La
agenda lo colocó ante la oportunidad de pronunciar palabras mayores,
pero Enrique Peña Nieto prefirió dejar que pasara la oportunidad
conmemorativa petrolera y se conformó con pronunciar un discurso menor,
insustancial, repetitivo, apenas cargado con algunas frases
propiciatorias de encabezados periodísticos sumarios y de alborozos
propagandísticos evidentemente efímeros: Pemex no se vende ni se
privatiza, fue la frase que condensó el mínimo esfuerzo intelectual de
un domingo en Salamanca, la de Guanajuato, donde fray Privatización ha
creído posible, con un
Negábamos ayer, eludir el fondo del debate, atenido apenas a contradecir aquello de lo que se le acusa en materia de energéticos, esperanzado en que una negación, pronunciada mil veces, pudiera convertirse en una afirmación.
La segunda parte del espot básico encierra la trampa sabida: Pemex
no se vende ni se privatiza pero... sí se transforma y moderniza. El
materialismo dialéctico en tierra del panista gobernador guanajuatense
Miguel Marx, perdón, Márquez, según el peñismo-salinismo: La materia
(Pemex) no se crea ni se destruye, sólo se transforma (en objeto de
contratos venturosos con desbordados inversionistas nacionales y
extranjeros) y se moderniza (virtualismo y realidad contemporáneas:
hacer que parezca real que el petróleo sigue siendo de los mexicanos,
aunque virtualmente ya no lo sea).
Como ejemplo y garantía de esos buenos propósitos, míster Charles
Romero Deschamps, barón del Ferrari filial y patrono de viajes por el
mundo de mascotas de su hija, pronuncia emocionado discurso de
confirmación de que el tronar del látigo en el sindicato magisterial no
tuvo necesidad de réplica en la jaula amaestrada de la élite petrolera.
En México no hay intocables, había dicho en algún arrebato oratorio el
Señor de las Reformas y la confirmación ha llegado este domingo de
efeméride: Romero sí es tocado, una y otra vez, con el afecto del
ocupante de Los Pinos; es decir, con la gracia exculpatoria de las
complicidades en vías de nuevos episodios por venir.
En el Monumento a la Revolución de la capital del país, un discurso
de Cuauhtémoc Cárdenas colocó en línea de provisional depuración al
chuchismo perredista que sigue jugando en dos bandas pero, viendo que
la correspondiente al Pacto por México le será insostenible y menos
redituable a la hora de las definiciones energéticas y fiscales,
comienza a fortalecer la expectativa de la unidad opositora de
izquierda haiga sido como haiga sido, en una portentosa reformulación
más del materialismo dialéctico, generando las mismas condiciones (como
pactistas) que luego les permiten luchar contra ellas desde otro plano
(el de la oposición izquierdista súbitamente convocada a
reunificaciones). Y así hasta el infinito o hasta que los premios y
ofertas desde el poder público vuelvan a aparecer, lo que suceda
primero.
El discurso de Cárdenas significa un reposicionamiento de la
izquierda anfitriona, la de los Chuchos y el bejaranismo inserto, y del
propio heredero del apellido emblemático de la expropiación petrolera.
El ex gobernador de Michoacán y ex jefe de Gobierno de la ciudad de
México no está radicalmente en contra del reformismo peñista en materia
de energéticos, pero considera que la correspondiente estrategia
nacional energética, en vías de ser aprobada por el poder legislativo,
significará un largo estancamiento económico para el país, el cual
entraría en una
profunda crisisde desarrollo. El ingeniero Cárdenas calificó la mencionada estrategia peñista de catálogo de buenas intenciones.
Para
dar muestra de que en una eventual alianza máxima de las izquierdas
pueden caber todas las expresiones, incluso las que no son ni
accidentalmente de izquierda, participó como orador Miguel Ángel
Mancera, el más derechista de los jefes capitalinos de gobierno
llegados al poder por la vía del sol azteca. Eso sí, Mancera dejó bien
claro que, a pesar de criticar y confrontar,
no se trata de ser contestatarios.
Ya adecuadamente abanderados, los mandos chuchos instruyeron a los
diputados y senadores perredistas a que se opongan en las cámaras a lo
mismo que los dirigentes han prohijado desde el Pacto por México.
Guerreros suicidas mientras no surja otra negociación interesante,
convocan a formar frentes patrióticos de defensa del petróleo y la
economía popular, en el que podrían y deberían participar López Obrador
y su Morena hasta ahora esquiva, el Partido del Trabajo (que a falta de
peje ahora anda en arreglos electorales con PRI, PAN y lo que se le
atraviese), Movimiento Ciudadano DD (Dante Delgado) y ciudadanos de
buena voluntad que quieran luchar mientras las cúpulas y sus
entendimientos en lo oscurito no determinen lo contrario. Hoy, por
cierto, toca turno a Morena, con el Hemiciclo a Juárez como punto
central, en la capital del país, y actos de protesta en las principales
ciudades.
