10/23/2014

5 Claves para comprender la Masacre de Ayotzinapa


En el Día de Acción Global por Ayotzinapa



1. Ocurre en un contexto de violencia general hacia el pueblo mexicano que lleva ya 8 años.


La masacre de Ayotzinapa es la última expresión de la crisis social que vive México desde hace ocho años, que tiene raíz en las elecciones presidenciales de 2006, la “lucha contra el narcotráfico” que inauguró Felipe Calderón en 2007 y el paquete de reformas estructurales implementadas en el país de un solo golpe por Enríque Peña Nieto. En menos de dos años, entre 2012 y 2014, se aprobaron 11 reformas estructurales que entre otras cosas, dejan en la precariedad laboral a todos los trabajadores mexicanos (Reforma Laboral); bloquean el desarrollo la cultura mexicana desde la niñez (Reforma Educativa) y regalan los recursos energéticos y legalizan el fracking (Reforma Energética).
Pero esta masacre, que involucra 6 personas asesinadas, (3 de ellos estudiantes, uno de los cuales apareció desollado al día siguiente), 29 personas heridas (17 de ellos estudiantes, y dos gravemente heridos) y 44 estudiantes desaparecidos de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, se superpone a múltiples casos de violencia de Estado, como la masacre de Tlatlaya (Estado de México), en la que el ejército mexicano ejecutó a 23 personas el 30 de junio de 2014.
Así que, el asesinato contra estudiantes campesinos no se puede entender como un hecho aislado. Este próximo 12 diciembre se cumplen 3 años del asesinato de dos estudiantes de esta misma Escuela Normal Rural por parte de la policía federal, cuando intentaban despejar un bloqueo que mantenían los estudiantes en una de las autopistas más importantes del país, la “Autopista del Sol” (que vincula la ciudad de México con el puerto de Acapulco), para exigir un diálogo con el Gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, con el objeto de defender el acceso automático a plazas de profesores, que la reforma educativa pretendía eliminar.
De manera que la lucha de los normalistas se inscribe directamente en el contexto de la defensa de los derechos laborales y del financiamiento público y el acceso a la educación que la aprobación de las reformas laboral y educativa han condenado definitivamente.

2. Es un ataque frontal a un esquema de educación popular involucrado con la lucha social en las zonas rurales de México.

La Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” fue fundada en 1926 como parte de un proyecto educativo que incluyó originalmente 29 Escuelas Normales Rurales, que tenían como objetivo facilitar el acceso a la educación a los hijos de los campesinos en las zonas rurales más aisladas del país1. Del proyecto original, que en la década de 1920 pretendía expandirse a otros Estados de la República Mexicana, actualmente sobreviven 15 Normales Rurales que atienden a más de 6 mil alumnos que provienen de algunas de las comunidades rurales más marginadas del país y constituyen para las familias pobres del campo, una oportunidad para que sus hijos accedan a una carrera profesional2
Después del movimiento estudiantil de 1968, el Estado cerró 12 Escuelas Normales Rurales, y a partir de 1994 la presión por desaparecer este modelo educativo se reactivó. Es importante señalar que en el proceso de desaparición de la última Escuela Normal Rural cerrada por el Estado mexicano, participaron dos gobernadores del estado de Hidalgo que actualmente son encargados de la investigación y esclarecimiento de la masacre de Ayotzinapa: Jesús Murillo Karam, actual director de la Procuraduría General de la República y Osorio Chong, actual Secretario de Gobernación3.

