Pedro Echeverría V.
1. De Fernández de Cevallos -debo confesar- he aprendido muchos adjetivos y demás dichos que él pronuncia frente a los medios que de manera permanente lo entrevistan; no es un buen o interesante orador porque carece de conocimientos profundos en todos los temas, con excepción de los jurídicos; pero como siempre habla con vehemencia y mucha exaltación, además repitiendo que “es un hombre sin pelos en la lengua y que nunca miente”, cuando se pone colérico frente a los medios ningún enemigo de él se salva de ser: mequetrefe, gansters, populista, de la pelusa, cobarde, malnacido, bandido o mentiroso. Por la cara que muestra cuando arremete pareciera un tigre listo para saltar sobre su presa. Solamente una vez lo he visto barrido y trapeado por López Obrador en una discusión: fue quizá frente al inefable López Dóriga por los años 2004 o 2005 en TV domingo por la mañana; AMLO usó la estrategia de interrumpir sus discusos, hasta domarlo como un corderito.
2. El jefe Diego, bautizado así por los panista porque para ellos todos los directivos son “jefes nacionales, regionales, locales, municipales”, que con ello vendrían demostrando que son respetuosos de una patria ordenada con jerarquías, con autoridades superiores que mandan y subordinados que obedecen. Contrario a los anarquistas que luchan por la igualdad, contra la autoridad, que no reconocen jefes, ni gobiernos, ni seres superiores, ni inferiores. Me recuerda aquello de “sí jefe, a sus órdenes jefe, lo que usted diga jefe” que se usa mucho en el ejército y las jerarquías feudales, así como los términos usted, señor, a sus órdenes, con todo respeto, y demás chácharas que tanta risa causan a los jóvenes o disgustos por falaces. ¿De allí habrá surgido, como repudio a las falsedades que buscan esconderse tras esas palabras “de respeto”, el que los jóvenes las hayan cambiado con palabras provocadoras “indecentes” que buscan producir la ira de “los rucos persignados”?
3. F. de Cevallos parte de una lógica muy sencilla: Yo sólo defiendo la ley, el Estado de derecho, más aún soy la ley y cualquiera que no piense como yo pues lógicamente está contra la ley. Nadie que necesite mis servicios y tenga el dinero para pagar mi trabajo (y lo advierto, yo cobro muy caro) dejará de ser atendido en mi despacho de abogados. No importa si son delincuentes, empresarios, narcos o quien se defienda contra el Estado o gobierno. ¿O piensan acaso que la Constitución no es suficientemente clara para decir que todos los seres humanos tienen derecho de ser defendidos? Yo jamás violo la ley, no soy ningún populista como los mequetrefes que dicen defender a los pobres y a los explotados. Para mi todos son iguales y si me piden que los defienda lo haré con mucho gusto. Tengo mucho dinero pero lo he ganado con trabajo legal, nunca le he robado a nadie y quien diga lo contrario lo reto a que me lo diga en mi cara y yo responderé porque no tengo pelos en la lengua.
4. Y sigue Cevallos en su lógica: Respetando estrictamente la Constitución, he ganado pleitos jurídicos multimillonarios contra el gobierno federal, contra el gobierno del DF, muchos empresarios han pagado bien mis servicios, le ofrecí mi asesoría a Ahumada (el gansters argentino que corrompió al PRD, gobiernos, etcétera), así como a todos los que han querido ocupar mis servicios. Incluso, ¿por qué no se dice que gané un pleito de tierras a favor de campesinos? Por otro lado que si la Constitución es burguesa y está hecha para garantizar la propiedad privada y por eso me aprovecho de ella, esa es una gran mentira muy propagada de los comunistas y populistas, además yo no la hice, la única obligación que tengo es respetarla. ¿Se olvida acaso que se buscó aprobar una ley en el legislativo contra mí para que no se actuara “como juez y parte” en juicios contra el gobierno mientras se esté ocupando un cargo en él? Allí está la mano de los populistas que me culpan por todo.
5. El jefe Diego es un artistazo que gusta a los medios de información, por eso los reporteros lo persiguen hasta en el excusado. ¿Cómo no buscarlo si es el personaje “sin pelos en la lengua” que se burla de los izquierdistas, de los populistas y defiende abiertamente a los empresarios? En 2010 estuvo secuestrado siete meses por opositores o por sus amigos los empresarios panistas, aun no está claro; pero su regreso fue triunfal, de película, porque el galán apareció en lujoso coche último modelo, bien maquillado y listo para hacer declaraciones en sus programas televisivos. Se dijo que e´l mismo fue el negociador, que pagó 50 millones de dólares de rescate, pero en todo momento gobierno, empresarios y su misma familia estuvieron listos para pagar el doble o triple de esa cantidad. No cabe duda, según los medios de información, que es un héroe nacional porque tuvo la capacidad de debatir con sus secuestradores y “de mantener la dignidad”.
6. En una ocasión, en 1994, fue candidato del PAN a la presidencia de la República. Se ha propagado que ganó el debate frente a dos tontitos que no sabían debatir: Zedillo y Cárdenas. La realidad es que hubo un acuerdo Cárdenas-Cevallos (según narra en su libro Aguilar Zinder) de unir todas las baterías contra Zedillo (el PRI a derrotar) en el “debate”, acuerdo que a Cevallos le importó un carajo y se fue contra Cárdenas. Éste no respondió y siguió contra Zedillo. ¿Qué sucedió después? Que todos los medios se fueron contra Cárdenas, le dieron la victoria a Cevallos y luego éste desapareció para que Zedillo ganara abrumadoramente la elección. Desde entonces entendí que los debates son una bobada, una trampa donde “los que tienen más saliva tragan más pinole”, los que tienen más organizada su mente para discursos salen bien, pero que nada tienen que ver con proyectos, programas, trabajo y honestidad.
7. Recuerdo que en mis 40 años de profesor hubo alumnos que buscaban engañarme repitiendo oralmente y en sus breves ensayos, escritos míos sobre lucha de clases y socialismo; parecían buenos oradores, pero la realidad es que –fuera de uno o dos- no tenían sustento. Sucede lo mismo en los famosos debates lleno de tiempos, reglas y prohibiciones. Me ha parecido siempre una bobada gringa donde los candidatos hablan de todo pero ninguno puede confesar a qué sector empresarial está sirviendo ni hablar de la realidad en explotación y miseria que vive la población. Las declaraciones y debates tipo Fernández de Cevallos, en los que se grita para mover emociones, fobias y aplausos nada tienen que ver con los análisis fríos, autocríticos y de propuestas reales que se necesitan. Esas propuestas se hacen por escrito, se leen y se explican, no se discursean en debates en los que los demagogos y autoritarios tiene ventaja.
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