Elena Achar fue una de las partícipes de la famosa cena en la que
miembros del equipo de AMLO fueron grabados en audio cuando trataban de
recaudar algunos millones de dólares para impulsar la campaña
presidencial del año pasado. La presencia de Achar era singular, pues
eran conocidas sus ligas con Josefina Vázquez Mota, tanto por la vía
empresarial de Cómex como por la firma de
cabildeo y asuntos públicos, Llorente & Cuenca México, en la que participa la mencionada Elena. Por esas razones y por presuntos indicios técnicos, a Achar se le llegó a acusar de haber sido la difusora del asunto. También se mencionó que tanto Achar como alguien de su entorno personal tenían en realidad una relación de interés con Peña Nieto, más que con la panista que desde hace horas lucha heroicamente en busca de presidir ya no el país, sino lo que queda del PAN. Ahora, Achar despacha como jefa de la Unidad de Promoción de Exportaciones (http://bit.ly/142fEOX ) de Proméxico (http://bit.ly/WQoPju ), el organismo del gobierno federal encargado de fortalecer la participación del país en la economía internacional, de apoyar los procesos exportadores y atraer inversión extranjera. ¡Hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
Sienten ñáñaras las vacas
sagradas; ya comenzaron a tirar coces. Un personaje que tiene intereses
tanto en América Móvil como en Televisa, y, por añadidura, es
presidente del todopoderoso Consejo Mexicano de Hombres de Negocios,
Claudio X. González, dice que les da ñáñaras (textual) el nuevo Ifetel,
el instituto federal de telecomunicaciones, aunque apenas es un
proyecto que figura entre varios más de la legislación que el
presidente Peña Nieto envió al Congreso, porque sería una entidad
todopoderosa. Tal vez podría afectar sus intereses, tendría facultades
para decretar que los monopolios de Carlos Slim y Emilio Azcárraga se
contrajeran a la mitad, a fin de que sólo controlaran 50 por ciento de
sus respectivos mercados. ¡Caray! Con 50 por ciento seguirían teniendo
una posición determinante, continuarían siendo poderes fácticos y
conservarían sus altares de ‘‘vacas sagradas’’ ( sacred cows), como los describe alegóricamente la revista británica The Economist.
Petróleo: sentidos opuestos
Por mera coincidencia, este 18 de marzo los presidentes
de México y Estados Unidos expusieron los ejes de sus políticas en
materia de energía. La posición del presidente Obama fue clara: su país
no exportará petróleo crudo. Confirmó una decisión que ya dura tres
décadas. Sólo lo hará en situaciones de excepción y por cantidades
limitadas. La posición del presidente Peña Nieto, en cambio, consiste
en aumentar la producción de petróleo crudo y exportarlo. La meta de su
sexenio es bombear 3 millones de barriles de crudo al día. Es la
diferencia entre un país de primer mundo y otro del tercero.
Ya son 35 los mexicanos en Forbes
En su edición en español de este mes, dedicada a México, la revista Forbes
amplía la lista de millonarios mexicanos. Ahora son 35. Llaman la
atención entre los debutantes los miembros de la familia Martín
Bringas, dueños de los supermercados Soriana. Son los de las tarjetas
que ustedes recuerdan bien: el Partido Revolucionario Institucional las
repartió como confeti en la elección presidencial.
A la crónica del lunes
anterior voy a agregar alguna otra información. Si soy provocado,
vendrán datos más (ma)duros que el nuevo presidente venezolano.
Cantabria, 1857. La famiglia Botín tiene más rancia prosapia y
abolengo que la de sir Francis Drake y Henry Morgan. El señor Emilio
Botín es bisnieto, nieto, sobrino, hermano y padre de banqueros.
También es marqués consorte de O'Shea. Accedió a este título merced a
que, a su señora esposa, Paloma O'Shea Artiñano, el reyecito de copas
mataelefantes le concedió, el 12 de julio de 2008, este título
nobiliario por su
su genero$a contribución a la promoción a la cultura musical. Me da infinita satisfacción que los 500 pesos que Santander insiste en expropiarme hace más de dos sexenios, no hayan estado incluidos en la compraventa del marquesado de marras.
