Pedro Salmerón Sanginés
Prosopografía es una
palabrota que usamos los historiadores para definir el estudio de las
características comunes a un grupo de personas, buscando en su origen
social, regional y familiar, en su educación formal e informal, su
posición económica, los elementos que los unifican y nos permiten
entenderlos como grupo. Ese tipo de estudios me permitieron entender la
diferencia clave entre el ejército popular villista, con respecto a los
liderazgos y mandos medios del maderismo, el carrancismo y el
obregonismo.
En efecto, a diferencia de aquéllos, procedentes de sectores medios y
acomodados, la mayoría de los jefes villistas eran de origen popular:
peones de campo, mineros, pequeños propietarios de tierra en conflicto
con los hacendados, maestros rurales, vaqueros, mecánicos,
ferrocarrileros, abigeos. Esto explica en buena medida el carácter
radical de sus demandas y sus acciones en materia agraria y laboral.
Ese método, que en forma significativa retoma las ideas sobre las rondas generacionales expuestas por José Ortega y Gasset en El tema de nuestro tiempo (aplicado al estudio de nuestras
cúpulaspolíticas e intelectuales por don Luis González y González), nos permite entender la formación e intereses comunes a los personajes a los que llamo (es mi opinión personal) golpistas, pues su labor parece calcada paso por paso de quienes prepararon los cuartelazos latinoamericanos del siglo XX (y en Bolivia el año pasado). Hace 15 días presenté un ejercicio (https://www.jornada.com.mx/2020/04 /21/opinion/019a2pol). Las respuestas que recibí confirmaron la eficacia del método.
Hoy propongo otro similar en torno al sainete protagonizado el
miércoles pasado por los abogados Javier Lozano Alarcón y Gustavo de
Hoyos Walther, cuando éste nombró a aquél vocero de la Confederación
Patronal de la República Mexicana (Coparmex) para despedirlo 10 horas
después. El sainete desató el jolgorio y la sana alegría en las redes
sociales, en tiempos de coronavirus. El mayor perjudicado, como señaló
Julio Hernández López en su Astillero del día siguiente, fue De Hoyos Walther.
Lozano Alarcón es la quintaesencia de este golpismo embrionario:
egresado de una de esas universidades donde se formó la élite
tecnocrática (de la misma que Felipe Calderón), fue alto funcionario de
los gobiernos de Salinas y Zedillo, y vocero de la campaña de Francisco
Labastida antes de sumarse al PAN, para saltar directamente a la
Secretaría del Trabajo y Previsión Social durante el calderonato.
Durante su gestión se perpetraron los golpes contra Luz y Fuerza del
Centro y Mexicana de Aviación, así como la mal llamada
reforma laboralque terminó de destruir las conquistas heredadas de la Revolución Mexicana. Tras otros pasos de baile renunció al PAN para regresar al PRI, donde se convirtió en uno de los voceros de campaña del caso muy poco usual en el mundo, del candidato de un partido gobernante que cae hasta el tercer lugar en las elecciones. Además de todo eso, se ha sugerido su implicación en varios casos criminales.
Pero en este 2020 lo más importante para entender el sainete no es
todo lo anterior (se podría encontrar una docena de políticos con
antecedentes similares), sino el papel de Lozano Alarcón como golpeador
agresivo y permanente, como uno de los más desvergonzados repetidores
de noticias falsas. Nombrarlo vocero de la Coparmex equivalía, sin
máscara ni atenuante, a decir que dicha asociación patronal entraba
abiertamente en el tono de confrontación, golpista incluso, que parece
querer darle el abogado (que no empresario) De Hoyos Walther.
Bien: el ejercicio prosopogáfico de hoy consiste en recordar quiénes
felicitaron calurosa, muy calurosamente, a Lozano Alarcón por su fugaz
nombramiento. Era natural que lo hicieran políticos claramente subidos a
un tono, un discurso, un
moditoque para mí (en mi opinión) es abiertamente golpista, como Felipe Calderón, Gabriel Quadri, Ernesto Cordero, Fernando (Rodríguez) Doval, Juan Ignacio Zavala, Mariana Gómez del Campo, Fernando Belaunzarán o Roberto Gil Zuarth; pero es aún más significativa y reveladora, si recordamos el papel de los medios de comunicación en la tradición golpista (como explicamos en
Instrucciones para un golpe de Estado, https://www.jornada.com.mx/2019/ 11/19/opinion/020a2pol), la nómina de
periodistaso
líderes de opiniónque también felicitaron muy calurosamente a Lozano Alarcón. Una lista no exhaustiva incluye a Pablo Hiriart, Ricardo Alemán, Pedro Ferriz H., Adela Micha, Ciro Gómez Leyva, Carlos Mota, Lourdes Mendoza, Luis Cárdenas, Paola Miyarga, Marco A. Mares, Maricarmen Cortés, Lolita Ayala y la actriz Laura Zapata. Otra interesante tarea consistirá en asomarse a los medios donde trabajan y cuáles son sus cargos y canonjías.
Ahora bien, creo que en realidad el resultado del sainete es muy
positivo: los industriales y empresarios de México le hicieron saber a
De Hoyos Walther que el estilo de Lozano Alarcón no los representa. Se
desmarcan del golpismo. Enhorabuena.
Twitter: @HistoriaPedro
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