Pedro Echeverría V.
1. La política siempre ha dirigido la economía, la cultura y todas
las relaciones de poder; pero la economía es, al parecer, la base de
las diferentes sociedades. Ésta, dicen, es estructura y la otra
superestructura. Si la producción y el consumo no se desarrollan
superando o, por lo menos, equiparándose al crecimiento de la
población, la crisis comienza a presentarse. El régimen capitalista
mundial, el mexicano como parte de él, sufre de manera permanente las
crisis por falta de producción o por sobreproducción; cuando cae la
producción se produce escasez, encarecimiento, miseria y hambre; cuando
se registra producción normal –pero los salarios miserables impiden
comprar- aparece entonces la “sobreproducción” que busca venderse en
otras naciones que quieran comprar a precios bajos.
2. La economía y la producción en México están estancadas o crecen
muy poco por varias razones: a) porque la producción es dependiente del
consumo; ¿Para qué producir si no hay compradores de producto porque la
inmensa mayoría de la población vive en la pobreza, la miseria y el
desempleo y no tiene dinero para comprar?; b) ¿Cómo vender al
extranjero si los países que pueden comprar boicotean nuestros
productos pagando precios muy bajos?; c) ¿Cómo hacer producir el campo
si nuestros campesinos e indígenas no poseen tierras, agua,
fertilizantes, insecticidas, créditos y, lo más importante, un mercado
“de garantía” que pague bien sus productos?; d) ¿Cómo puede haber
inversión si los capitalistas mexicanos no pagan impuestos y prefieren
invertir en otros países?
3. Después del “milagro mexicano” de los años sesenta –incluso desde
1946- hasta el gobierno de López Portillo (1976-82) el crecimiento del
PIB fue de alrededor del 6 por ciento; a partir de 1983, con la
implantación del neoliberalismo privatizador, de la firma en 1985 del
ingreso al GATT en el gobierno De la Madrid, hasta el gobierno de Peña
Nieto, el crecimiento del país ha sido de cero, dos o tres por ciento.
En 1993 firmó México con EEUU y Canadá el TLC y la situación de la
nación ha empeorado porque el desempleo, la pobreza y la miseria en la
mayoría de la población se han incrementado. ¿Quién entonces se ha
beneficiado en los últimos 33 años? Un puñado de multimillonarios
–apoyado por los gobiernos- que se han asociado con inversionistas que
han hecho enormes negocios en el país.
4. La producción o PIB pasó de crecer el 6 por ciento a un promedio
de 2 por ciento; por el desplome de la producción (que debería ser de
ocho a 10 por ciento con grandes inversiones) se puede explicar el
aumento de los precios de las mercancías y la caída de poder de compra
del salario. No estamos produciendo lo necesario en México, por ello se
importando productos a gran escala a precios mucho más altos y, lo
peor, es que cada día tenemos más trabajadores desocupados porque
muchos negocios cierran. ¿Puede olvidarse acaso que antes de ingresar
al GATT (1985) y de firmar el TLC (1993) advertimos de mil formas que
el país no tenía capacidad para competir en un mercado con economías de
EEUU y Canadá que son países con alto desarrollo? Pero Salinas “nos
pasó al primer mundo”.
5. Mientras el capitalismo siga fuerte e imponga sus leyes y poder,
no podrá haber igualdad. En México hay de tres a cinco mil
multimillonarios –asociados con inversionistas de EEUU- que aplauden el
TLC porque con él han triplicado o cuadruplicado sus ingresos. Son los
mismos personajes poderosos cuyos fuertes negocios les han permitido
competir a nivel internacional. Pero al mismo tiempo hay otros 20 mil
negocios que han cerrado, que han sufrido clausura (obviamente
despidiendo a millones de obreros y empleados) porque sus capitales
invertidos no han podido competir. De estos cierres de empresa ha
surgido el gigantesco desempleo en México que ha llevado al desarrollo
del “comercio informal”, la gigantesca migración a EEUU, los limosneros
de todo tipo y eso que llaman “delincuencia”.
6. Para que la economía crezca hay que obligar a los
multimillonarios a invertir y que el gobierno fortalezca el presupuesto
público para proporcionar servicios adecuados obligando a pagar
impuestos a los grandes negocios. ¿Puede olvidarse aquel gobierno
fuerte económicamente en México que administró 40 años (de 1940 a 1980)
mil 500 empresas (paraestatales) como PEMEX, CFE, IMSS, ISSSTE,
CONASUPO, Teléfonos, FFCC, bancos agrarios, etcétera? En lugar de
eliminar la gigantesca corrupción política en que operaban las
“paraestatales”, en lugar de tirar el agua sucia, se tiró la bañadera
con todo y niño porque así la exigió la gran empresa privada mexicana
con el apoyo total de FMI y el BM con el argumento de “competencia
desleal”. Hoy el Estado no puede invertir en servicios de salud,
educación, vivienda popular.
7. ¿Por qué los fuertes sindicatos nacionales de aquellas
instituciones no se opusieron a la privatización de las empresas?
Porque los líderes (Velázquez, Gamboa, Rodríguez Alcaide, Jongitud,
Gordillo y demás mafiosos), engañaron y manipularon a los trabajadores,
pues siempre han sido sindicatos corporativos manejados por el PRI; y
en los 12 años de gobiernos del PAN, simplemente se disciplinaron
apoyando la privatización. Este tipo de sindicalismo mafioso debe morir
y ser sepultado para que nazcan otros que de manera frontal combatan
las relaciones capitalistas de producción y pongan las bases clasistas
para programas de producción distribución y consumo que beneficien
directamente a la autoadministración de los trabajadores. (20/1/15)
alterar@gmail.com
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