En las elecciones de
noviembre pasado en EU sucedió algo curioso. El partido que obtuvo
mayoría en la votación logró un número menor de diputados en la Cámara
de Representantes. El Partido Demócrata recibió un millón 400 mil votos
más que el Partido Republicano. Sin embargo, este último ganó el
control de la asamblea con 241 representantes por 201 de los
demócratas. ¿Cómo fue posible? Gracias a una figura que en la política
estadunidense, conocida como Gerrymander, que no es otra cosa que el
trazo de los distritos electorales de tal forma que algunos candidatos
tengan clara ventaja sobre sus oponentes.
El órgano responsable de trazar las fronteras entre un distrito y
otro es la asamblea estatal. El resultado es que el partido que tiene
mayoría en ésta define esa frontera. Esta peculiar ingeniería electoral
es resultado de que los candidatos pertenecientes a ese mismo partido
político ganen con cierta facilidad las elecciones. La consecuencia es
redundante: garantiza al partido la mayoría en los congresos locales y
mayor número de representantes en la Cámara de Representantes, no
obstante haber obtenido una votación menor en el voto popular.
Desde la megacrisis de 95-97
que desplomó la economía, el país no había registrado un saldo positivo
en Balanza Comercial hasta 2012, año en que se logró un mínimo pero
significativo superávit de 163 millones de dólares, resultante de una
exportación total de bienes por 370 mil 915 millones y una importación
por 370 mil 752 m (Gráfico 1).
Resultados 2007-2012
No obstante el superávit de 2012, en el sexenio la
Balanza Comercial acumuló un déficit de -36 mil 329 millones de
dólares, saldo poco significativo de una exportación total de 1.812
billones y una importación de 1.848 billones. Tal similitud de cifras
significa que, por lo menos, nos acercamos a un equilibrio en el
comercio exterior (Gráfico 2).
De las nueve grandes secciones aduaneras por tipo de productos,
México es absurdamente deficitario (con enorme potencialidad
desperdiciada) en siete: Agropecuarios y alimentos (-22 mil millones de
dólares en el sexenio); Minerales y químicos, incluyendo el petróleo
(-49 mm); Curtiduría y peletería (-4 mm); Forestales e industria
gráfica (-33 mm); Textiles, calzado y ropa (-13 mm); Minero -
metalúrgicos (-19 mm); y Arte y otros (-23 mm). En las dos secciones
restantes, las de mayor tecnología, somos superavitarios: Maquinaria y
equipo de transporte (123 mm) y Manufacturas diversas (5 mm); ambos
casos resultantes, desafortunadamente, no de una planta industrial
mexicana pujante y competitiva sino del sesgo maquilador que se ha dado
a la industria, sesgo casi inocuo cuando la maquila se confinaba a la
exportación, pero depredador para la industria nacional cuando el país
se volvió maquilador.
Pues nada, que el presidente Enrique Peña Nieto se niega a abrir sus cartas de
modernizaciónenergética –especialmente en el área petrolera–, y en el 75 aniversario de la expropiación cardenista se limitó a repetir lo dicho por sus cinco antecesores en la residencia oficial: “frente a la nación digo que Pemex no se vende ni se privatiza… es y seguirá siendo patrimonio de todos los mexicanos”.
Acto cajonero el de ayer en la refinería de Salamanca, Guanajuato,
durante el cual Peña Nieto reiteró las virtudes de la industria
petrolera (aún) nacional, sus jugosas aportaciones al erario, su
decidida contribución al crecimiento del país y el potencial en
reservas probadas, probables y posibles. Pero del contenido concreto de
su propuesta
modernizadora, nada.
En cambio, ofreció seis
líneas de accióncon las que, dijo, se
transformaráa Pemex, se
liberaráel
gran potencial económicodel país y de
democratizará la productividad(lo que ello quiera decir): nueva estructura organizacional, ética corporativa, promoción del crecimiento verde, incentivar el desarrollo de cadenas nacionales, inversiones de mayor valor agregado y rentabilidad, e incrementar la capacidad de inversión y desarrollo tecnológico. Todo ello, desde luego, para
conservar la propiedad del Estado y maximizar la renta petrolera.
Con eso y un jarrito de atole se lograría, cuando menos, lo
siguiente: “defender la soberanía nacional en el sector energético,
impulsar que la reforma energética apoye la economía familiar, reducir
las tarifas a empresas, elevar la competitividad y garantizar el abasto
seguro y oportuno, con tecnología e inversión necesarias, para
beneficiar a todos los mexicanos…. Con la reforma energética habrá de
mejorar todo México”. Así de sencillo, pero absolutamente nada sobre la
oferta concreta de su gobierno para
modernizar sin privatizar.
