Se manifiestan feministas frente a PGR para exigir justicia por feminicidio
Por Anayeli García Martínez
México, DF, 17 ene 10 (CIMAC).- Con el rostro cubierto de sangre, un largo vestido sucio, el cabello recogido y el semblante distante, una mujer que llevaba una veladora encendida en la mano caminó frente a decenas de curiosos que la observaban.
Era otra mujer asesinada, una víctima del feminicidio, que al igual que Rubí Marisol, Maricela Escobedo y Susana Chávez, fue asesinada por su condición de género. Con el rostro pálido caminaba frente a la Procuraduría General de la República (PGR) para exigir justicia.
Ese fue el performance que captaron las cámaras fotográficas y de video durante el plantón que este domingo llevaron a cabo diversas organizaciones de la sociedad civil para demandar al procurador, Arturo Chávez Chávez, justicia para las mujeres asesinadas.
Al cumplirse un mes del asesinato de la activista Maricela Escobedo, cerca de 200 personas se reunieron para solidarizarse por una sola causa: exigir justicia ante el feminicidio en Ciudad Juárez, Chihuahua y el resto de México.
Los presentes se sumaron a la indignación rompiendo el silencio y acabando con la oscuridad de la noche; gritaban consignas, alzaban la voz y colocaban veladoras y cartulinas con frases de repudio al gobierno federal.
A la mujer que simulaba estar cubierta de sangre, se acercaron otras mujeres, algunas con velos blancos que las cubrían; niñas y niños que no entendían el alboroto y varios hombres. Alrededor había pancartas que aludían a la campaña “¡No + sangre!”, cartulinas con la frase “Ni una más” y en el suelo veladoras, flores y cruces.
Tuvo que pasar cerca de una hora y media desde que la gente llegó, hasta que la mujer de vestido blanco, por fin tomó la palabra. Se presentó ante las personas que se arremolinaron en un círculo formado por lucecitas y del cual se desprendía un singular aroma debido al incienso que se había colocado minutos antes.
La mujer no tenía nombre, porque su nombre se sumaba al de todas las que son asesinadas en México. Con la voz firme, y con el acento chihuahuense, relató cómo su estado y su país estaban militarizados, cómo vivían las personas en medio de la violencia y cómo morían las mujeres.
A sus palabras, le siguieron el júbilo de la indignación, varias jóvenes que habían sido convocadas por las redes sociales gritaron, “Calderón homicida, eres un feminicida”.
El evento convocado por diversas organizaciones civiles estaba por concluir, “¿cómo cerramos?”, gritó una voz. “Con un minuto de silencio”, respondió otra voz masculina. Las mujeres se negaron porque “calladitas no nos vemos más bonitas”.
Antes ya habían hablado por el altavoz representantes de colectivos y organizaciones como la Red Mesa de Mujeres de Ciudad Juárez, Amnistía Internacional, Pan y Rosas, entre otras, e individuos que a título personal, exigían investigar los asesinatos de mujeres.
“Susana escucha, seguimos con tu lucha”, se oyó al unísono. Después le siguieron palabras y rumores sobre los efectos de la violencia: de la falta de educación, de los bajos salarios, de la precariedad de los servicios de salud y muchos más que cuestionaban el uso del cuerpo de las mujeres como botín de guerra.
Estaban por dar las ocho de la noche y la gente comenzó a dispersarse. Algunos querían marchar al Ángel de la Independencia, pero no lo hicieron. Algunos asistentes optaron por hacer cierres intermitentes en la avenida Paseo de la Reforma, mientras la frase “Ni una muerta más”, se siguió escuchando.
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