Escuelas Normales Rurales
1. Escuela Normal Rural "Justo Sierra Méndez" Cañada Honda, Aguascalientes 10. Escuela Normal Rural "Gral. Emiliano Zapata" Amilcingo, Morelos
2. Escuela Normal Rural "Justo Sierra Méndez" Texechopan, Hecelchakán, Campeche 11. Escuela Normal Rural Vanguardia Pueblo Villa De Tamazulapam Del Progreso, Oaxaca
3. Escuela Normal Rural Mactumactzá Tuxtla Gutiérrez, Chiapas 12. Escuela Normal Rural "Carmen Serdán" Chalahuico, Teteles de Avila Castillo, Puebla
4. Escuela Normal Rural "Ricardo Flores Magón" Saucillo, Chihuahua 13. Escuela Normal Rural "Gral. Plutarco Elías Calles" El Quinto, Etchojoa, Sonora
5. Escuela Normal Rural "J. Guadalupe Aguilera" Aguilera, Canatlán, Durango 14. Escuela Normal Rural De Tamaulipas "Mtro. Lauro Aguirre" Güémez, Tamaulipas
6. Escuela Normal Rural "Profr. Raúl Isidro Burgos" RancherÍa Ayotzinapa, Acatempa, Tixtla de Guerrero, Guerrero 15. Escuela Normal Rural "Lic. Benito Juárez" Panotla, Tlaxcala
7. Escuela Normal Rural "Miguel Hidalgo" De Atequiza Ixtlahuacán de los Membrillos, Jalisco 16. Escuela Normal Rural "General Matías Ramos Santos" (560) San Marcos, Loreto, Zacatecas
8. Escuela Normal Rural "Gral. Lázaro Cárdenas Del Río" Tenería, Toluca, Estado de México Escuela Normal Rural “Luis Villarreal”
El Mehe, Hidalgo (cerrada en 2008)
9. Escuela Normal Rural "Vasco De Quiroga" (550) Agua Zarca, Morelia, Michoacán de Ocampo Escuela Normal Rural "Enrique Rodríguez Cano",
Ximonco, Perote, Veracruz (cerrada en 1968)

Fuente: Directorio Completo de las Escuelas Normales de la República Mexicana, Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación, http://www.dgespe.sep.gob.mx/rs/ens/directorio/escuelas
La Normal de Ayotzinapa, se encuentra en el municipio de Tixtla, en el Estado de Guerrero. Actualmente mantiene, prácticamente sin recursos, a 540 alumnos que estudian para ser profesores de educación primaria, algunos especializados en educación bilingue. En la Normal de Ayotzinapa se formaron Lucio Cabañas y Genaro Vázquez, dos de los líderes sociales más influyentes de la década de 1960, hecho que ha estigmatizado a este Normal en particular como un “semillero de guerrilleros” (Elba Esther Gordillo, líder del Sindicato de la Educación SNTE, dixit). De manera que el ataque contra la labor social de la Normal de Ayotzinapa siempre ha sido frontal y lleva más de 70 años.
Un profesor de normales rurales jubilado consideró que la masacre de Ayotzinapa responde al surgimiento de una fuerte resistencia social que ha tenido impacto en las comunidades cercanas. El profesor considera que “cerrar las puertas para la educación, frenaría a los pueblos, porque las normales han servido para rescatar la cultura, usos y costumbres de éstos y elevar su nivel de vida; en el aspecto cultural, al cerrar estas escuelas se les quitaría esa oportunidad de acceder más a la cultura y a la educación”4

Tras la masacre, el apoyo popular de los habitantes de Tixtla tiene clara la razón por la que apoyan a los normalistas de Ayotzinapa. “¿Por qué? Porque esta escuela es el símbolo de Tixtla. Hace un año tuvimos una contingencia, se inundó el pueblo (cuando las tormentas Ingrid y Manuel ), y los únicos que ayudaron fueron ellos y la policía comunitaria. Los únicos”. Días después, cuando cientos de policías comunitarios de la montaña de Guerrero llegaron a Iguala para emprender la búsqueda de los normalistas desaparecidos, uno de ellos declaró: ‘‘Ayotzinapa hace nuestros maestros y por eso nos representa”.

