AMLO, bajo ataques concurrentes
Trump: condicionar toda la 4T
Violencia pública y enojos
Entrampamientos judiciales
La presidencia de Andrés
Manuel López Obrador está bajo ataque concurrente desde flancos
nacionales e internacionales. Donald Trump ha encabezado el lance más
impactante y desquiciante de la temporada al convertir en guillotina
política, con pretensiones de larga duración, el amago de imponer
aranceles a productos mexicanos.
Tal posicionamiento pretende obligar a México no sólo a construir un muro
militar en el sur del país o a aceptar la denigrante condición de
tercer país seguro, sino, yendo más allá de lo evidente, a condicionar a
la aprobación trumpista, por el resto del gobierno de López Obrador,
todo proyecto o acción de reformismo más o menos profundo: es la
superposición del poder de los mercados y de los centros de control
económico global al poder electoral que dotó a México de una razonable
expectativa de transformaciones no revolucionarias, pero sí urgentes
para el propio sistema político y económico vigente, que ha hundido al
país en una situación desastrosa.
Con un grotesco y tramposo quiebre de cintura en la cancha de los
aranceles y la migración, el impresentable Donald Trump ha descoyuntado
la defensa y ha retraído el ataque en el obradorismo. Convertido en
jugador fenómeno (ante el bajo nivel competitivo del resto del equipo
morenista), un hombre educado en el sistema político ortodoxo, Marcelo
Ebrard, ha salvado la portería tricolor y ha llevado el juego
México-Estados Unidos a peculiares tiempos extras: dos de 45 días cada
cual, con tiempo apenas entre ambos para revisar resultados y
estrategias y seguir atados a la angustiante caída de hojas de un
calendario implacable.
En esos lapsos, el director técnico de origen tabasqueño, AMLO,
intentará recomponer su defensa sureña a partir de la instalación de
uniformes verde olivo e intentar jugadas de fantasía en la delantera
enfilada hacia planes de desarrollo (y liderazgo) en Centroamérica.
Pero el golpe electoral de Trump ha servido también para potenciar y
destrabar circunstancias adversas al mencionado López Obrador. Cuando
menos pueden detectarse las siguientes piezas aparecidas en el
rompecabezas: un sostenido incremento de la violencia pública, sin visos
de que políticos y servidores públicos atinen a frenarla; resoluciones
judiciales que entrampan proyectos estratégicos del obradorismo y
pretenden mostrarlo vulnerable; y una acometida de opositores a causa de
las trabas, tardanzas o retrocesos que a la vida institucional están
causando las restricciones presupuestales de la autodenominada 4T.
La violencia pública está desatada en todo el país. En fechas
recientes se han producido tragedias que no pueden ser desligadas de la
responsabilidad política de morenistas que gobiernan. En la Ciudad de
México, el asesinato del joven estudiante Norberto Ronquillo. En
Veracruz, el secuestro del periodista Marcos Miranda Cogco. En Tabasco,
la ejecución de la periodista Norma Sarabia, corresponsal en
Huimanguillo del diario Tabasco Hoy. Y, apenas un día atrás, el
activista ambiental José Luis Álvarez Flores, defensor del mono
saraguato y luchador contra la extracción ilegal de arena en una región
en la que colinda el estado tabasqueño con Chiapas.
En el ámbito judicial destacan las resoluciones relacionadas con
Santa Lucía y Texcoco. El colectivo denominado #NoMásDerroches consiguió
que en ambos casos se establecieran condiciones restrictivas para el
gobierno federal que le impedirán avanzar en el nuevo proyecto de
aeropuerto civil en terrenos militares e igualmente frenan la
inhabilitación inundatoria del Nuevo Aeropuerto Internacional de la
Ciudad de México, que así vuelve a ser colocado en los carriles de
cierta viabilidad por los opositores al obradorismo.
A ese cuadro se suman las protestas y la desesperación ante
consecuencias sociales negativas de las restricciones presupuestales
impuestas por el gobierno federal. Ataques y reacciones políticas desde
diversos flancos, tratando de doblegar o condicionar a un Presidente que
ha conservado fuerza y popularidad.
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
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