Otra vez el cuento de la lechera, de tal suerte que el inquilino de
Los Pinos desperdició la ocasión para utilizar el aniversario de la
expropiación petrolera (el primero en su mandato, que adelantó por su
viaje al Vaticano) para dejar en claro cuál es la ruta por él
propuesta, su alcance, y clarificar de qué se trata su oferta
no privatizadora, según afirma. Que Pemex
no se vende ni se privatizase ha institucionalizado como una frase de ocasión, repetida a lo largo de cinco sexenios, o lo que es lo mismo, en 30 actos conmemorativos del decreto cardenista de 1938.
Por ello, vale el siguiente ejercicio: por el lado priísta, que
es firme propósito de mi gobierno apoyar el fortalecimiento de Petróleos Mexicanos, prometió Miguel de la Madrid, y desde entonces prácticamente
desaparecióla industria petroquímica del Estado, mientras la inversión en la paraestatal cayó dramáticamente; que
en materia de petróleo no aceptamos ninguna obligación que implicara merma en este mandato soberano, aseguró Carlos Salinas, y fraccionó Pemex para facilitar la privatización y abrir una de las puertas traseras por la que entraría el capital foráneo; que
de ninguna manera aceptaremos que la soberanía y la dignidad de México sean instrumento de intereses políticos del exterior, subrayó Ernesto Zedillo, y abrió la otra puerta trasera.
Por el lado panista, que en materia energética
es claro el deseo y el mandato del pueblo de México, por eso va mi palabra de que Pemex no se privatizará, dijo Fox, mientras entregaba, por medio de los
contratos de servicios múltiples, el gas natural a las trasnacionales y daba entrada al capital privado en otras áreas del sector energético nacional; que
seguiremos ejerciendo plena soberanía sobre nuestros hidrocarburos, prometió Felipe Calderón, y para el capital privado rehabilitó los contratos de riesgo disfrazados de
contratos integrales de exploración y producción. Que no se privatiza, pues, y esos cinco gobiernos neoliberales hicieron circo y maroma para proceder exactamente en sentido contrario, y dejar a Pemex en calidad de queso gruyere por cuyos agujeros el capital privado le mete la mano.
Regresó el tricolor, y lo hace con aires
aperturistas. Desde su campaña electoral, e incluso antes, Enrique Peña Nieto prometió
modernizarPemex y dar acceso al capital privado
sin perder la soberanía del Estado. Para ello, su partido, con ideología amoldable, modificó sus estatutos para que la propuesta peñanietista no chocara con los
principios básicosde la empresa… perdón de la organización política, y todos contentos, porque los cambios serían
para beneficio de todos los mexicanos. ¿Y qué se escuchó en el primer aniversario que encabeza Peña Nieto? Por sexto sexenio consecutivo, que Pemex
no se privatiza, sólo se
moderniza. Demasiado discurso vergonzante como para que sea casualidad.
Si Enrique Peña Nieto instruyó a su equipo (o al revés) armar una
reformaal sector energético, pues que hable claro, que abra las cartas, que detalle en qué consiste su oferta, porque finalmente la oferta de
no privatizar Pemextampoco dice nada, toda vez que el tema de fondo no es la entrega de la paraestatal a manos privadas, sino la privatización del mercado energético nacional.
Petróleos Mexicanos puede mantenerse como propiedad del Estado, pero
modernizadacomo una suerte de oficialía de partes, de
registradorade permisos y/o concesiones otorgadas por el gobierno federal, para que el capital privado explore, explote, transforme, transporte y comercialice hidrocarburos. Allí está el caso de la minería, cuya riqueza, oficialmente, es propiedad de la nación, pero sus beneficios, amén de abundantes, son íntegramente privados. Entonces, urge claridad, si la pretensión gubernamental es la credibilidad. Sin la primera, la segunda brillará por su ausencia.
Y para la nota de sociales, ayer en la refinería de Salamanca –como
desde 1996, en cada aniversario de la expropiación petrolera en el que
le ha tocado participar– el autodenominado
líderde los petroleros, el impresentable Carlos Romero Deschamps, llegó con indumentaria de tapete cortesano: derrochó piropos para el inquilino de Los Pinos en turno, y entre líneas, suplicante, le dijo
no seas malito, muñeco: no se te vaya a ocurrir aplicarme la de Elba Esther.
Las rebanadas del pastel
Y si de credibilidad se trata, en los largos discursos
de ayer y las múltiples referencias a la soberanía energética del país
no apareció siquiera una palabra sobre la fantasmal Refinería
Bicentenario, anunciada por primera vez el 18 de marzo de 2008 por
Felipe Calderón, en el 70 aniversario de la expropiación. Cinco años
después ni un tornillo han colocado, por mucho que la dependencia de
combustibles ha crecido como la espuma.
