Roma, 21 de enero.- Las mujeres obtienen todavía menos beneficios del empleo rural y se enfrentan a nuevas dificultades debido a la actual crisis económica y alimentaria, reveló este viernes un informe elaborado por diversos organismos de la ONU.
La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (Fao) dio a conocer este viernes un informe titulado Dimensiones de género del empleo agrícola y rural: Sendas diferenciadas para salir de la pobreza.
Indicó que “a pesar de que la desigualdad de género varía en diferentes regiones y sectores, existe la evidencia de que, a nivel global, las mujeres obtienen un menor beneficio que los hombres del empleo rural, ya sea en un trabajo asalariado o por cuenta propia”.
Además de otros desafíos relacionados con las desigualdades de género en el empleo rural, “la reciente crisis económica y financiera ha ralentizado el proceso hacia una mayor igualdad de género” y el trabajo digno para mujeres en zonas agrícolas y rurales en los últimos años.
“Con la pérdida de empleos y recortes en el gasto en infraestructuras y servicios sociales, se ha intensificado la carga de las mujeres para cuidar a otras personas y el trabajo no renumerado, con lo que su contribución financiera a la seguridad alimentaria familiar disminuirá”, señaló el informe.
“La situación es especialmente grave en el caso de los hogares encabezados por mujeres”, advirtió.
El documento citó también la migración y la feminización de las actividades rurales, el comercio internacional y la diversificación de la economía rural y el trabajo infantil como otras de las cuestiones y tendencias que afectan a las mujeres empleadas en labores agrícolas.
Realizado por la Fao, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), este estudio reúne las últimas ideas sobre la dimensión de género del trabajo agrícola y rural.
Además busca promover el debate sobre la importancia de las mujeres en el crecimiento de la economía rural y la mitigación de la pobreza.
Indicó que algunos factores que pueden empujar a las mujeres a una situación de desventaja económica son: el empleo (ocupación y tarea), segmentación (las mujeres se emplean de forma desproporcionada en empleos de baja calidad), la diferencia salarial entre hombres y mujeres y el número menor de horas de trabajo renumerado, pero en conjunto con una mayor carga de trabajo.
“Es interesante observar que el 90 por ciento de la diferencia de salarios por razón de sexo en los países desarrollados o en desarrollo no puede justificarse: en otras palabras, debe atribuirse a una discriminación por cuestión de género”, dijo.
Resaltó que las mujeres necesitan tener acceso a la educación, formación, crédito, mercados, ayuda técnica y protección del empleo. Necesitan un acceso equitativo y seguro a la tierra y otros activos. Y requieren también “capital social”, incluyendo la capacidad de participar de forma igualitaria con los hombres en las organizaciones campesinas.
Subrayó que con estas ventajas (que los hombres disfrutan desde hace tiempo), las mujeres pueden incrementar su contribución al desarrollo nacional y la reducción de la pobreza.
(Notimex).
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