Durante
las primeras horas de la noche del 26 y la madrugada del 27 de
septiembre pasado, en la Comunidad de Iguala, Estado de Guerrero,
ocurrió una masacre contra los estudiantes de la Normal Rural “Raúl
Isidro Burgos”, en donde resultaron 3 estudiantes asesinados y otros
43, hasta la fecha se encuentran en calidad de desaparecidos; el acto
fue cometido por la policía municipal en coordinación con el cártel del
narcotráfico que opera en la región, denominado “Guerreros Unidos”.
Esta
Normal Rural, que acoge a estudiantes aspirantes a profesores, es más
conocido como Normal de “Ayotzinapa”, se ubica en el municipio de
Tixtla, Guerrero, entre el Distrito Federal y el Pacífico Mexicano, a
una distancia de 125 kilómetros al sur de la Comunidad de Iguala, donde
ocurrió la masacre.
Ese día los estudiantes, en su mayoría de
reciente ingreso a la normal, habían acudido a realizar un boteo
(recolectar la aportación económica voluntaria de la población), como
regularmente lo hacen con la finalidad de hacerse de recursos para las
diversas actividades educativas, culturales y políticas; al atardecer
se disponían a emprender el regreso, no sin antes tomar autobuses para
su retorno al centro educativo que a la vez les ofrece dormitorio y
alimentación como una especie de internado. La toma de los autobuses
también tenía como objetivo utilizarlas para el traslado a la
manifestación que se realizaría el 2 de octubre en la capital del país,
con motivo de la reivindicación de la masacre de estudiantes en el año
de 1968, fecha en que cada año se realizan movilizaciones estudiantiles
en todo el país.
Los estudiantes ya tenían en posesión un
autobús que trasladaba a un equipo de fútbol de adolescentes, se
dirigían hacia la salida de la comunidad de Iguala cuando un convoy de
policías municipales los interceptó, detuvo el autobús, una comisión de
estudiantes descendió de la unidad, al momento de dirigirse hacia la
policía para dialogar, recibieron la primera ráfaga de disparos, del
cual cayó batido uno de los estudiantes, y una decena resultaron
heridos, incluyendo a los adolescentes que viajaban en el autobús.
En
medio de la confusión, los estudiantes se dispersaron aterrorizados,
así inició la cacería y la tragedia que ha conmovido a México y al
mundo.
La persecución fue brutal en las siguientes horas en toda
la población (el segundo estudiante que cayó, fue en un taller
mecánico); no sólo intervino la policía municipal, sino sicarios de los
“Guerreros Unidos”, la omisión del Ejército Mexicano que tiene una zona
militar en la población, así como de los cuerpos policíacos estatales y
federales que también tienen sus destacamentos en la localidad, es
parte de toda la maraña del modelo fascista que se ha venido
evidenciando a lo largo de los días siguientes.
Asimismo, la
masacre de los estudiantes de Ayotzinapa, se ha convertido en un
catalizador de toda una serie de inconformidad acumulada del pueblo
guerrerense, la comunidad estudiantil y todo el pueblo de México, que a
lo largo de los 24 días que lleva la lucha por la presentación con vida
de los 43 de ayotzinapa, ha dado muestras puede transitar a un nuevo
estadio en el país.
Iguala: capital del fascismo a la mexicana
Al
siguiente día (27 de septiembre), empezó la revelación de la
podredumbre, la pestilencia y el grado de descomposición del régimen
mexicano, cuando fue localizado a un tercer estudiante asesinado, a un
lado de la carretera, muy cerca de donde fue la primera agresión, el
cadáver mostraba señales de tortura inimaginables, su rostro estaba
totalmente desgarrado, le arrancaron sus ojos.
