Relatos como este, publicado en Twitter el 13 de este mes por Ana
Castellani, socióloga y docente en la Universidad de Buenos Aires,
pueblan en estos días las redes sociales de Argentina.
Al mismo tiempo, las instituciones públicas y privadas dedicadas a la
defensa de los derechos de la mujer se ven desbordadas por un caudal
desacostumbrado de requerimientos.
“Esta
denuncia quebró el sentido común instalado que establecía que no había
que hablar de estas situaciones. Ante las agresiones sexuales a mujeres
en la Argentina, la vergüenza no estaba del lado del agresor sino de la
víctima, porque se pensaba que seguramente había hecho algo para
seducirlo”: Eleonor Faur.
La sociedad de este país sudamericano vive una explosión de denuncias
de violencia sexual contra las mujeres y los niños y niñas, luego de un
impactante hecho público ocurrido el 11 de diciembre.
Ese día, en un teatro de Buenos Aires, más de 200 actrices rodearon a
una joven colega, Thelma Fardín, quien denunció que en 2009, cuando
tenía 16 años, fue violada por un conocido galán de telenovelas, Juan
Darthés, casi 30 años mayor, durante una gira por Nicaragua con un
programa infantil de Televisión.
“Gracias a que alguien habló, yo ahora puedo hablar”, dijo Fardín
entre lágrimas, en referencia a que otras dos actrices habían denunciado
semanas antes por acoso sexual al propio Darthés. En los días previos a
esta revelación pública, Fardín había viajado al país centroamericano a
presentar una denuncia penal contra el actor.
“La repercusión pública fue mucho mayor a la que esperábamos. Lo que
contó Thelma animó a salir a miles de mujeres que estaban en silencio”,
dijo a IPS la reconocida actriz Mirta Busnelli, con más 40 años de
carrera en cine, teatro y TV, que forma parte del colectivo que avaló la
denuncia con su presencia.
“Cuando hablás con mujeres, dentro y fuera del ambiente artístico,
casi todas han sufrido alguna vez una situación de acoso o abuso sexual,
que se silenciaba hasta en la conciencia de una misma”, reveló
Busnelli.
La actriz agregó: “Esto no es casual. Sucede porque habitualmente a
quien denuncia se la revictimiza. Se pone en duda la veracidad de su
relato o se pregunta si la propia mujer no habrá provocado la situación
con su forma de vestir o su actitud. Confiamos en que las cosas empiecen
a cambiar”.
La magnitud de la ola que se lanzó sobre la sociedad argentina fue
tal que los dirigentes políticos se sintieron obligados a mostrarse
activos.
Así, pocas horas después de la denuncia de Fardín, el presidente
Mauricio Macri anunció la inclusión en las sesiones extraordinarias del
legislativo Congreso Nacional, habitualmente de receso en diciembre, de
un proyecto de ley que establece la capacitación obligatoria en
perspectiva de género para los funcionarios públicos de todos los
poderes.
Se trata de una iniciativa presentada por una diputada de la
oposición en 2017 luego de la violación y asesinato en la oriental
provincia de Entre Ríos de Micaela García, de 17 años, a manos de un
hombre que ya había sido condenado previamente por violación y estaba en
libertad condicional.
Como Macri, los diputados y senadores actuaron rápidamente, porque en
las primeras sesiones que celebraron, el miércoles 19, sancionaron la
ley con un solo voto en contra, del diputado Alfredo Olmedo, quien pocas
horas antes había viajado a Brasil, para fotografiarse con el
presidente electo de extrema derecha, Jair Bolsonaro.
“He sido el único diputado que ha votado en contra de la ideología de
género. Voy a seguir sosteniendo que Dios creó al hombre y a la mujer”,
se jactó Olmedo en las redes sociales.
