Alejandro Gertz Manero
El gobierno federal, a través de su vocero, destacó el éxito de su “guerra” contra el narco, en razón de que 19 capos que trasegaban droga hacia EU fueron detenidos o “inhabilitados”. Mientras, se confirmaba que el número de muertos producto de esta lucha ha llegado a más de 34 mil en cuatro años.
En un diálogo paralelo entre el Ejecutivo y miembros de la sociedad civil, el Presidente se enfrentó con uno de los participantes y negó haber usado la denominación “guerra” en su programa gubernamental, para que en los siguientes días varios diarios de circulación nacional expusieran prolijamente las afirmaciones presidenciales en donde él mismo había ratificado dicha “guerra”.
Frente a esta guerra, confrontación o como se le quiera denominar, es necesario tratar de establecer las premisas para un diagnóstico objetivo de lo que realmente está ocurriendo, razón por la cual es menester señalar lo siguiente:
1. En los últimos cuatro años se han multiplicado los delitos que más afectan a la población, como son el robo en las calles y transportes, los asaltos en carreteras, en el exterior de los bancos y centros comerciales, el saqueo en Pemex, las extorsiones y los secuestros, generando así un índice de inseguridad que no tiene paralelo ni antecedente alguno.
2. El gobierno ha basado toda su estrategia para combatir el delito en el país, en la detención de algunos capos que trasiegan droga a Estados Unidos, mientras la mayoría de los grandes mafiosos siguen libres e impunes, y el delito y la violencia se multiplican.
3. Las autoridades municipales, estatales y federales han abandonado a los habitantes de muchas ciudades y áreas rurales del país, entregándolos al asedio diario de organizaciones criminales que los extorsionan, obligándolos a pagar protección y derecho de piso.
4. Decenas de miles de mexicanos huyen hacia los EU, ya no sólo para trabajar, sino para salvar su patrimonio, su integridad física y su vida.
5. Las bandas de polleros y de explotadores de trabajadores migratorios generan una violencia imparable y muestran la inmensa corrupción que existe en el país alrededor de estos delitos.
6. Los feminicidios continúan creciendo en el territorio nacional, convirtiéndose también en un ámbito de presiones políticas y descalificaciones, pero no de soluciones ni de resultados positivos.
7. Ciudad Juárez y Michoacán, que fueron los programas paradigmáticos de este gobierno, se hallan en una vorágine de violencia y de inseguridad que es abrumadora y humillante para México, mientras los diálogos propiciados por el gobierno se convierten en monólogos que ratifican la intransigencia oficial y su carencia de proyectos que realmente funcionen, mientras se trata de cooptar a cualquier víctima destacada de la sociedad.
8. Los gastos en seguridad pública federal se han multiplicado de 7 mil millones a 32 mil millones de pesos anuales en cuatro años, independientemente de una gama de subsidios a municipios y estados, en un ámbito en el que es imposible lograr la rendición de cuentas de ese derroche a pesar de innumerables muestras de corrupción, todo lo cual es manejado por los funcionarios, cuyo pasado ha criticado acremente el mismo presidente que los nombró.
9. Los parches legislativos que se han publicitado como fórmulas mágicas han resultado, a la postre, ineficaces o francamente falaces, como la oralidad en la justicia y el principio de inocencia que a diario viola el gobierno, al calificar como delincuentes a quienes después libera, mientras publicita que ha detenido a más de 80 mil individuos y luego permite que la inmensa mayoría de ellos quede en libertad.
10. Cada vez que las complicidades entre los capos y las autoridades se quebrantan en cualquier entidad del país, la violencia aflora con una brutalidad desmesurada, y eso lo vemos en Veracruz, Morelos, Guerrero, Jalisco y cuanto territorio podamos pensar, lo que nos señala el desastre de la estructura de seguridad y justicia, y la dolorosa resistencia de la población victimada.
11. Las fuerzas armadas cumplen con tareas de inteligencia, enfrentándose y deteniendo a capos que exportan droga hacia los Estados Unidos, mientras su presencia en las calles y en las carreteras del país genera confrontaciones y casos de violencia extrema que erosionan y comprometen a dichas instituciones.
12. En México se cometen más de 12 millones de delitos al año, y el 98% queda impune en una población que a diario trata de sobrellevar su desgracia, manteniendo la vida comunitaria del país a pesar de la impunidad y corrupción de sus autoridades.
