La Jornada
Al reunirse con la Junta de
Coordinación Política de la Cámara de Diputados, representantes de la
Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación
Superior (Anuies) reconocieron el compromiso del presidente Andrés
Manuel López Obrador para garantizar el financiamiento de sus casas de
estudio, al tiempo que manifestaron su coincidencia con la política de
austeridad impulsada por el titular del Ejecutivo como propósito
principal de su gestión.
Con tales declaraciones pareció resolverse el desencuentro entre el
gobierno federal y los directivos de las instituciones públicas de
educación superior, el cual se desató el domingo pasado tras la
presentación del proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación
(PEF), que contemplaba un recorte en el gasto de varias de estas
instituciones. Cabe recordar que un primer paso hacia la distensión fue
dado el martes, cuando López Obrador reconoció haberse comprometido,
durante la campaña electoral, a no disminuir el financiamiento a las
instituciones de educación superior, y ofreció corregir la propuesta
presentada por la Secretaría de Hacienda.
Por su parte, el viraje de los directivos de las instituciones con
respecto a la postura sostenida en días previos tuvo una coronación
simbólica con el anuncio de Enrique Graue Wiechers, rector de la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en el sentido de que la
máxima casa de estudios prepara ya un plan de austeridad, además de que
él mismo devolverá a la Tesorería una parte de su salario.
Por su parte, el titular de la Anuies, Jaime Valls, presentó una
serie de compromisos, entre los que destacan la búsqueda de eficiencia
del parque vehicular y uso de automóviles oficiales –tema que fue motivo
de controversia en días recientes–, en la asignación y el uso de
teléfonos móviles, los viáticos y gastos de representación, así como una
gestión eficiente y eficaz.
Debe saludarse el que ambas partes hayan cedido en sus posiciones con
el propósito de encauzar hacia una resolución armónica y consensuada lo
que amenazaba con volverse una confrontación de largo aliento, máxime
si se considera que la correcta operación de las instituciones públicas
de educación superior constituye un tema de interés prioritario para el
conjunto de la sociedad mexicana.
Sólo queda hacer votos porque los compromisos sean honrados por ambas
partes. En lo que toca a las instituciones de educación superior, es de
esperarse que la transparencia y la austeridad ofrecidas no se queden
en mero propósito A fin de cuentas, en el caso de las universidades, la
autonomía que las leyes les reconocen no las exime de estar sujetas al
escrutinio público.
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