1/20/2015

¿Por qué no puede crecer nuestra producción y economía?



Pedro Echeverría V.

1. La política siempre ha dirigido la economía, la cultura y todas las relaciones de poder; pero la economía es, al parecer, la base de las diferentes sociedades. Ésta, dicen, es estructura y la otra superestructura. Si la producción y el consumo no se desarrollan superando o, por lo menos, equiparándose al crecimiento de la población, la crisis comienza a presentarse. El régimen capitalista mundial, el mexicano como parte de él, sufre de manera permanente las crisis por falta de producción o por sobreproducción; cuando cae la producción se produce escasez, encarecimiento, miseria y hambre; cuando se registra producción normal –pero los salarios miserables impiden comprar- aparece entonces la “sobreproducción” que busca venderse en otras naciones que quieran comprar a precios bajos.

2. La economía y la producción en México están estancadas o crecen muy poco por varias razones: a) porque la producción es dependiente del consumo; ¿Para qué producir si no hay compradores de producto porque la inmensa mayoría de la población vive en la pobreza, la miseria y el desempleo y no tiene dinero para comprar?; b) ¿Cómo vender al extranjero si los países que pueden comprar boicotean nuestros productos pagando precios muy bajos?; c) ¿Cómo hacer producir el campo si nuestros campesinos e indígenas no poseen tierras, agua, fertilizantes, insecticidas, créditos y, lo más importante, un mercado “de garantía” que pague bien sus productos?; d) ¿Cómo puede haber inversión si los capitalistas mexicanos no pagan impuestos y prefieren invertir en otros países?

3. Después del “milagro mexicano” de los años sesenta –incluso desde 1946- hasta el gobierno de López Portillo (1976-82) el crecimiento del PIB fue de alrededor del 6 por ciento; a partir de 1983, con la implantación del neoliberalismo privatizador, de la firma en 1985 del ingreso al GATT en el gobierno De la Madrid, hasta el gobierno de Peña Nieto, el crecimiento del país ha sido de cero, dos o tres por ciento. En 1993 firmó México con EEUU y Canadá el TLC y la situación de la nación ha empeorado porque el desempleo, la pobreza y la miseria en la mayoría de la población se han incrementado. ¿Quién entonces se ha beneficiado en los últimos 33 años? Un puñado de multimillonarios –apoyado por los gobiernos- que se han asociado con inversionistas que han hecho enormes negocios en el país.

4. La producción o PIB pasó de crecer el 6 por ciento a un promedio de 2 por ciento; por el desplome de la producción (que debería ser de ocho a 10 por ciento con grandes inversiones) se puede explicar el aumento de los precios de las mercancías y la caída de poder de compra del salario. No estamos produciendo lo necesario en México, por ello se importando productos a gran escala a precios mucho más altos y, lo peor, es que cada día tenemos más trabajadores desocupados porque muchos negocios cierran. ¿Puede olvidarse acaso que antes de ingresar al GATT (1985) y de firmar el TLC (1993) advertimos de mil formas que el país no tenía capacidad para competir en un mercado con economías de EEUU y Canadá que son países con alto desarrollo? Pero Salinas “nos pasó al primer mundo”.

5. Mientras el capitalismo siga fuerte e imponga sus leyes y poder, no podrá haber igualdad. En México hay de tres a cinco mil multimillonarios –asociados con inversionistas de EEUU- que aplauden el TLC porque con él han triplicado o cuadruplicado sus ingresos. Son los mismos personajes poderosos cuyos fuertes negocios les han permitido competir a nivel internacional. Pero al mismo tiempo hay otros 20 mil negocios que han cerrado, que han sufrido clausura (obviamente despidiendo a millones de obreros y empleados) porque sus capitales invertidos no han podido competir. De estos cierres de empresa ha surgido el gigantesco desempleo en México que ha llevado al desarrollo del “comercio informal”, la gigantesca migración a EEUU, los limosneros de todo tipo y eso que llaman “delincuencia”.

6. Para que la economía crezca hay que obligar a los multimillonarios a invertir y que el gobierno fortalezca el presupuesto público para proporcionar servicios adecuados obligando a pagar impuestos a los grandes negocios. ¿Puede olvidarse aquel gobierno fuerte económicamente en México que administró 40 años (de 1940 a 1980) mil 500 empresas (paraestatales) como PEMEX, CFE, IMSS, ISSSTE, CONASUPO, Teléfonos, FFCC, bancos agrarios, etcétera? En lugar de eliminar la gigantesca corrupción política en que operaban las “paraestatales”, en lugar de tirar el agua sucia, se tiró la bañadera con todo y niño porque así la exigió la gran empresa privada mexicana con el apoyo total de FMI y el BM con el argumento de “competencia desleal”. Hoy el Estado no puede invertir en servicios de salud, educación, vivienda popular.

7. ¿Por qué los fuertes sindicatos nacionales de aquellas instituciones no se opusieron a la privatización de las empresas? Porque los líderes (Velázquez, Gamboa, Rodríguez Alcaide, Jongitud, Gordillo y demás mafiosos), engañaron y manipularon a los trabajadores, pues siempre han sido sindicatos corporativos manejados por el PRI; y en los 12 años de gobiernos del PAN, simplemente se disciplinaron apoyando la privatización. Este tipo de sindicalismo mafioso debe morir y ser sepultado para que nazcan otros que de manera frontal combatan las relaciones capitalistas de producción y pongan las bases clasistas para programas de producción distribución y consumo que beneficien directamente a la autoadministración de los trabajadores. (20/1/15)
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