Apenas
el 30 por ciento del personal médico en el sector salud se encuentra en
el primer nivel de atención, donde deberían ser prevenidas las
enfermedades más recurrentes en mujeres, tales como obesidad,
osteoporosis e hipertensión, así como hacerse el seguimiento adecuado a
un embarazo para evitar complicaciones durante el parto que deriven en
muerte materna (MM).
De acuerdo con el doctor Francisco Garrido Latorre, investigador del
Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), el hecho de que las y los
profesionales de salud se concentren en los niveles de especialidades y
en las ciudades –muchas veces inaccesibles para las mujeres– es una
muestra de la falta de capacidad del Estado mexicano para responder a
las necesidades de salud de la población.
Al presentar el informe “El estado de las parteras en el mundo 2014.
Hacia el acceso universal a la salud, un derecho de la mujer”
–elaborado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA)–,
el especialista sostuvo que en México hay una formación de recursos
humanos de salud alejado de las necesidades de la población.
A decir del experto, las fallas estructurales en el sistema de salud
comienzan desde los colegios de medicina y enfermería, pues según el
análisis del UNFPA se detectó que los programas de estudio no se
adhieren a los lineamientos de la Organización Mundial de la Salud
(OMS) en temas específicos como el parto y puerperio.
Esto quiere decir que “estamos formando médicos con un bajo porcentaje
de lo que deberían estudiar y no estamos formando personal que tenga
las habilidades necesarias para trabajar en lo que ha estudiado”,
señaló Garrido Latorre.
A la par de que no se están brindando todas las herramientas necesarias
durante su formación, el sistema de salud no está absorbiendo a todas
las personas que se están formando, ya que al año se inscriben 20 mil
jóvenes en la licenciatura de Medicina, egresan 12 mil médicos
cirujanos, y la Secretaría de Salud (Ss) apenas contrata mil médicos
anualmente.
Ello se suma a la carencia de escuelas que formen parteras
profesionales o permitan la certificación de las parteras
tradicionales, toda vez que actualmente sólo existen cuatro planteles
en México.
Garrido Latorre destacó que esta formación se contrapone a las
necesidades actuales de salud de la población, que se manifiestan en el
predominio de las enfermedades crónicas no transmisibles como obesidad,
diabetes e hipertensión.
Así como con las relacionadas a la salud sexual y reproductiva –que
incluyen las infecciones de transmisión sexual (ITS)–, todos ellos
padecimientos que tendrían que ser prevenidos y no atendidos cuando ya
presentan complicaciones, como se hace actualmente.
Por ello, para el médico lo deseable es que el sistema de salud debería
centrarse en la atención primaria, así como en un servicio integral que
incorpore el autocuidado y la corresponsabilidad, y ser respetuosa de
los Derechos Humanos (DH) y la interculturalidad.
Por el contrario, México se caracteriza por una atención médica
centrada en la enfermedad, basada en prácticas individuales, un sistema
fragmentado y en manos únicamente de los profesionales de la salud.
Lo anterior se evidencia en la disparidad en el número de personal que
existe en el primer y segundo nivel de atención sanitaria, pues apenas
el 30 por ciento de la fuerza medica laboral se concentra en el primer
nivel.
Según cifras presentadas por el investigador –y obtenidas de la Ss–,
mientras en el tercer nivel de atención (hospitales e institutos
especializados) existen 58 mil 975 médicos, en el primer nivel
(clínicas y centros de salud) hay 30 mil 508 médicos; el personal de
enfermería suma 88 mil 3 en el segundo y tercer nivel, y apenas 32 mil
660 laboran en el primer nivel.
La proporción de médicos en relación con las personas es de apenas 0.42
por cada mil habitantes, lo que se traduce en que no se cuenta ni
siquiera con un médico por cada mil habitantes, mientras que en
personal especializado la proporción es de .82 por cada mil habitantes.
Ante este panorama, Garrido Latorre señaló que es necesario fortalecer
la atención primaria de salud con estrategias diferenciadas para los
ámbitos urbano y rural, pues de lo contrario estrategias fundamentales
como la reducción de la MM no tendrán ningún resultado.
Por: Anaiz Zamora Márquez
Cimacnoticias | México, DF.-
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