7/14/2018

Primer balance poselectoral



Miguel Concha


Hoy México celebra que la participación y organización ciudadana en las pasadas elecciones fueron inéditas y multitudinarias. Más aún, que la voluntad expresada por el pueblo en la jornada del 1º de julio fue respetada, aunque todavía con algunos problemas que deben atenderse para que la labor de las instituciones electorales en el país sea más efectiva.


Una prueba de la copiosa organización social para incidir en esta coyuntura fue sin duda la Red Universitaria y Ciudadana por la Democracia (RUCD). Al término de sus labores de observación electoral en campo, desde la RUCD también se ha comenzado a plantear cuál será su papel en la construcción de una democracia real en México, más allá de la coyuntura del proceso electoral 2018.

Tras la jornada electoral, y en el marco de la pendiente calificación de la elección presidencial por parte del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, las y los integrantes de la Red analizan posibles caminos para continuar exigiendo el respeto a la voluntad popular, promoviendo la participación activa de la ciudadanía en los procesos de democratización real y efectiva, y coadyuvando desde espacios sociales y académicos en un cambio de régimen político.

Recordemos que la RUCD se fundó en el marco de una reunión en la que integrantes de la academia universitaria, tanto nacional como internacional, y representantes de organizaciones de la sociedad civil –entre las que se encontraba el Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria ACOP– fueron convocados por el programa de la Universidad Nacional Autónoma de México Diálogos por la Democracia. Proceso del cual me ocupé el 7 de abril de este año en esta columna.

Este primer encuentro giró en torno a las preocupaciones respecto del proceso electoral que habían sido expuestas y analizadas por varias de las personas presentes en la Conferencia Internacional: Democracia y autoritarismo en México y el mundo, de cara a las elecciones de 2018.

Un mes después de este primer encuentro, en marzo, y mediante una primera conferencia de prensa, se presentaron las acciones estratégicas de observación y denuncia que se tomarían en relación con el proceso electoral.

Fue así como por medio de un pronunciamiento conjunto que evocaba a las cerca de 200 personas y ocho organizaciones firmantes para la fundación de la RUCD, se dieron a conocer las tres principales líneas de acción de cara a las elecciones: movilizar una vasta red de observadores y observadoras nacionales e internacionales desde la etapa de veda hasta las fechas de los conteos distritales (28 de junio-5 de julio); denunciar de manera sistemática ante las autoridades electorales y en medios de comunicación las irregularidades y delitos electorales cometidos durante el proceso, y promover de forma activa la participación ciudadana a lo largo del proceso.

Algunos integrantes de la Red comenzaron a realizar en los meses siguientes estrategias de actuación en torno a la observación electoral en un sentido amplio, de manera que, con la finalidad de formar alianzas estratégicas de apoyo mutuo y denuncia conjunta, fue necesario acercarse a otras iniciativas ciudadanas.

Entre los proyectos con los que la RUCD ha colaborado de forma cercana se cuentan la Red Rompe el Miedo; Observación que sí Cuente, promovida por la Universidad Iberoamericana, y Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.

A lo largo de los dos meses siguientes se mantuvieron igualmente reuniones en las instalaciones del Centro Universitario Cultural, en las que varios de los participantes en la Red han estado presentes para ahondar en los análisis en relación con la importancia de velar por el respeto a la voluntad popular, y por la integridad y legitimidad del proceso electoral.

En este sentido, y tomando en cuenta los tres ejes de acción mencionados, la Red centró sus esfuerzos en convocar ampliamente a la ciudadanía nacional e internacional a participar en las acciones de observación electoral con el propósito de que estuvieran presentes el 1º de julio en distintos lugares de la República Mexicana, y antes de la jornada para prepararse y poder fungir como un actor importante, que si bien no puede intervenir en forma directa, sí puede con su sola presencia inhibir las acciones fraudulentas e ilícitas.

Situación que experimentó la RUCD en su ejercicio de observación in situ. Con enlaces en 24 estados de la nación y despliegue de brigadas en cuatro entidades: Morelos, Puebla, estado de México y Ciudad de México y misiones especiales en tres más: Chiapas, Tlaxcala y Veracruz. Así, con el apoyo de alrededor de un centenar de visitantes internacionales, la RUCD ha podido constatar la histórica participación ciudadana en la jornada del 1º de julio pasado, y cómo, a pesar de las distintas prácticas ilícitas y presuntos delitos electorales que documentó y que deben corregirse, es posible afirmar que la voluntad manifestada por una vasta mayoría del pueblo mexicano por medio del voto fue respetada.

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