1. El Financial Times explica: En México hay varios factores que impulsan la ira, a) Corrupción y violencia. México ocupa el lugar seis de América Latina y el 135 de 180 países a escala internacional, según el último Foro Económico Mundial. La corrupción está considerada como el mayor problema para las empresas que hacen negocios en el país. b) Crimen. Este es el segundo problema más urgente. El número de homicidios en los primeros cinco meses de este año fue 42 por ciento más alto que en el mismo periodo de 2015. c) Falta de crecimiento económico. La economía informal y la pobreza van de la mano de la violencia. d) Salarios. La producción de México por hora trabajada en relación con la de Estados Unidos está cerca de su nivel más bajo desde 1950. El sueldo mínimo en México es 10 veces menor que el de los trabajadores estadunidenses.
2. Ante esta situación, obviamente de desastre, estamos a dos días de las elecciones presidenciales en un gobierno, el de Peña Nieto (2012-18) del PRI, que quizá sea calificado como el indiscutiblemente “peor de la historia” -mucho más asesino y corrupto que los dos del PAN de Fox (2000-06) y Calderón (2006-12)- que lo antecedieron. Por ello, tras contabilizar el número de asesinatos, secuestros y desaparecidos, se ha reconocido que México ocupa el sexto lugar en Latinoamérica en corrupción y violencia. ¿Qué puede esperarse de las elecciones del próximo domingo 1 de julio, sino más asesinatos sumados a los cientos de muertos del último mes? Al parecer el presidente Peña Nieto hace mucho que debió renunciar por incapacidad y corrupción, pero se mantiene en el poder como si nada importante sucediera. ¿Y el pueblo?
3. Sin embargo, además de la gravedad de la inseguridad y los crímenes, el país ha venido sufriendo de manera aguda –desde la instalación del neoliberalismo en 1982- la falta de crecimiento económico. México creció de cuatro a seis por ciento antes de 1982, pero al comenzar ese año, el crecimiento ha sido de 1.5 a dos por ciento en promedio llevando a la nación a las peores condiciones de miseria y desesperación. A partir de los gobiernos de De la Madrid/Salinas, que impusieron una política totalmente privatizadora y de relaciones subordinadas totalmente a los EEUU, ha sucedido lo peor a México: miserable crecimiento económico, desconfianza, falta de inversiones, desempleo, crecimiento de la delincuencia, gigantesca migración a EEUU y Canadá, represión en las calles, encarcelamientos, asesinatos.
4. Si no hay nada sorpresivo, las elecciones presidenciales del domingo serán ganadas, sin duda alguna, abrumadoramente, por López Obrador y desde ese momento comenzará la oposición empresarial, la derecha del PRI/PAN/PRD a presionar con enorme fuerza. Si toma posesión del gobierno el 1 de diciembre, ya será un avance, aunque muy poco sabríamos de los arreglos necesarios. Pues nos van a “encabronar” los arreglos, pero tendremos que entender que no hay de otra porque ésta no es una revolución armada que permita expropiar las grandes riquezas de la minoría y entregárselas al pueblo. Con todo el dolor veremos que los privilegios de los grandes explotadores no serán tocados. Pero, obviamente, depende del comportamiento de los de abajo, los explotados. ¿Cambiará la actitud de los explotados y miserables ante el nuevo gobierno?
5. Pienso que los enajenados al futbol, a la religión y al individualismo, les importa un carajo la elección, aunque acudan a las urnas a depositar su voto; tendrían un poco de razón porque ya están hasta la madre de que cada seis o tres años siempre sean los engañados. Hoy, por primera vez en mi vida, poseo algunas esperanzas, sobre todo de conocer el comportamiento de la gran burguesía, así como la respuesta de la clase pobre y miserable frente a algunos cambios importantes que se están empujando. ¿Sacarán todo su dinero del país los multimillonarios? ¿Permitirá AMLO –en este larguísimo periodo de cinco meses que no toma posesión, y los bancos que lo hagan? ¿Será que precisamente por ello AMLO tiene que tratar a los grandes ricos como los niños mimados? Confiamos muchos en AMLO, pero no tanto. (29/VI/18)
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