Si este fracaso estructural no obliga al gobierno a hacer un alto en el camino para reconocer que las voces críticas de la sociedad civil deben ser escuchadas para reformar a fondo y de modo inmediato el sistema de seguridad y justicia, más allá de intereses electorales, personales y partidarios del Ejecutivo, los daños serán irreparables y los costos políticos para el partido en el poder también resultarán abrumadores.
editorial2003@terra.com.mx
Doctor en Derecho detenidos, 34 mil muertos
En un diálogo paralelo entre el Ejecutivo y miembros de la sociedad civil, el Presidente se enfrentó con uno de los participantes y negó haber usado la denominación “guerra” en su programa gubernamental, para que en los siguientes días varios diarios de circulación nacional expusieran prolijamente las afirmaciones presidenciales en donde él mismo había ratificado dicha “guerra”.
Frente a esta guerra, confrontación o como se le quiera denominar, es necesario tratar de establecer las premisas para un diagnóstico objetivo de lo que realmente está ocurriendo, razón por la cual es menester señalar lo siguiente:
1. En los últimos cuatro años se han multiplicado los delitos que más afectan a la población, como son el robo en las calles y transportes, los asaltos en carreteras, en el exterior de los bancos y centros comerciales, el saqueo en Pemex, las extorsiones y los secuestros, generando así un índice de inseguridad que no tiene paralelo ni antecedente alguno.
2. El gobierno ha basado toda su estrategia para combatir el delito en el país, en la detención de algunos capos que trasiegan droga a Estados Unidos, mientras la mayoría de los grandes mafiosos siguen libres e impunes, y el delito y la violencia se multiplican.
3. Las autoridades municipales, estatales y federales han abandonado a los habitantes de muchas ciudades y áreas rurales del país, entregándolos al asedio diario de organizaciones criminales que los extorsionan, obligándolos a pagar protección y derecho de piso.
4. Decenas de miles de mexicanos huyen hacia los EU, ya no sólo para trabajar, sino para salvar su patrimonio, su integridad física y su vida.
5. Las bandas de polleros y de explotadores de trabajadores migratorios generan una violencia imparable y muestran la inmensa corrupción que existe en el país alrededor de estos delitos.
6. Los feminicidios continúan creciendo en el territorio nacional, convirtiéndose también en un ámbito de presiones políticas y descalificaciones, pero no de soluciones ni de resultados positivos.
7. Ciudad Juárez y Michoacán, que fueron los programas paradigmáticos de este gobierno, se hallan en una vorágine de violencia y de inseguridad que es abrumadora y humillante para México, mientras los diálogos propiciados por el gobierno se convierten en monólogos que ratifican la intransigencia oficial y su carencia de proyectos que realmente funcionen, mientras se trata de cooptar a cualquier víctima destacada de la sociedad.
8. Los gastos en seguridad pública federal se han multiplicado de 7 mil millones a 32 mil millones de pesos anuales en cuatro años, independientemente de una gama de subsidios a municipios y estados, en un ámbito en el que es imposible lograr la rendición de cuentas de ese derroche a pesar de innumerables muestras de corrupción, todo lo cual es manejado por los funcionarios, cuyo pasado ha criticado acremente el mismo presidente que los nombró.
9. Los parches legislativos que se han publicitado como fórmulas mágicas han resultado, a la postre, ineficaces o francamente falaces, como la oralidad en la justicia y el principio de inocencia que a diario viola el gobierno, al calificar como delincuentes a quienes después libera, mientras publicita que ha detenido a más de 80 mil individuos y luego permite que la inmensa mayoría de ellos quede en libertad.
10. Cada vez que las complicidades entre los capos y las autoridades se quebrantan en cualquier entidad del país, la violencia aflora con una brutalidad desmesurada, y eso lo vemos en Veracruz, Morelos, Guerrero, Jalisco y cuanto territorio podamos pensar, lo que nos señala el desastre de la estructura de seguridad y justicia, y la dolorosa resistencia de la población victimada.
11. Las fuerzas armadas cumplen con tareas de inteligencia, enfrentándose y deteniendo a capos que exportan droga hacia los Estados Unidos, mientras su presencia en las calles y en las carreteras del país genera confrontaciones y casos de violencia extrema que erosionan y comprometen a dichas instituciones.
12. En México se cometen más de 12 millones de delitos al año, y el 98% queda impune en una población que a diario trata de sobrellevar su desgracia, manteniendo la vida comunitaria del país a pesar de la impunidad y corrupción de sus autoridades.
Si este fracaso estructural no obliga al gobierno a hacer un alto en el camino para reconocer que las voces críticas de la sociedad civil deben ser escuchadas para reformar a fondo y de modo inmediato el sistema de seguridad y justicia, más allá de intereses electorales, personales y partidarios del Ejecutivo, los daños serán irreparables y los costos políticos para el partido en el poder también resultarán abrumadores.
editorial2003@terra.com.mx
Doctor en Derecho detenidos, 34 mil muertos
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