3. Los normalistas encabezan el enfrentamiento con los poderes locales, ligados al narcotráfico

La masacre de los normalistas ocurrió en Iguala, a 256 km de la sede de la Normal de Ayotzinapa. El 26 de septiembre, un grupo de normalistas se trasladó hasta Iguala con el objetivo de recolectar fondos para asitir a la marcha del 2 de octubre que se realiza cada año en la capital de México para conmemorar la masacre de Tlatelolco, donde fueron asesinados cientos de estudiantes en 1968. Resulta paradójico que después de la masacre, una organización de derechos humanos (Human Right Watch) haya considerado que el caso de Ayotzinapa es el ataque a estudiantes más graves desde 19685.

Primer ataque

En la plaza central de Iguala, María de los Ángeles Pineda Villa, presidenta del DIF (Desarrollo Integral de la Familia) y esposa del presidente municipal de Iguala, rendía un informe de actividades, que en realidad era el lanzamiento de su campaña política para la alcaldía en 2015. Para evitar que su presentación política fuera opacada, Ángeles Pineda ordenó al director de Seguridad Pública Municipal, Felipe Flores, impedir el avance de los normalistas6; sin embargo ante la persistencia de los estudiantes por realizar su colecta en la plaza pública, ocurrió el primer ataque de la policía municipal contra los normalistas, quienes respondieron con piedras y palos.

Algunas versiones preliminares señalaron que los normalistas ingresaron al centro de Iguala por calle Galeana, donde fueron interceptados por disparos (al parecer al aire) de uno de los guardaespaldas de Ángeles Pineda y por policías municipales; este primer ataque, en el que resultaron heridos varios normalistas, causó pánico entre los asistentes al evento de la presidenta del DIF7, lo que enfureció al presidente municipal de Iguala, Jose Luis Abarca.

Segundo ataque
Minutos después, tras presionar a los operadores de líneas de autobuses, los estudiantes lograron conseguir tres camiones para regresar a Ayotzinapa. Desde que salieron de la terminal de Iguala, las patrullas municipales intentaron cerrar el paso a los estudiantes y dispararon ráfagas intermitentes. Más adelante (a la altura de Avenida Álvarez) una patrulla (320) de la policía municipal bloqueó la avenida para impedir el avance de los tres camiones que los transportaba y otras patrullas más (017, 018, 022, 027 y 028) rodearon a los camiones, mientras más de 30 policías se colocaron en posición de ataque.

Dos estudiantes del primer autobús bajaron a empujar la camioneta para que el convoy pudiera salir de Iguala; la policia respondió con disparos, e hirió gravemente a Aldo Gutiérrez Solano con un disparo en la cabeza. Cuando intentaron moverlo rafaguearon nuevamente. Al parecer, uno de los camiones logró escapar del lugar con las llantas ponchadas, y llegó hasta el nuevo Palacio de Justicia; mientras que los normalistas de otro camión lograron bajar para resguardarse del ataque que duró alrededor de 40 minutos, y en el cual murió Daniel Solís Gallardo . Otro grupo de normalistas abordo del último camión fueron rafagueados, rodeados, bajados y sometidos en el piso por los policías municipales. Después de un rato los subieron a las patrullas y desde entonces se encuentran desaparecidos.

Tercer ataque

Dos horas más tarde, cuando terminó la segunda agresión llegaron ambulancias a recoger a los heridos. Los normalistas lograron comunicarse con miembros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG) y citaron una conferencia de prensa para exigir la liberación de sus compañeros retenidos por la policía municipal. En ese momento otro comando armado emprendió el tercer ataque en el que murieron 2 estudiantes más: Julio César Ramírez Nava, cuyo cuerpo permaneció tres días sin ser reconocido, y Julio César Mondragón quien prefirió escapar durante el ataque y apareció desollado al día siguiente.