Poco a poco, fue
fluyendo la noticia, las imágenes recorrieron el mundo, no se trataba
solamente de una represión cualquiera lo que se había dado en Iguala,
ni era sólo un hecho aislado, mucho menos se trataba de la intervención
de narcotraficantes alejados del aparato estatal; era un hecho
perfectamente coordinado con la policía estatal, con la intervención
activa o cuando menos la tolerancia de los gobiernos estatales y
federales; a estas alturas de la partida, se ha confirmado que fue una
masacre de estado.
La telaraña fascista se empezó a desenredar
una vez detenido un grupo de policías municipales que reciben órdenes
del Presidente Municipal José Luis Abarca (narcoempresario muy conocido
en la región), cuya esposa es hermano de un excolaborador de un famoso
narcotraficante Arturo Beltrán Leyva, hecho conocido por todas las
estructuras militares, de inteligencia y políticas del estado mexicnao;
además, unos días después de la detención de los policías municipales
el cártel de los “Guerreros Unidos” colocó mensajes en varios puntos de
la localidad exigiendo la liberación de los policías bajo la amenaza de
rebelar toda la complicidad del gobierno con el narcotráfico, quedando
claro con ello la pertenencia al narcotráfico de los policías
municipales detenidos.
El gobierno federal de Enrique Peña Nieto
del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el estatal de Angel
Heladio Aguirre Rivero con filiación al Partido de la Revolución
Democrática (PRD), frente a la revelación de esta punta del Iceberg, de
la actual composición del narcogobierno, se apresuraron a evitar que se
siga revelando el verdadero carácter del régimen mexicano, al ver que
eso era incontenible, pusieron la cabeza del presidente municipal sobre
la mesa, no sin antes dejarlo huir (ahora prófugo de la justicia, junto
con su director de la policía municipal), para después echarle toda la
culpa.
Las revelaciones no pararon ahí, resulta que José Luis
Abarca, tenía en su principal protector y padrino (promotor político)
en Lázaro Mazón, quien hasta hace unos días era el Secretario de Salud
del Gobierno del Estado de Guerrero (ahora fue despedido y ha tenido
que asumir un proceso legal); son incontables los vínculos entre este
narcogobierno del municipio de Iguala y el gobernador del estado,
inclusive en las redes sociales Abarca, solía presumir sus selfies, con
el propio Enrique Peña Nieto.
Además, la Procuraduría General de
la República (PGR), los órganos de inteligencia del país, el sistema de
justicia estatal, conocían a detalle la fisonomía política y criminal
del presidente municipal de Iguala, es más, hubo desde hace muchos
meses, denuncias formales-legales y denuncias públicas de diversos
actores políticos del municipio, el estado y el país, sobre el carácter
criminal de este narcopresidente, que tiene en su haber otros crímenes
de los cuales se le había acusado, los cometió junto con la
delincuencia organizada, pero nadie hizo nada ¿Por qué?...
Esto
explica, porqué no intervinieron los cuerpos policíacos estatales y
federales, ni el ejército mexicano que tiene su base en la zona militar
ubicada en la misma comunidad, a pesar de que la persecución duró
varias horas, los disparos de arma de fuego de alto calibre detonaron
en distintos puntos de la población desde las primeras horas de la
noche del 26 de septiembre hasta la madrugada del siguiente día. Esto
explica también, porqué no se le detuvo inmediatamente al
narcopresidente municipal, ni al jefe de la policía; tampoco se
iniciaron las diligencias inmediatamente para dar con el paradero de
los estudiantes desaparecidos, dejando pasar una eternidad, con el
objetivo de que pudiera borrarse perfectamente las evidencias de este
crimen de lesa humanidad.
La búsqueda de los 43 estudiantes
desaparecidos que inició muchísimas horas después, además de la no
localización hasta ahora de los desparecidos, puso en escena, que en
Iguala la masacre en masa es parte de la vida común en el municipio,
por doquier se han localizado fosas clandestinas, hasta la fecha más de
29, lo que ha convertido a esta población en un terrorífico cementerio;
las decenas de cuerpos que se han localizado, están calcinados, hay
evidencias que muchos de ellos fueron quemados vivos ¿A quienes
corresponden esos cuerpos calcinados, si no son de los estudiantes?
