8/28/2012

Seguro ¿Popular?; afiliados gastan lo mismo que quienes no tienen cobertura médica



Seguro ¿Popular?; afiliados gastan lo mismo que quienes no tienen cobertura  médica
Un estudio publicado en la revista especializada "Value in Health" revela incluso que las familias afiliadas al programa estrella de los gobiernos panistas gastan lo mismo que quienes no tienen cobertura médica.
Redacción EMET

Los afiliados al Seguro Popular (SP) gastan más en medicinas que los afiliados al IMSS o ISSSTE.
Un estudio publicado en la revista especializada "Value in Health" revela incluso que las familias afiliadas al programa estrella de los gobiernos panistas gastan lo mismo que quienes no tienen cobertura médica.

Los autores de la investigación, académicos del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), señalan que en las familias afiliadas al Seguro Popular, el 72 por ciento del dinero que destina a la salud se va en medicinas, contra el 66 por ciento de las familias mexicanas en general.
Explican que el programa, implementado en 2004, busca evitar que las familias no afiliadas a los sistemas de seguridad social se descapitalicen al enfrentar gastos médicos, para lo cual actualmente está disponible un catálogo de 250 intervenciones médicas y un cuadro de alrededor de 300 medicamentos.
Pero según el estudio, mientras del 11 al 22 por ciento de los afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) pagan por una prescripción médica, en el Seguro Popular el porcentaje sube a 40.
Divulgado por Veronika J. Wirtz, Yared Santa Ana Tellez, Edson Servan Mori y Leticia Avila Burgos, el estudio expone que el SP atiende a los hogares más propicios a caer en gastos catastróficos, dado que las familias con Seguro Popular tenían una media de fondos disponibles de 25 mil 721 pesos, contra 29 mil 629 pesos de hogares sin alguna protección social.
Julio Frenk, principal impulsor del Seguro Popular, concedió que se debe reducir aún más el gasto de bolsillo, pero destacó que el gasto catastrófico, que arruina a las familias, se redujo a la mitad en los últimos ocho años.
"Si yo voy y compro unas vitaminas y las pago de mi bolsillo, eso no tiene un efecto muy negativo; lo que es grave es: si para atender a mi hijo, a mi esposa o a mí mismo, yo tengo que vender mi casa, mi auto; o si soy campesino, tengo que vender mis herramientas de labranza, porque es la única forma de poder pagar los medicamentos", dijo el actual decano de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Harvard.
Por su parte, el sociólogo Agustín Escobar Latapí, estimó que cambios en los padrones epidemiológicos del mexicano pudieran explicar, en parte, la persistencia de esos gastos, dado que hace seis años la mayor parte de las medicinas requeridas eran para tratar infecciones agudas, digestivas y respiratorias, y hoy son para enfermos crónicos de diabetes e hipertensión que se combinan con microgestiones de cada clínica.
"En Chiapas, Oaxaca y Michoacán sí encontramos que estos pacientes, sobre todo los diabéticos, no tenían las medicinas completas. Siempre les daban una en la clínica y al mes siguiente tenían que comprar en la farmacia, y al siguiente ya surtían otra vez la clínica", ejemplificó el profesor del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS).

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