Durante el tercer ataque, los normalistas se dispersaron por las calles de Iguala. Uno de ellos cuenta: “Corrimos, brincamos una barda y nos metimos en una casa, pero el señor que era el dueño nos pidió salir después de unas horas. Éramos como 20. No quisimos salir. Lo hicimos hasta que el comité nos avisó que irían por nosotros. Fueron los soldados y nos llevaron a declarar”8 .

Otro grupo logró trasladar a su compañero Edgar Andrés Vargas9 , herido de bala en el rostro, a un hospital privado cerca del lugar, pero no recibieron atención. En una entrevista, Ricardo Herrera, el médico cirujano en turno señaló: “Vi al herido, pero no lo atendí porque no era mi responsabilidad”. En cambio llamó a la policía municipal, que había disparado horas antes a los normalistas, para que los llevara lejos del hospital privado10.

Un normalista relató que al hospital “los soldados llegaron en minutos, cortando cartucho, insultando. Nos trataron con violencia y nos quitaron los celulares. Al médico de guardia le prohibieron que atendiera a Édgar”11. Otro señaló: “En ese momento lo primero que me vino a la mente –y estoy seguro de que no sólo a mí– fue Tlatlaya. Era el momento idóneo: 1:30 de la madrugada, solos en un hospital casi desértico. Incomunicados. Pensé: éstos tienen como tres horas para armar todo un escenario, llevarnos y quién sabe qué hacer con nosotros”12.

En otro punto de la ciudad, ocurrió otro ataque en el que murieron 3 personas más: Blanca Montiel Sánchez, a bordo de un taxi; David Josué García Evangelista de 14 años , miembro del equipo de fútbol de tercera división “Los avispones de Iguala”, que al regresar de un partido de futbol fueron confundidos y atacados por la policía municipal; y Víctor Manuel Lugo Ortiz , chofer del autobús de los futbolistas.

Semanas después del ataque un encargado del SEMEFO de Iguala declaró que la madrugada del 27 de septiembre: “ N os reportaron un cuerpo a las 12:30 de la noche. Se encontraba en la cinta asfáltica abajo de un taxi. Era un femenino. De allí nos mandan 500 metros más adelante a un autobús donde había un menor, futbolista. Luego nos solicitan que vayamos al Periférico, donde estaban los dos estudiantes de los autobuses. A las 9 de la mañana nos reportan otro cuerpo en la ciudad industrial en un perímetro de 500 metros donde fue la balacera. Fue el joven desollado. Lo mataron con un golpe en la cabeza. Luego se hicieron las necropsias de ley. Ocho días después mi preocupación era cómo íbamos a bajar 28 cuerpos del cerro. Caminando y cargando”13 . En Iguala de enero a octubre han aparecido 81 cuerpos en fosas clandestinas.

4. Tras la pregunta ¿Qué hacían en Iguala? Se busca vincular a los normalistas con el narcotráfico.

Sin embargo, es el Estado, y no los normalistas, quien debe responder por múltiples casos y formas de desvío de poder, así como por sus conexiones con redes de narcotráfico y lavado de dinero.

El actual presidente de México, Enríque Peña Nieto (EPN) inició su campaña política a la presidencia en medio del repudio organizado en torno del movimiento estudiantil #YoSoy132; surgido tras el repudio que recibió EPN en su visita a la Universidad Iberoamericana14, en donde estudiantes de la institución privada, reclamaron al entonces candidato presidencial su actuación en la violenta represión en Atenco en 200615 (donde se pretende desde 2001 construir el nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México; proyecto reactivado en septiembre de 2014 por EPN16). Durante la elección, en julio de 2012, se denunciaron cientos de irregularidades, suficientes para haber cancelado la elección; es el caso de la distribución de monederos electrónicos de una tienda de autoservicio (Soriana) y un banco (Monex)17 cuyo financiamiento apunta directamente a redes internacionales de lavado de dinero, en las que están involucradas empresas trasnacionales de construcción, beneficiadas directamente durante la adminsitración de EPN como gobernador del Estado de México (2006-2011) y ahora, como presidente de la República18. El 1° de diciembre de 2012, estrenó la presidencia reprimiendo las fuertes manifestaciones de repudio, encarcelando a algunos de los jóvenes que protestaron durante su toma de protesta y con el asesinato de un manifestante por parte de la policía antimotines desplegada para contener el descontento social que causó el regreso del PRI a México19. Desde entonces, el gobierno de EPN se ha caracterizado por el avance de reformas estructurales (laboral, educativa, hacendaria, fiscal, energética, de telecomunicaciones, electoral, etc.)20, el aumento de la violencia social21 y la complicidad y el silencio de los medios de comunicación22.