¿Serán otros opositores políticos? Son preguntas que hasta ahora no
encuentran respuesta...
Los hechos en Iguala no son aislados, ni
únicos, en el país, durante los últimos 10 años, con los gobiernos del
PAN (Partido Acción Nacional), el PRI y en muchos estados del país
donde gobierna el PRD también, hay más de un tercio del millón de
desaparecidos, con el pretexto de la guerra contra el narcotráfico, que
ahora queda más que evidenciado, es sólo un pretexto; ¿Donde están los
cementerios clandestinos de todos estos desaparecidos? ¿Habrán sido
calcinados, también? ¿Será posible que a estas alturas del desarrollo
tecnológico del espionaje, la inteligencia militar, sea posible que
pase en el país todo esto sin que nadie se dé cuenta?
Todo
parece ser que Iguala es exactamente la punta del Iceberg, por donde se
puede entender la fisonomía de un régimen totalmente podrido que supura
hedor y chorrea pus por todas partes.
No hay duda, Iguala es la
capital del fascismo a la mexicana, que se distingue de otras épocas
fascistas de la fusión de la estructuras del narcotráfico, los partidos
políticos burgueses, el aparato estatal y la oligarquía financiera. Es
la capital del fascismo que ha logrado sintetizar el terror de todas
las épocas anteriores, en un modelo perfeccionado para destruir
masivamente las fuerzas productivas y ejercer la dictadura burgués,
Desde
la misma noche del 26 de septiembre inició la etapa de movilizaciones,
para repudiar la agresión a los estudiantes de Ayotzinapa y exigir la
presentación con vida de los desaparecidos, al paso de los días, la
indignación, el luto y la impotencia de las masas populares de todo el
país, poco a poco se ha transformado en lucha callejera; la opresión
acumulada de los últimos años sobre la clase obrera, la imposición de
las reformas neoliberales dictados desde el BM, el FMI y la OCDE, los
fraudes electorales, han encontrado en este momento político un espacio
para expresarse a manera de movilización en las calles y plazas del
país, convirtiendo así en Ayotzinapa en esa palanca que hace girar la
rueda de la historia en favor de la lucha del proletariado y las masas
populares.
El primer engrane, ha sido revitalizar todas las
fuerzas del sufrido pueblo de Guerrero, para volcarlas a la calle, por
la exigencia de justicia y por el repudio al gobierno de ese estado,
retomando la consigna de presentación con vida, la de la caída del
Gobernador y la lucha histórica por la instauración de un Gobierno
Popular y Democrático, así como la convocatoria a una Nueva
Constituyente. En el estado se ha lanzado la consigna de fortalecer la
policía comunitaria (una especie de milicias populares), y la toma de
municipios, como una forma de avanzar en la construcción del poder de
las masas desde abajo.
El segundo remolque de esta
revitalización de la lucha, es en el sector estudiantil, la Normal de
Ayotzinapa forma parte de la Federación de Estudiantes Campesinos
Socialistas de México (FECSUM), que aglutina a alrededor de 15 escuelas
de su tipo, ubicados en distintas partes del país que han demostrado
ser una reserva importante de la lucha estudiantil y popular; la
tragedia de Ayotzinapa ha coincidido con la Huelga del Instituto
Politécnico Nacional (IPN), que se desató contra los efectos de la
reforma educativa, en los días pasados ha llegado a movilizar hasta 50
mil estudiantes en la capital del país; a partir de ambos proceso
jalonadores, las universidades del país se han vuelto un hervidero de
la lucha de clases, mostrando su músculo ya por dos ocasiones (2 de
octubre, paro de 48 horas los días entre el 14 y 16 de octubre),
durante el paro estudiantil, más de 30 centros educativos importantes
se sumaron; ahora está convocado un segundo paro nacional entre el 23 y
23 de octubre, que promete superar por mucho el pasado paro.
