La cantante y
compositora del tema que trascendió fronteras gracias a las redes, habló con
Télam desde su casa en Ciudad de México, donde pasa la cuarentena con una
pintora, una escritora y una bailarina que son sus mejores amigas y con quien
comparte proyectos artísticos.
Canción
sin miedo se estrenó en México en marzo y trascendió fronteras gracias a la
viralización en redes sociales, convirtiendo “este canto que busca la
justicia y que no haya olvido” para las víctimas de la violencia de género
en “una explosión de encuentro y amor” para su autora, Vivir
Quintana, quien perdió a su mejor amiga en un hecho de feminicidio/femicidio.
Vía WhatsApp, la cantante y compositora de 34 años habló con
Télam desde su casa en Ciudad de México, donde pasa la cuarentena con una
pintora, una escritora y una bailarina que son sus mejores amigas y con quien
comparte proyectos artísticos.
“El trabajo no termina, cambió la forma, seguimos
uniendo lazos” contó, mientras disfruta de sus gatos Astro y Tinta que
están sorprendidos por la inesperada convivencia permanente con su dueña
gracias al aislamiento por la pandemia de coronavirus.
Gran parte de su tiempo lo dedica a responder mensajes y
mails de organizaciones que trabajan contra la violencia de género de
“distintos estados de la república mexicana, de Francia, Canadá, Colombia,
Venezuela, Argentina. La canción me ha conectado con gente maravillosa, ha traído
mucho trabajo feminista”.
Y también de mujeres “que me escriben para contarme su
historia y que gracias a la canción salieron a marchar por primera vez y para
mi eso es un regocijo”.
“Hay muchas luchas que es la misma lucha. La mía era
hacer conciencia, que muchas mujeres salgan a marchar por primera vez. Es para
mí muy satisfactorio”, reflexionó en su entrevista con Télam.
-Télam: ¿Está allí el nombre de tu amiga asesinada en contexto de feminicidio/femicidio?
-Vivir Quintana: No. Y no doy su nombre por respeto a su familia que
quiere dejar el tema. Su muerte hizo que en mi cabeza todo cambiara. Me
di cuenta que no todas las mujeres habíamos crecido en hogares donde
tenemos voz, que necesitábamos levantar la voz y fue un camino que
comenzamos a descubrir mis amigas cercanas y yo, poco a poco y a la par.
-T: ¿Cómo surge Canción sin miedo?
– VQ: La hice el 21 de febrero de 2020. Fue una iniciativa de la
cantautora chilena Mon Laferte, ella y yo tuvimos un acercamiento muy
bonito. Ella es feminista, trabaja para las mujeres, hace mucho para
erradicar la violencia de género. Me propuso hacer la canción para
cantarla con El Palomar, un grupo de músicas que hacen coro. La
estrenamos en el concierto de Mon, en el cierre de su gira Norma, en
México.
T: ¿Cuáles son las repercusiones a partir de la viralización?
– VQ: Ha pasado una explosión de amor y encuentro, de mucha
visibilidad. Es un canto que busca la justicia y que no haya olvido con
el nombre de las miles de víctimas de feminicidio/femicidios. Ese es el
mensaje para todo el mundo. Y nos hemos dado cuenta que está llegando.
-T: ¿Siempre te reconociste feminista?
-VQ; Mi trayecto feminista lo empecé hace algunos años. Y le puse
nombre con el feminicidio/femicidio de mi amiga. He tratado de estudiar
muchísimo el tema, de salir a la calle a luchar, de tener empatía,
porque seguramente desde mi ignorancia yo violenté de alguna manera,
emocionalmente quizás a alguna de mis compañeras. Y me hizo reflexionar y
levantar la voz por las que no pueden, las que ya se fueron, las que
les quitaron la vida, les callaron la voz, haciéndolas víctimas de
feminicidio. Cuando lo vives con una persona cercana es una revolución.
Las raíces
La artista habló con pasión y respecto de su papá y mamá, que ya
transitan la jubilación luego de 40 años de ser profesores de matemática
y geografía, respectivamente. De hecho, ella misma estudió un
profesorado en educación secundaria con especialización en español, pero
luego “de un ejercicio de valoración y de verme a mi por dentro, decidí
dedicarme a la música y al canto y a hacer canciones. Y me vine a
ciudad de México”, contó.
-T: ¿Cuánto hay de mamá y papá en este camino musical que elegiste?
-VQ: Somos del norte de México, de Francisco Madero en el Estado de
Coahuila. Allí, en la casa, siempre había música porque papá es melómano
y a mamá le gusta la poesía que nos leía los viernes a mi y a mis dos
hermanos. Salíamos al jardín, papá ponía una tornamesa (similar a un
tocadiscos), veíamos las estrellas mientras algún disco corría. Estas
dos cosas me hicieron estar cerca desde niña con la música y las letras,
la poesía, el amor por la naturaleza.
T; ¿Y en el encuentro con el feminismo?
VQ: Tuve la fortuna que mis papas fueran muy abiertos con el tema del
feminismo, sin que lo supieran. Mi papá nos enseñó a mis hermanos y a
mi, que los tres debíamos hacer las mismas tareas en casa. A mis
hermanos les enseñó a estar atentos a la responsabilidad que tenían en
una sociedad donde el privilegio masculino es muy grande. Crecí con un
papa amoroso, abierto, que besa a sus hijos, que siempre me ha dado el
lugar de decidir sobre mi,
Vivir
Su nombre es Viviana Monserrat Quintana Rodriguez y lo reconvirtió en Vivir.
T: ¿Por qué cambiaste tu nombre?
-VQ: En mi
linaje hay Vivianas. A mi abuela y bisabuela no las dejaron cantar, ni
aprender a tocar guitarra, sin embargo los varones sí pudieron cantar y
tocar instrumentos por el simple hecho de ser hombres. Quité el Viviana y
esas lealtades que tenía hacia el fracaso musical, al no poderme
dedicar a eso porque le estaba siendo leal a mis abuelas que no
pudieron. Pongo el Vivi con el que me llaman con cariño y la R de
Rodriguez que es mi apellido materno y hago el Vivir Quintana. Vivir es
un verbo en presente y con eso quito mi lealtad hacia mis abuelas y sin
embargo las sigo honrando, sigo honrando a las mujeres de mi familia, a
las mujeres que quisieron cantar y fueron calladas, entonces yo estoy
viviendo, vivo en presente.
Ella se define como cantora
latinoamericana, su sueño es venir a Argentina “donde he colaborado con
muchísimas compañeras músicas y su manera de ser y de existir me mueven
mucho el corazón”.
20/SM/LGL
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