8/28/2012

Llegó a México a “probar suerte” y se topó con el infierno

LA OTRA RUTA MIGRATORIA

Centroamericana sufre abusos de su ex esposo y de autoridades


Por Guadalupe Cruz Jaimes

México, DF, 27 ago 12 (CIMAC).- “Leticia” considera que “no hay nada mejor que el hogar” al referirse a Centroamérica, de donde salió hace 15 años para “probar suerte” en México, pero en este país en lugar de oportunidades laborales encontró maltrato: “Primero fui víctima (de violencia) de mi ex esposo y luego de las autoridades policiacas y de migración”.

El último agravio fue su detención en la estación migratoria Las Agujas, en la delegación Iztapalapa, en esta capital, hace cinco meses. Llegó a este lugar después de que su ex marido la acusó de robo y de utilizar documentos de identidad falsos.

Un día antes de que la trasladaran a la estación migratoria, “Leticia”, de 35 años, estuvo en una audiencia con su hijo y su ex marido, quien afronta una demanda penal por abuso sexual y maltrato en contra del menor.

“Ese día me amenazó, me dijo ‘si abres la boca, la vas a pasar mal’; amenazó con deportarme y quitarme al niño porque nació en México”, relató la centroamericana a Cimacnoticias, quien por temor a represalias pidió omitir su nombre y nacionalidad.

La mujer, de entonces 20 años de edad, llegó al país en 1997 con el propósito de hacer carrera en televisión: “Llegué a México porque una amiga que conocí en un concurso de belleza me invitó a venir para prepararme y trabajar en una televisora”.

Cinco años después conoció a su ex esposo, quien se dedicaba a la organización de eventos y contratación de modelos y edecanes para los mismos. “Me enamoré y me casé con él”, recordó.

DE SUEÑO A PESADILLA

A los pocos meses, comenzaron las agresiones físicas y verbales. “Me decía que no lo podía denunciar, que yo no tenía derechos porque no estaba en mi país”. La situación empeoró porque “me obligó a prostituirme en bares”. Él la tenía amenazada con decirle a su familia “lo que andaba haciendo”.

En 2006 “Leticia” quedó embarazada y cuando nació su hijo, ella tuvo el valor que necesitaba para abandonar a su agresor y proteger a su bebé.

“Le dije que no aguantaba más, que me quería regresar a mi país, pero me respondió que tenía que dejar al niño porque nació en México. Y yo no iba a salir del país sin mi hijo”, mencionó.

Incluso pensó en escapar con su hijo de forma irregular, pero la detuvo el miedo a los peligros que afrontan las y los migrantes en la frontera sur de México (asesinatos, secuestros y violaciones sexuales).

“Desde que salí de su casa para tratar de rehacer mi vida, he vivido perseguida, amenazada, porque él insistía que yo regresara, incluso rapto al niño para hacerme daño”, acusó.

En 2010 “se llevó a mi hijo, yo recurrí al Ministerio Público (MP), al DIF, al Centro de Atención a la Violencia Intrafamiliar (CAVI) de la PGJDF, pero nadie me pudo ayudar, hasta fui a la televisión a denunciar lo que estaba pasando”, sin embargo no obtuvo respuestas.

“En el MP me dijeron que como en México la guardia y custodia es compartida, no había delito que perseguir, porque estaba con su papá”, ejemplificó.

MALTRATO INFANTIL

Después de tres meses, su ex esposo le regresó a su hijo “muy lastimado física y emocionalmente”, ya que el menor de edad sufrió abuso sexual por parte de su padre, quien también lo golpeaba y lo dejaba sin comer.

En cuanto “Leticia” se dio cuenta de lo que le ocurrió al niño, demandó penalmente a su ex esposo por violencia y abuso sexual en contra del menor de edad, e inicio una batalla legal en la que no ha habido avance alguno a pesar de que los peritajes psicológicos de la misma PGJDF mostraron que su hijo fue víctima de ese delito.

Con el proceso penal en curso, el hostigamiento por parte del ex esposo de la centroamericana se agudizó. Hasta que a principios de marzo pasado –cuando se encontraron en la audiencia en un juzgado de esta ciudad– cumplió sus amenazas.

“A mitad de la audiencia, varias patrullas rodearon el juzgado, se me acercó un abogado y me dijo: ‘Señora se la quieren llevar, no salga y llame a un abogado’”. Estuvo ahí por ocho horas con el niño hasta que por “la fuerza” la subieron a una patrulla.

La llevaron al MP acusada de robo y de utilizar documentos de identidad apócrifos, aunque estas identificaciones fueron presentadas por su ex pareja. La situación se complicó porque ese año “Leticia” no renovó su documento migratorio por problemas de salud.

En el MP “me trataron como una delincuente: me obligaron a desnudarme y hacer sentadillas para ver si traía droga oculta en la vagina. Me tuvieron una noche amenazándome con que me iba a ir peor si no confesaba”, relató.

EN EL INM “MANDA EL DINERO”

Al día siguiente, sin darle una explicación, la trasladaron a la estación migratoria Las Agujas, donde presenció y ella misma fue víctima de violaciones a sus Derechos Humanos (DH).

Tan sólo durante el primer semestre de este año, mil 43 personas estuvieron alojadas en la estación migratoria del DF, según datos del Instituto Nacional de Migración (INM), los cuales sin embargo no están desagregados por sexo.

El tiempo que “Leticia” estuvo en detención no le permitieron ver a su hijo y tampoco a su abogado: “Tenía que decir que me visitaba otra persona, si decía que era mi abogado no lo dejaban pasar”.

Tampoco permitían que le llevaran ropa: “Pasé más de una semana con la ropa que llegué, hasta que unas ‘monjitas’ nos llevaron”. De igual modo, le negaban el ingreso de objetos para su higiene personal.

Los alimentos son limitados, “ni a los niños les dejan comer algo entre comidas, y allá dentro no puedes comprar alimentos, aunque eso sí venden cigarros”. Además, “si te enfermas te dicen que no tienes nada, pasan dos días o más para que te atiendan en el servicio médico”.

En ese lugar “Leticia” pudo darse cuenta que en la estación del INM “manda el dinero”, aseveró.

“Me tocó ver el trato preferencial para extranjeras acusadas de clonar tarjetas de crédito e incluso de una colombiana, esposa de un narcotraficante, quienes salieron a los pocos días de ingreso. Mientras que ecuatorianas detenidas en la ruta llevaban hasta tres meses en detención”, advirtió.

La centroamericana logró salir porque un juez le otorgó un amparo por la demanda en su contra, y porque probó al jurídico de la estación migratoria que estaba en trámite la renovación de su documento migratorio y que no tiene antecedentes penales.

Para “Leticia” el miedo continúa porque las amenazas por parte de su ex marido no han cesado. Ella intentó denunciar, pero en el MP “me dijeron que demande cuando lleve heridas, que no pierda el tiempo, que además ni siquiera soy de este país, para ellos soy ‘un cero a la izquierda’”, lamentó.

La extranjera quisiera salir del país con su hijo, pero su ex esposo le puso una “alerta migratoria” en el INM, y este instituto le prohibió abandonar el país con el niño.

Pese a la angustia cotidiana por el bienestar de su familia, “Leticia” continúa con los procesos judiciales en contra de su ex pareja por el abuso sexual y maltrato en contra del menor, y hace tres meses lo denunció por la explotación sexual a la que fue sometida.

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