la indignante lista de más de 100 ambientalistas e indígenas muertos en defensa de la ecología en Latinoamérica.

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La atmósfera de sospecha e inseguridad creada por el desprecio por la verdad crea el ambiente perfecto para las medidas recientes del presidente Donald Trump contra la inmigración. El futuro de la universidad en Estados Unidos y, en realidad, su razón de ser fundamental, están en peligro con el gobierno que construye muros en la frontera mexicana y cierra la entrada a los inmigrantes musulmanes Foto Ap
La Constitución Política de México acaba de cumplir 100 años. Desde su origen en 1917 los derechos y las aspiraciones de los mexicanos para obtener una mayor libertad, una mejor democracia y una verdadera y transparente justicia han sido una lucha constante para evitar retrocesos que impidan alcanzar las metas que surgieron a partir del conflicto armado que representó la Revolución Mexicana, la cual fue y ha sido reconocida como la primera en el siglo XX y una de las más importantes del mundo por sus alcances políticos, económicos y sociales.
He visto hace poco en Managua la película musical La la land, a la cabeza de las nominaciones para los premios Oscar, y hay una escena donde se menciona de pasada a Nicaragua. Mia, la clásica empleadita de cafetería ansiosa de llegar al estrellato en Hollywood, interpretada por Emma Stone, oye comentar a una pareja de amigos acerca de un viaje de vacaciones a Nicaragua del cual habían desistido al fin.
Donde menos se lo espera uno salta la liebre. Así me ha ocurrido con los acontecimientos políticos más recientes en Estados Unidos. Jamás me hubiera imaginado escuchar a un alto funcionario de la Casa Blanca decir públicamente que la prensa debe callarse y que los medios son una oposición con la que hay que acabar. Ha sido una sorpresa muy desagradable leer declaraciones también de altos funcionarios estadunidenses, que son en realidad advertencias, como la que espetó la nueva embajadora ante Naciones Unidas, Nikki Haley, de que iban a llevar la cuenta de los votos en contra de sus posiciones en ese organismo, porque iban a pagar bien cara la insubordinación.
La Iglesia católica no se renueva e insiste en sus viejas necedades contra el aborto. Ante la nueva constitución de la aberración política llamada Ciudad de México en lugar del sensato Distrito Federal de antes, el semanario Desde la fe señaló que se trata de una constitución asesina y que su versión final fue secuestrada por “las izquierdas intolerantes, asesinas y absurdas…” Es asesina, porque legaliza en la práctica el aborto, es decir –según la Iglesia–, el homicidio de un no nacido que para ella es un ser vivo, humano, porque de otros seres vivos y sintientes no habla ni a las horas de penitencia o de comidas.
Ahora que el double speak, la realidad alternativa, las falsas verdades, las noticias falsificadas y los hechos debatibles se han adueñado de la interlocución política en Estados Unidos, en las tres inverosímiles semanas que Donald Trump ha ejercido el poder, 1984, de George Orwell, puede leerse como una crónica de actualidad. En una reseña fuera de temporada de un libro aparecido casi 70 años atrás, se explica su actual relevancia por la similitud entre su personaje central, Winston Smith, quien debe aceptar que dos y dos son cinco, porque así lo dice el Partido, y el estadunidense de hoy, que debe creer que el cociente intelectual del gabinete presidencial es el más alto en la historia –como si hubiese registros comparables– o que la multitud que presenció la toma de posesión fue la más numerosa jamás reunida –como si no hubiese fotografías–, porque así lo afirma el presidente.
Tiene razón Stiglitz: es necesario creerle a Trump. Lo que ha dicho que va a hacer, lo hará. El tratado de libre comercio que funciona entre Canadá, Estados Unidos y México desde hace más de 20 años será renegociado a favor de los estadunidenses o, en caso de que alguno de los otros dos socios no lo aceptara, será repudiado por el gobierno de Trump. Este cambio afectará significativamente a las exportaciones que salen de México. Por esto nuestro país requiere urgentemente reorientar su aparato productivo, hoy esencialmente destinado a la producción de insumos industriales y bienes agropecuarios dirigidos a Estados Unidos. El asunto no es fácil.
José Martí nos enseñó, y Fidel Castro nos reafirmó, que patria es humanidad. Ambos y la práctica revolucionaria nos educaron sobre el peligro que representa para nuestros pueblos el imperialismo de Estados Unidos. También ambos admiraron mucho a México. Me indigna día a día la arrogante y brutal embestida del gobierno del norte contra este país, supuestamente su estrecho aliado. Como me alienta el renacimiento del patriotismo popular juarista y cardenista que, ahora es muy evidente, décadas de neoliberalismo no han podido erradicar.
Hace una semana exactamente, se difundió en estas páginas el hecho de que la delegación mexicana será muy nutrida este año en la Berlinale, siendo nuestro país el primer invitado de la nueva sección In Focus. Para no repetir la información, añadiré sólo que es una lástima que no haya un largometraje en la competencia internacional, lo cual hubiera redondeado la participación. (A diferencia de Cannes, el festival de Berlín se ha mostrado más reacio a incluir películas mexicanas en su concurso). Lo más cerca que se estuvo en esta ocasión fue con el estreno del documental La libertad del diablo, de Everardo González, dentro de la sección Berlinale Special.

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