El actual gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero es recordado por haber sustituido a Rubén Figueroa Alcocer tras la masacre de Aguas Blancas (18 indígenas en 1995)23 y porque durante su gobierno interino ocurrió la masacre de El Charco (11 indígenas, 1998)23. Durante su actual administración, le ha delegado el poder a su secretario de Finanzas, Jorge Salgado, y a su sobrino, Ernesto Aguirre, quien no tiene ningún cargo público, pero que se desempeña tareas de seguridad, comunicación social, enlace con dirigencias políticas y con familiares, ong's y representantes de presos políticos. En 2009, como subdelegado del ISSSTE fue acusado de desviar fondos para la campaña de su primo Ángel Aguirre Herrera como candidato del PRI para una diputación federal24. Empresarios guerrerenses y colaboradores cercanos señalan que el gobernador ha solapado múltiples homicidios que involucran a los presidentes municipales de Guerrero. El más reciente fue el secuestro y asesinato en 2013 de 3 activistas vinculados al PRD local, uno de los cuales fue directamente ejecutado por Jose Luis Abarca (presidente municipal de Iguala); pero cuya investigación ha sido desechada frente a las solicitudes realizadas por la cámara de diputados, tanto por Jesús Murillo Karam, Procurador General de Justicia de México, como por el propio gobernador Ángel Aguirre. Por ello es que familiares de las víctimas del triple homicidio, aseguran que Ángel Aguirre hubiera podido evitar la masacre de Ayotzinapa, si hubiera investigado y castigado a Jose Luis Abarca desde el año pasado. Ahora también se sabe que Ángel Aguirre supo de la masacre en el momento en que ocurría, pero no actuó porque el presidente municipal de Iguala “no contestó el teléfono”, y su actuación habría ido en contra de los protocolos del “mando único”. Bajo su mandato, e l estado de Guerrero registra la más alta tasa de homicidios25: en 2011 se registraron 2,158 averiguaciones por homicidios; 2,310 en 2012 y 2,087 en 2013.

El actual presidente municipal de Iguala, Jose Luis Abarca Velázquez comenzó vendiendo sombreros; de pronto ingresó en el negocio de la compra-venta de oro y terminó poseyendo centros joyeros y una plaza comercial en el centro de Iguala26. Ingresó en la política como parte del grupo de empresarios que apoyaba al ex-alcalde de Iguala Lázaro Mazón (Secretario de Salud de Guerrero, y miembro del Movimiento de Regeneración Nacional-MORENA, dirigido por Andrés Manuel López Obrador). Desde su ingreso, las organizaciones sociales locales lo acusaron de desatender servicios sociales y obra pública en colonias populares, de hostigamiento a vendedores ambulantes en el centro de Iguala, del robo del dinero público y más tarde, de la ejecución de sus principales adversarios políticos, como el primer síndico de Iguala, Justino Carbajal Salgado. La regidora del ayuntamiento de Iguala, Sofía Mendoza, la única que mantuvo una postura crítica frente al presidente municipal, lo acusa del secuestro de siete miembros de la Unión Campesina Emiliano Zapata (UCEZ) y del asesinato de su esposo, el agrarista Arturo Hernández Cardona, de Ángel Román y de Rafael Bandera.

