1. Conozco muy bien la vida interna de la universidades: laboré como profesor 12 años en CCH-UNAM, 12 años en la UPN, dos años como investigador en el CIR sociales y 17 años en la Facultad de Arquitectura en la Universidad de Yucatán, además de ser luchador sindical en las tres instituciones. Así que creo conocer lo que dicen en discurso las universidades y lo que internamente hacen. Como los obreros de la industria, hay mucho trabajo frente a estudiantes, pero existe un grueso sector privilegiado con altísimos ingresos –incluso superiores al salario tope de los 108 mil pesos.
2. Los profesores frente a grupo son los que no pueden dejar de cumplir y son como los obreros, los que menor salario tienen; pero a partir de los rectores y sus amigos, así como la jerarquía de “investigadores”, los salarios se disparan; incluso la gran mayoría de esos privilegiados ha aprovechado sus elevadísimos salarios para jubilarse o pensionarse con ellos. Por ello el gobierno de López Obrador tiene la obligación de investigar en cada universidad los altos ingresos de los activos y jubilados para aplicarles sin pena la reducción salarial.
3. Leo hoy que en muchas universidades los rectores, agrupados en la ANUIES, han protestado porque no les aumentaron el presupuesto como cada año. López Obrador ha argumentado que se abrirán decenas de otras universidades públicas y se otorgarán decenas o cientos de miles de becas a estudiantes universitarios pobres; decir existe una rebaja leve en las universidades y se busca dar un giro democrático a la educación para que no hayan “rechazados”. Estos deben explicarlo Morena con mucho detalle para evitar que crezca la campaña en contra.
4. En 1993 la UADY me publicó un libro: “Educación Pública: México y Yucatán” (producto de un “año sabático”) y en 1994 publiqué “La Universidad de Yucatán (Interpretación histórica) En ambos trabajos hice una revisión histórica de la educación y las luchas sociales por lograr su trasformación. La realidad es que nunca confundí la educación escolarizada, que otorga títulos para obtener trabajo, salarios y ascensos, con la verdadera educación y la cultura que se obtiene por conciencia de servir y amor a la sabiduría.
5. Los centros de educación superior, así como todo el sistema educativo tienen que sufrir transformaciones importantes, pero siempre serán muy pequeñas e insuficientes, porque todo el sistema educativo pertenece a un sistema social absolutamente injusto y desigual. Sólo se transformará en serio la educación al mismo ritmo de los cambios sociales. Así que mientras luchamos por una revolución radical en las universidades tenemos que hacerlo en toda la sociedad; lo demás es acomodarse a los privilegios particulares.
6. El presidente López Obrador no puede dar pasos atrás en nada porque así lo mandata el pueblo, de lo contrario sería un traidor. No hay ninguna institución en México que no esté organizada e ideologizada por el capitalismo y por lo menos un siglo de gobiernos jerarquizados de la burguesía. AMLO debe multiplicar la vigilancia, pero sobre todo movilizar en las calles a la población. Ante la miseria y el hambre del pueblo no hay tiempo para esperar. AMLO tiene que aprovechar su primer año, antes que se enfríe el apoyo. (18/XII/18)
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