La siguiente reflexión en voz alta no pretende sumarse a lo que el Vaticano ya calificó de
campaña difamatoriaen contra del nuevo Papa, como si una figura pública y además líder religioso de los católicos no estuviese expuesta a las opiniones, juicios y antecedentes que cualquier otro mortal en la mira mediática. O como dirían los voceros del falso orden y el escaso progreso: difamar a Hugo Chávez, sí; cuestionar o atenuar las campanas al vuelo en torno al flamante pontífice, no.
En principio, tanto los sencillos como los hombres de buena voluntad –la Biblia dixit–
de Latinoamérica y el resto del mundo se han llenado de júbilo ante la
elección al papado del jesuita Jorge Mario Bergoglio Sívori (Buenos
Aires, 17 de diciembre de 1936), hijo de una pareja de migrantes
italianos de la región del Piamonte, y a quien su novia de juventud vio
partir ante el indeclinable llamado de una sólida vocación sacerdotal
que lo llevaría al mismísimo trono pontificio, donde ya sufrió su
primer tropiezo al descender del mínimo y riesgoso alzapié. Pero eso ya
parece tango.
Confundidos e indignadosen la delegación Tlalpan
Maricela Contreras, delegada:
los firmantes, vecinos de San Andrés Toltoltepec, nos dirigimos a usted
verdaderamente confundidos, preocupados e indignados por la forma de
actuar del personal a cargo suyo. ¿Sabía usted que en la calle de Palma
65/204 de este pueblo se construye una unidad multifamiliar de 60
departamentos con 100 cajones de estacionamiento, en contra de los
ordenamientos vigentes y violando principalmente el uso de suelo HR
2/70 unifamiliar?, ¿que la obra se ha reactivado, a pesar de dirimirse
en el tribunal de lo contencioso administrativo del DF el juicio
III-48108/2011, en relación con el expediente TLP/DJ/SVR/VAC/007/2010,
que ordenó en octubre de 2010 la clausura y demolición de la
construcción e impuso una multa al responsable, en el que la delegación
Tlalpan y el Invea son partes demandadas?
En
todo el mundo, particularmente en Europa y América Latina, los
asalariados protestan en la calle. Por millones. Exigen que les
devuelvan lo que les acaban de quitar y que no les quiten más. Exigen
empleo. Logran, aquí y allá, cambiar a algún funcionario o quitar las
aristas más agudas a las políticas neoliberales, como alguna vez
propuso López Obrador. Pero no pueden llegar más lejos.
Seguramente
en los documentos que la Auditoría Superior de la Federación (ASF)
emita sobre el manejo de los dineros y los programas del último año del
sexenio que presidió el becario de Harvard, habrá información valiosa
sobre cientos de millones de pesos mal invertidos por el Fondo Nacional
de Fomento al Turismo (Fonatur), en diversas áreas litorales del país.
Especialmente durante los dos gobiernos panistas, Fonatur fue un
organismo utilizado por algunos de sus directivos para hacer negocios
inmobiliarios, de la mano de empresarios nacionales y extranjeros. No
solamente se enriquecieron a costa de los recursos naturales del país,
sino que manejaron muy mal los dineros de esa institución. No debe
extrañar entonces que los nuevos responsables del fondo señalen ahora
que su situación financiera es muy delicada y que se desvió de sus
objetivos centrales.
La
competencia económica es un asunto recurrente en la política pública.
La teoría económica convencional está basada en la noción de la
existencia natural de la competencia en los mercados, con base en la
forma en que se determinan los precios y el acceso a la información.
Idealizar
la sangre siempre es riesgoso. Se le ha trivializado con efectos tan
catastróficos que si hoy alguien la invoca, de volada hay que llevarse
la mano a la cartera. Sobre todo si le atribuyen valores de identidad
racial (la más perversa de sus mitificaciones). La única aproximación
sensata dentro de los parámetros de la razón sería la hematología, rama
de las ciencias médicas que la estudia con imparcialidad y, digamos,
sangre fría. En las religiones ocupa un delicado lugar central, y en el
caso del catolicismo, sacramental; claro, no cualquier sangre, la de
Cristo (y las que se deriven). En las guerras lleva un papel estelar,
fundamental en aquellas que más ensucian a la humanidad: las de
limpieza étnica. La historia enseña que en otra de sus acepciones
metafóricas, la sangre del pueblo ha regado los campos para abonar el
mejor futuro, que unas veces lo consiguió, y otras lo puso peor.
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