Días antes, en una reunión pública, Arturo Hernández cuestionó la versión oficial sobre la muerte del síndico, exigió al alcalde de Iguala que retirara a sus familiares de la presidencia municipal y lo responsabilizó por lo que pudiera pasarle a él y a sus compañeros; posteriormente, asentó sus denuncias ante un Ministerio Público: “ Te hacemos responsable si alguien de nosotros fallece por balas criminales y asesinas; te hacemos responsable si algún compañero nuestro cae abatido en esta lucha donde estamos exigiendo que salgan tus familiares de este ayuntamiento”27. Al día siguiente, Arturo Hernández y seis compañeros más fueron secuestrados, y cuatro días después, fueron encontrados los cuerpos de tres de ellos. Uno de los sobrevivientes, Nicolás Mendoza, declaró ante la SEIDO en 2013, que Jose Luis Abarca asesinó directamente a Arturo Hernández como represalia por haber tomado la caseta de ingreso a Iguala en demanda de fertilizantes28.

Enseguida, familiares, activistas, organizaciones sociales, Amnistía Internacional y Human Right Watch solicitaron al gobernador y a la Procuraduría General de la República (PGR) la investigación del alcalde29. Incluso, l a Comisión Permanente del Congreso de Guerrero solicitó a la PGR atraer las investigaciones. Sin embargo , ni el gobierno del Estado ni la PGR dieron seguimiento al caso. Ángel Aguirre incluso acudió a Iguala a tomarse una foto con Abarca, mientras que Murillo Karam se negó a participar en crimenes que consideró “del fuero común”. En cambio, en enero de 2014 el obispo de Saltillo Raúl Vera junto con la Red Solidaria Década contra la Impunidad llevaron el caso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) quien emitió recomendaciones al gobierno del Estado. La Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos “Todos los Derechos para Todas y Todos” denunció agresiones a 30 luchadores sociales en Iguala. Las 200 desapariciones registradas en Iguala de 2005 a 2014, contrastan con las 250 desapariciones documentadas por HRW a nivel nacional entre 2006-2012 en su informe de 2013 y con la lista de 26 mil desapariciones reconocidas por la Secretaría de Gobernación entre 2006 y 201230.

La esposa del presidente municipal, María de los Ángeles Pineda Villa, es heramana de tres operadores del cártel de los Beltrán Leya: “El molón”, “El borrado” y “El MP”. Los dos últimos fueron asesinados en 2009, como parte del reacomodo y desmantelamiento de los cárteles locales, mientras que “El molón” es el actual jefe de plaza de “Los Guerreros Unidos”.

Los estudiantes de Ayotzinapa estaban el 26 de septiembre en Iguala encabezando un movimiento social en contra la violencia general que vive el pueblo de México desde hace 8 años. Querían evidenciar el acto de campaña velado de un miembro de Guerreros Unidos para permanecer en el municipio de Iguala. Lograron eso y mucho más, pero les costó la vida de 3 de sus compañeros, 2 que se encuentran gravemente heridos (en hospitales del Distrito Federal), y la desaparición de otros 43 de sus compañeros.

5. La reacción de la sociedad mexicana.

La guardería ABC, las narco-fosas de San Fernando, la masacre de V illas de Salvacar, el asesinato de los normalistas, el incendio del Casino Royal y la masacre de Tlatlaya, son solo algunos de los casos emblemáticos del grado de violencia que vive el pueblo de México. Pero ninguno había llevado a la sociedad mexicana a un punto de explosión e indignación como la reciente masacre de Ayotzinapa.