Un
tercer engrane que se ha reactivado, es la del movimiento magisterial
democrático; tienen vínculos muy sólidos con los estudiantes
normalistas, ahora está coincidiendo lo que los maestros llaman el Plan
Estratégico de la CNTE (Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la
Educación), hacia la Huelga General, que preveen estallar a inicios del
próximo año, con la lucha creciente de la coyuntura actual.
Finalmente,
todas las fuerzas democráticas, progresistas y revolucionarias, han
salido a las calles muchos en solidaridad, pero la mayoría con sus
propias demandas y aspiraciones, para unirse a la lucha por la
presentación con vida, pero sobre todo contra el régimen mexicano en
general; una muestra clara de esta potente ascenso coyuntural de la
lucha de las masas fue la jornada de movilizaciones del pasado 8 de
octubre, que en todos los rincones del país y en muchos países del
mundo movilizó a la población.
El próximo 22 de octubre será una
segunda demostración, que se ha llamado como “movilización nacional” o
“Día de acción global”, por la presentación con vida de los 43
estudiantes de Ayotzinapa.
24 días de lucha por la presentación
con vida, apuntan hacia el crecimiento de las formas de lucha y de
organización de pueblo mexicano. La historia nos ha enseñado que muchas
veces toda la experiencia de la lucha de clases se sintetiza en semanas
o en días, y todo ocurre en una fracción de tiempo tan corta, eso es lo
que ha vivido en nuestro país en los últimos 43 días; la perspectiva de
la unidad de todas las fuerzas antifascistas, antiimperialistas,
democráticas y progresistas, que se viene construyendo a lo largo de
los últimos 14 años, no había encontrado una coyuntura tan favorable
como ahora, la necesidad de la concentración de todas las fuerzas
populares en el país en una gran asamblea, ha avanzado a pasos
agigantados, el día 15 de este mes se fundó en la Normal de Ayotzinapa
la Asamblea Nacional Popular que ha trazado un plan de acción único en
el país y es el que ha convocado a la movilización nacional e
internacional para el próximo 22 de octubre; se ha reactivado el
Encuentro Nacional Magisterial y Popular, espacio convocado desde el
año pasado por la CNTE; y se le ha dotado de mayor posibilidad de
proyección a las reuniones de Enlace Nacional con todos los movimientos
del país, que ha tenido ya dos sesiones en el transcurso del último
mes, el objetivo central de este espacio es avanzar en el acercamiento
y unidad con todos los movimientos del país. Todo indica que la
construcción de una gran Asamblea Nacional del Proletariado y los
Pueblos de México, está cada vez más cerca.
La multiplicación de
los paros y huelgas estudiantiles, la suma de los paros de algunos
sindicatos que han estallado recientemente, las jornadas de
movilizaciones del 2 de octubre, 8 de octubre y la del próximo 22 de
octubre, va sumando bonos hacia la conversión de la convocatoria al 1°
de diciembre próximo, en un verdadero Paro Nacional.
Al mismo
tiempo, la agitación de la Huelga Política General va viendo en popa,
en todos los espacios y asambleas, entre todas las organizaciones más o
menos progresistas y democráticos, la Huelga General es un debate, que
si bien algunas tendencias de la pequeña burguesía y la burguesía en sí
misma empiezan a desatar una lucha ideológica en contra, abajo entre
las masas, ésta va cobrando una fuerza real.
Diversos grupos
guerrilleros del país, han encontrado terreno fértil para romper el
silencio que durante mucho tiempo habían mantenido, y han declarado la
guerra al cártel de los “Guerreros Unidos” y al narcogobierno, no hay
claridad de cuál va a ser su verdadero actuar todavía.
Así se va escribiendo la lucha de clases en México.
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