Como una muestra del actual clima, la sesión de la Cámara Alta del 19
comenzó con la forzada defensa de un senador de la gobernante alianza
Cambiemos, Juan Carlos Marino, quien luego de la revelación de Thelma
Fardín fue denunciado por una empleada parlamentaria, que aseguró que la
manoseó en un despacho del Congreso y la acosó con mensajes por
Whatsapp.
Los casos que tocaron la política y el espectáculo fueron varios, en
realidad, pero ninguno fue tan conmocionante como el de Luis María
Rodríguez, director de deportes de la ciudad de San Pedro, a 170
kilómetros al noroeste de Buenos Aires.
Rodríguez fue denunciado el domingo 16 por una joven que subió a
Youtube un video en el que contó que él la había violado cuando era su
profesor de baile y ella tenía 13 años. Hora después Rodríguez fue
encontrado ahorcado en casa.
El asesinato en 2015 de una adolescente por su novio provocó en este
país de 44 millones de personas el estallido del movimiento con la
consigna #NiUnaMenos, que obtuvo varios logros desde entonces y
sensibilizó a la sociedad sobre los femicidios, los asesinatos contra
mujeres por su condición.
“En los últimos días nos estallaron los teléfonos”, dijo María Soledad Dawson, una de las coordinadoras del Programa Las Víctimas contra la Violencia, del Ministerio de Justicia, que recibe denuncias de abusos y malos tratos.
“Luego del caso Thelma Fardín, empezó a llamar muchísima gente que no
se animaba o que pensaba que, al cabo de varios años, ya no podía
denunciar un caso”, contó a IPS.
“Habitualmente recibíamos el grueso de llamadas entre las 6:00 de la
tarde y las 9:00 de la noche. Ahora seguimos atendiendo hasta la
madrugada”, agregó.
En la Línea Nacional Contra el Abuso Sexual Infantil se informó que
el día posterior a la denuncia de la actriz se recibieron 214 llamadas
contra 16 del día anterior.
Por su lado, el gubernamental Instituto Nacional de las Mujeres
reveló que en la línea telefónica de atención para las mujeres en
situación de violencia se recibieron 6008 llamados en los cuatro días
previos al caso Fardín y 12.855 en los cuatro posteriores.
La socióloga especialista en temas de género Eleonor Faur consideró
que el impacto se debe a que “fue muy sólida la presentación por parte
del colectivo Actrices Argentinas. Hubo una organización detallada y un
asesoramiento de abogadas y de periodistas feministas”.
“Más allá del caso específico mostraron que la violencia sexual es un
modus operandi absolutamente naturalizado en el mundo del espectáculo”,
planteó a IPS.
Cifras de organizaciones que atienden la violencia machista indican
que en este país de 44 millones de personas, cada año son asesinadas
unas 300 mujeres por su condición. En 2017 la cifra de femicidios,
también llamados feminicidios, fue de 295, lo que indica que el
movimiento #NiUnaMenos no redujo esos crímenes.
El grupo de Actrices Argentinas, integrado por más de 300 artistas,
fue formado en abril, cuando el país se movilizó por el debate
legislativo sobre la despenalización del aborto, que en agosto fue
ajustadamente rechazado por el Senado (por 38 votos a 31), luego de
haber sido aprobado en la Cámara de Diputados.
De hecho, durante la denuncia de Thelma Fardín, las actrices que la
rodeaban tenían anudados a sus muñecas o a sus cuellos el pañuelo verde
que simboliza localmente la militancia a favor de la legalización del
aborto.
“Esta denuncia quebró el sentido común instalado que establecía que no había que hablar de estas situaciones”, agregó Faur.
La socióloga explicó que “ante las agresiones sexuales a mujeres en
la Argentina, la vergüenza no estaba del lado del agresor sino de la
víctima, porque se pensaba que seguramente había hecho algo para
seducirlo”.
“Ahora lo más interesante será ver cómo reaccionan las instituciones
públicas y las diferentes organizaciones sociales, que a partir de este
cambio cultural van a tener que desandar todo un camino recorrido”,
concluyó.
Edición: Estrella Gutiérrez
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