Algunos de los episodios más violentos en contra de población civil en México.
2 de octubre de 1968, Tlatelolco, cientos de muertos y desaparecidos durante un mitin del movimiento estudiantil.
10 de junio de 1971, Ciudad de México, decenas de muertos y desaparecidos durante marcha estudiantil.
28 de junio 1995, Aguas Blancas, Guerrero, 17 campesinos asesinados
22 de diciembre 1997, Acteal, Chiapas, 45 indígenas asesinados
15 de noviembre de 2008, Morelia Michoacán, 7 muertos y 132 heridos
5 de junio de 2009, Hermosillo, Sonora, 49 niños muertos en Guardería ABC
31 de enero de 2010, Villas de Salvarcar, Chihuahua, 16 estudiantes asesinados
18 de julio de 2010, Torreón Coahuila, 18 personas asesinadas
23 de agosto de 2010, San Fernando, Tamaulipas, 72 migrantes asesinados
27 de octubre de 2010, Tepic, Nayarit, 15 jóvenes asesinados
6 de abril de 2011, San Fernando, Tamaulipas, 193 migrantes asesinados
abril de 2011, Ciudad Victoria, Durango, 340 personas enterradas en fosas
25 de agosto de 2011, Casino Royale, Monterrey, 52 personas asesinadas

Las versiones oficiales contabilizan 26 mil personas desaparecidas y hasta 150 mil asesinatos en México en los últimos 10 años31. De acuerdo a la OMS, cuando la tasa de asesinatos es mayor a 10 por cada 100 mil habitantes se considera epidémica32. En México, en 2012 se registró una tasa de 20.34; mientras que en el Estado de Guerrero llegó a 68.17; aunque para 2013 las tasas descendieron a 16.17 y a 61.59 respectivamente.

En el Estado de Guerrero en 2014, el robo con violencia aumentó en 17.48%, los delitos sexuales de 232 a 248 casos; y aunque hubo bajas del 26.54% en homicidios dolosos y de 40% en los secuestros, Guerrero mantiene las tasas más altas a escala nacional. En 2013, las ciudades más violentas de Guerrero, incluidas en el Plan Nacional de Prevención del Delito, presentaron tasas de homicios de 111 en Acapulco, 67 en Chilpancingo y 54 Zihuatanejo. Aunque Iguala no había sido incluída, en 2014 se ha convertido en la tercer ciudad más violenta del Estado, superando a Zihuatanejo y Coyuca de Benítez33.

La perspectiva de los normalistas de Ayotzinapa sobre la violencia en México es sencilla: “ Somos dos bandos. Lo que voy a decir tal vez haya quien lo considere como un discurso del pasado. Es la lucha de clases. No hay más. Para nosotros nuestra lucha es justa, para ellos es injusta”34.

A continuación se presenta una cronología no exhaustiva de los hechos ocurridos desde el 26 de septiembre a partir de notas periodísticas organizadas en cinco escalas: 

1) en el lugar de la masacre, Iguala;

 2) en la sede de la Normal de Ayotzinapa y la capital del Estado, Tixtla y Chilpancingo; 

3) en el Estado de Guerrero; 

4) en el Distrito Federal; 

5) en México, divido en las reacciones del pueblo mexicano y de la clase política; y 

6) la solidaridad y la reacción de instituciones a nivel mundial. Tal acomodo, se ofrece como un llamado a una tarea urgente para todos los mexicanos: entender y explicarnos por qué hasta ahora el pueblo ha reaccionado ante la violencia en México y dilucidar hasta dónde puede llegar la indignación y el hartazgo que está moviendo a México.


Notas: 
9Edgar Andrés Vargas de 19 años, es uno de los 10 indígenas huaves de Oaxaca inscritos en la Normal de Ayotzinapa; el disparo que recibió en el rostro le destrozó el marxilar superior y la base de la nariz; fue sometido a una cirugía reconstructiva en un hospital del Distrito Federal; su padre, Nicolás Andrés es uno de los 13 indígenas huaves expulsados de San Francisco del Mar Pueblo Viejo, en Oaxaca, por el agente municipal del PRI, quien lo quería obligar a votar por su partido.
Adrián Flores. Colectivo Ratio 

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