Jalisco,
Gua. Mujeres, niñez, personas adultas mayores, migrantes,
refugiadas, personas de la comunidad LGBTTIQ, personas con discapacidad, son
distintos entre sí, pero a la vez tienen en común que son grupos que suelen
estar en desventaja, excluidos, segregados y discriminados.
Si esto ocurre en
lo cotidiano, lo mismo sucede en una crisis. Desde la Organización de los
Estados Americanos (OEA) detectaron la necesidad de sugerir medidas incluyentes
para atender con enfoque de Derechos Humanos durante
la contingencia sanitaria por el coronavirus COVID-19.
Como especialista
en Discapacidad del Departamento de Inclusión Social de la Secretaría de Acceso
a Derechos y Equidad en la OEA, Pamela Molina, mujer sorda, chilena, explicó en
entrevista cómo surgió esta iniciativa.
“Muchas
generaciones nunca habíamos vivido una situación como esta, pero empezamos a
ver que en las Américas, los estados miembros de la OEA estaban respondiendo
ante la emergencia de diferente manera, algunas veces no tan buena, pero
ninguna inclusiva de los grupos en situación de vulneración”.
“Incluso algunos
sin enfoque de Derechos Humanos, muchos derechos están siendo vulnerados en
esta situación. Entonces, empezamos a ver las necesidades de orientar a los
Estados para que den respuesta, una política inclusiva, interseccional ante la
emergencia, incluyendo las mismas políticas públicas
en enfoque desde los Derechos Humanos en grupos en situación de vulneración.
Esto implica mujeres, personas adultas mayores, personas con discapacidad,
personas afrodescendiente, pueblos indígenas, niños y
niñas, migrantes, refugiados y desplazados”, señaló Molina.
La OEA publicó el
7 de abril la “Guía Práctica de Respuestas Inclusivas y con Enfoque de Derechos
ante el COVID-19 en las Américas”, la
cual tiene un análisis de la situación desde cada grupo, recomendaciones de cómo
puede implementar políticas públicas y que se
garanticen sus Derechos Humanos.
A través de diferentes expertas y expertos elaboraron esta
guía como parte de la experiencia interna de la Secretaría de Acceso a Derechos
y Equidad de la OEA. Pamela Molina, detalla cómo
debe darse la interseccionalidad en la atención de la emergencia por el
COVID-19.
“Políticamente con
una mirada interseccional hacia la persona humana, resolvemos un tema, pero no
los otros que son parte de la identidad de un mismo ser humano. Entonces, las
mujeres con discapacidad somos mujeres y también somos personas con
discapacidad.”
“Incluso voy a
decir que tenemos otros conjuntos de identidades en una misma persona, yo por
ejemplo: soy mujer, soy persona sorda, soy migrante, soy heterosexual, en ese
lado tengo un privilegio, pero podría serlo, si no lo fuera tendría una barrera
más, todo esto dentro de mi identidad de persona con discapacidad. Entonces, cuando
yo quiero beneficiarme de una política pública y necesito acudir a programas de
los Estados frente a la emergencia, a mí me exigen decidir qué soy más, ¿Soy
mujer o soy persona con discapacidad a dónde voy?¿ Soy
más migrante que mujer? Y no soy ni más ni menos que esas cosas, la intersección no está
siendo abordada. Que una persona quede aislada de otro grupo es algo que le
pasa a las mujeres con discapacidad.”
“Entonces, las
mujeres con discapacidad cuando hablamos de género, ellas son invisibilizadas,
dentro de los movimientos feministas incluso muy pocas veces piensa en incluir
a las mujeres y niñas con discapacidad. Los movimientos de personas con discapacidad
no incluyen mujeres y los movimientos de mujeres no incluyen mujeres con
discapacidad, entonces necesitamos ser incluyentes entre todos, no somos
interseccionales. Las mujeres con discapacidad sufren las mismas discriminación
que las mujeres, pero todavía más acrecentada por la desigualdad, la violencia
y la discriminación.”
De no sumarse una
respuesta inclusiva e interseccional, es decir, que incluya todas las
diferentes condiciones de una persona, hay mayor riesgo de que estos grupos
sean afectados por la pandemia de COVID-19, advirtió la experta.
Lo que ahora
ocurre con el COVID-19 con prácticas erróneas o poco incluyentes de parte de
los Estados, es algo que antes se repitió en otras crisis como en los
temblores. Por ello, Pamela Molina realizó las siguientes recomendaciones para
el sector de las mujeres:
“A mi me tocó escribir el capítulo sobre
personas con discapacidad, también recopilé y coordiné la elaboración de la Guía, la edición de la misma
también. En relación a las mujeres se hace mucho énfasis en torno al aumento de
la violencia de género en caso de cuarentena y toque de queda, y hay necesidad
de que los Estados tomen medidas de prevención, de fiscalización, de protección
de las mujeres. Otra cosa también muy importante, se recomienda que todas las
medidas que los Estados están implementado tanto de trabajo y de educación a
nivel virtual deben ser inclusivas y accesibles para personas con discapacidad
de todo género. Las respuestas que hasta ahora se están dando no están considerando las condiciones específicas de estos
colectivos”.
La experta enfatizó
que debe darse una mirada transversal, es decir, aquella que incluye a las
diferentes poblaciones en situación de vulneración en las diferentes políticas públicas
que son para todas las personas: salud, educación y trabajo, protección social,
etc. De no incluirse una mirada interseccional y transversal como explicó la
experta Pamela Molina, lamentablemente la discriminación podría agudizar la
desigualdad y las condiciones de pobreza en la que viven estos grupos en
situación de vulnerabilidad como las mujeres con discapacidad.
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